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Con los rostros cubiertos con pasamontañas y fuertemente armados siete sujetos irrumpieron la madrugada de ayer, en la vivienda del presidente de la Comunidad Campesina San Marcos de la Aguada de Mala, Juan Chumpitaz Vera (50) y, sin mediar palabra lo asesinaron de ocho disparos.
Los sicarios, que tenían además las manos protegidas con guantes quirúrgicos, desataron luego una feroz balacera, hiriendo mortalmente a Aldahir Barboza Yober (18), guardaespaldas del dirigente, cuando trató de repeler el cobarde ataque. Antes de huir los atacantes también dispararon a Teresa Reyna Atanasio, esposa de Chumpitaz Vera, así como al dirigente comunero Jorge Luis Pérez Chávez, dejándolos gravemente heridos.
Tras ser evacuados al Hospital Ramón Rezola de Cañete, se informó que el estado de salud de ambos es grave y de pronóstico reservado.
DIRIGENTE ERA AMENAZADO
Según narraron algunos testigos del atentado los siete sicarios llegaron, pasada la medianoche del viernes, hasta la vivienda del dirigente ubicada a la altura del kilómetro 87 de la Panamericana Sur, a bordo de dos modernos automóviles del que descendieron rápidamente para poder sorprender a sus víctimas que participaban en una asamblea dirigencial de coordinación.
Versiones policiales confirmaron que el asesinado dirigente, había recibido en las dos últimas semanas, mensajes de texto y llamadas telefónicas amenazantes de desconocidos que le advertían con atentar contra su vida.
Las extrañas llamadas motivaron a Chumpitaz Vera, a denunciar los hechos ante la policía y solicitar inclusive, garantías personales para su vida.
El presidente de esta comunidad campesina alcanzó notoriedad en noviembre del año pasado, cuando convocó a los comuneros y la población de Mala, a acatar una huelga general indefinida en protesta contra la Empresa Minera Condestable de Mala, por desconocer los convenios colectivos con la comunidad.
