Luis Fernando Figari asegura que el Vaticano no le permite regresar a Lima. En el Sodalicio de Vida Cristiana afirman que si su antiguo líder permanece en un apartamento que la comunidad religiosa mantiene en una de las zonas más exclusivas de Roma es debido a la recomendación de la Santa Sede.
Sin embargo, la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica niega que desde la plaza de San Pedro se haya interferido con respecto a la ubicación del fundador del Sodalicio.
El secretario de este departamento del Vaticano, encargado de estudiar las denuncias por los presuntos abusos en el seno del Sodalicio, monseñor José Rodríguez Carballo, asegura que la decisión de trasladar a Figari a Roma “fue tomada únicamente por sus actuales superiores”.
“El Vaticano no hizo nada ni se ha entrometido al respecto”, aseguró, al ser cuestionado por este Diario.
El actual líder sodálite, Alessandro Moroni, declaró recientemente en una entrevista en El Comercio que cuando la Santa Sede inició en el 2015 el proceso canónico contra Figari, recibieron “una serie de recomendaciones”, entre las que se subrayaba que “el investigado debería guardar reserva mientras duren las investigaciones”.
No señaló si esas pautas procedían del Vaticano y si esa reserva impedía su traslado. Como tampoco lo hizo cuando en octubre del 2015 emitió un comunicado en el que aseguraba que tras recibir “una serie de testimonios de distinta índole”, se dispuso que Figari “intensifique esta vida de retiro”, para lo que se le trasladó a Roma.
Pero desde el Sodalicio remarcan que tras todas esas decisiones siempre estuvo el mandato de la Santa Sede.
Entre los miembros de la comunidad sodálite en la capital italiana existe la intención de querer expulsarlo a un lugar más austero, pero aseguran que el Vaticano recomienda no mover nada mientras dure un proceso que avanza lentamente.
—Vida de comodidades—
El pasado verano, el Sodalicio llegó a anunciar que Figari iba a ser trasladado a una vivienda más alejada. Y la congregación mostró incluso su disposición a abandonar el departamento de varias habitaciones ubicado en la céntrica vía del Corso, coincidiendo con el término del contrato de arrendamiento. Pero insisten en que desde el otro lado del Tíber volvieron a poner el freno de mano, por lo que Figari sigue compartiendo piso con varios miembros de la comunidad religiosa.
Como publicó El Comercio, el supuesto régimen de aislamiento en Roma no ha impedido que el fundador del Sodalicio haya recibido en los últimos meses numerosas visitas.
Por su estancia han pasado los cardenales Javier Errázuriz y James Stafford, además de Andrea Riccardi, uno de los laicos con más influencia al interior del Vaticano.
Tanto ellos como las autoridades religiosas rechazan que personalidades ajenas a la investigación por parte de la justicia canónica estén intercediendo en el proceso. Pero las versiones de unos y otros difieren.
Figari y Moroni cruzan acusaciones, al tiempo que tanto el fundador como los actuales miembros del Sodalicio apuntan al Vaticano como obstáculo para un hipotético regreso al Perú.
En la Santa Sede todo este ruido molesta y aseguran que están respetando los tiempos para que la investigación sea justa con todas las partes.
Superior del Sodalicio a #LuisFigari: "Sí hay víctimas" ► https://t.co/w8SxX43CUd (Vía @sociedad_ECpe) pic.twitter.com/aXNbW8FWxB
— El Comercio (@elcomercio) 11 de octubre de 2016
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