Sistema metropolitano de seguridad, por Gino Costa
Sistema metropolitano de seguridad, por Gino Costa
Gino Costa

Interesante la iniciativa de los alcaldes de Lima norte de unir sus esfuerzos para enfrentar juntos la . Se diferencian de otros burgomaestres que, en lugar de tomar cartas en el asunto, exigen que otros, como los militares, les saquen las castañas del fuego, sin importar si están preparados, si tienen formación y equipamiento, y si cuentan con el personal requerido.

Aunque los recursos de los serenazgos de Lima norte son modestos, sus alcaldes entienden, con razón, que sumarlos es un primer paso para fortalecer su respuesta al problema. Sumarlos significa comenzar por integrar sus comunicaciones, sistemas informáticos y registros delictivos, así como sus operaciones en zonas de frontera y en intervenciones especiales, donde los recursos de un solo distrito son insuficientes.

Otro similar a los que se vienen construyendo en la llamada Lima moderna y entre el Cercado y sus vecinos. Es un esfuerzo loable que intuye que la respuesta distrital a la delincuencia debe complementarse con una estrategia más amplia que llegue a abarcar a toda la metrópoli, pero que se construye de abajo hacia arriba.

La suma de iniciativas de este tipo permitirá hacer realidad el serenazgo metropolitano, nombre equívoco, pues da la impresión de tratarse de un solo organismo, cuando en realidad es la aspiración de un sistema integrado de todos los serenazgos distritales.

Esta integración, que fortalece la vigilancia y el patrullaje, es insuficiente, pues su cobertura solo llega a un poco más del 40% de la ciudad; la que corresponde a la policía solo llega al 25%. Se trata de que, uniendo los esfuerzos de ambas instituciones y poniendo a trabajar a la policía, esa cobertura llegue en el plazo más corto posible al 100% de toda la ciudad. Mientras eso no se logre, es probable que las demandas por el despliegue militar no cejen.

Unión de serenos y cooperación de la policía con estos son dos componentes esenciales del sistema metropolitano de seguridad ciudadana. El actual proyecto de ordenanza que Lima circula sobre este tema está referido, exclusivamente, a la colaboración entre serenazgos distritales. Falta incorporar la cooperación de la PNP, que es un mandato del artículo 197 de la Constitución.

El proyecto también incluye más temas relevantes, como el observatorio y la escuela de serenos, pero deja fuera otros que una norma que pretende definir un sistema de seguridad para la ciudad no puede excluir.

Primero, un mecanismo para compensar las ostensibles desigualdades entre los serenazgos. Financiarlo debe ser responsabilidad, por lo menos en parte, del gobierno nacional, que tiene a su cargo la política de seguridad en el país.

Segundo, la descentralización de la policía y la justicia penal, a efectos de que cada distrito tenga servicios policiales, fiscales, judiciales y, eventualmente, penitenciarios para atender a sus requerimientos.

Tercero, una política de prevención social, con financiamiento del gobierno nacional, para atacar las causas de la criminalidad.

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