El indulto de Silvana Buscaglia Zapler, otorgado el 28 de julio, ha originado opiniones encontradas: unos lo defienden y otros creen que este beneficio es un mal precedente ante futuros casos de agresión. En diciembre del 2015, la campeona de tai chi fue acusada de atacar física y verbalmente al suboficial de la PNP Elías Quispe, por lo que fue sentenciada a seis años y ocho meses de prisión. Pasó poco más de siete meses recluida en el penal de Chorrillos y en su tercer día en libertad conversó con El Comercio.
— ¿Cómo calificas la actuación que tuviste con el suboficial Elías Quispe en el aeropuerto?
Cometí un gravísimo error al faltar el respeto a una autoridad. Pero no soy una persona que hubiese reaccionado de esa manera por gusto: llevaba más de una hora lidiando con cinco policías mientras los taxistas me insultaban, y nunca di mi versión de los hechos. Nadie me preguntó qué sucedió o por qué reaccioné así.
— ¿Te agredieron?
Sí, estaba aterrorizada, yo solo fui a dejar a mi madre [Cecilia Zapler] al aeropuerto. Los taxistas me gritaban: “Pituca, qué tal camioneta tienes”. Me decían “gringuita”, que tengo plata. Me dijeron muchas cosas feas y me duele que después me hayan tachado de racista.
— ¿Lo ocurrido con el suboficial Quispe está zanjado?
Es un capítulo cerrado en mi vida. Yo no sé qué lo motivó a tratarme como lo hizo. A él y a los demás policías, porque no actuó solo. Me asusté muchísimo.
— ¿Qué le dirías al agente?
Que espero que me perdone porque fui parte del escándalo, y que también lo perdono. Que no siento nada malo contra él.
— ¿Pasaste por una situación similar antes?
Alguna vez me ha parado un policía, quizá, por conversar por teléfono. Pero siempre tuve la suerte de encontrarme con policías respetuosos y amables, que con unas disculpas y una sonrisa bastó.
— ¿Quién solicitó el indulto?
Mi madre, Cecilia. Después de que se nos cerraron las puertas, ella hizo de todo para tramitar el indulto. Corrió sola con todos los papeles.
— ¿Por qué cambiaste a tu entonces abogado, Carlos Torres Caro?
Lo único que hizo Torres Caro fue meterme presa porque ni siquiera me defendió.
— ¿Cuánto le pagaron?
Le pagamos varios miles de dólares porque él prometió que no iría a la cárcel; sin embargo, no hizo nada y, luego, porque no terminé de pagarle lo que faltaba se negó a devolverme mis documentos.
— ¿Qué has aprendido de todo esto?
Que hay mucha gente buena en la cárcel. Que la gente comete errores, pero creo que se debe sancionar de otra manera.
— ¿A quiénes recuerdas del penal?
A mis compañeras del pabellón de mínima 1. A Mechita, Antonia, Hormecinda. También a Tania, Luci, a ‘Hormiguita’, Eli. Me ayudaron bastante y este miércoles tengo un almuerzo con ellas en el penal.
— ¿Qué planes tienes ahora?
Voy a retomar mi trabajo. Tengo un centro de tai chi y yoga. Primero quiero estar con mi familia. También deseo hacer algo para ayudar a las personas que no ameritan estar en la cárcel.
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— Sociedad El Comercio (@sociedad_ECpe) 1 de agosto de 2016