El construir un aeropuerto no solo demanda un arduo trabajo de mano de obra. Una vez lista la infraestructura, es necesario trasladar al nuevo espacio los elementos a requerir del antiguo terminal aéreo. Hablamos de herramientas, equipos, oficinas y lo más importante -y pesado-: aviones. Está proyectado que el nuevo Jorge Chávez inicie sus operaciones el próximo 18 de diciembre, es decir, en menos de 7 meses, todo deberá haber quedado listo para el estreno.
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De acuerdo a Lima Airport Partners (LAP), a cargo del proyecto, el avance de las obras ya sobrepasó el 80%. El nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez tendrá una extensión de 935 hectáreas, casi tres veces más grande que el actual.
Asimismo, será el único en su tipo en toda Sudamérica, ya que ofrecerá una experiencia propia de una verdadera Ciudad Aeropuerto. Ningún otro aeropuerto en la región cuenta con el tamaño, los sistemas de funcionamiento ni con la variedad de comercios que tendrá este terminal aéreo.
La inversión para este proyecto, según indicó LAP, es de 2 mil millones de dólares; mientras que la inversión de terceros, quienes ocuparán espacios comerciales y de servicio, será de 300 millones de dólares.
Se estima que para noviembre, el personal aeronáutico y de planta ya deberá haberse habituado, al menos de manera inicial, a las nuevas instalaciones y al moderno sistema de este gigante aeropuerto.
Fases del proceso de transferencia
Diego Cuesta, líder del proceso de transferencia de LAP, detalló a El Comercio que se ha puesto en marcha un proceso llamado ORAT (Operational Readiness & Airport Transfer), cuyo propósito es poner a punto la operación y transferir los bienes y equipos de un terminal a otro. Este tipo de proyecto es necesario en todas las infraestructuras u operaciones que brindan un servicio de gran alcance. No es tarea sencilla una mudanza de tal magnitud, precisó.
“Si bien la parte que a todos al final nos gusta ver es la transferencia física, en realidad ha habido mucho trabajo antes, porque la infraestructura nueva solo va a poder operar si las personas que trabajan en el actual terminal se encuentran suficientemente entrenadas y preparadas, de tal manera que el usuario no sufra el cambio. El objetivo del equipo ORAT es lograr un inicio de operaciones exitoso y seguro”, dijo.
Este proceso de transferencia consta esencialmente de 3 fases: capacitación y entrenamiento, pruebas operativas (simulacros y ensayos) y transferencia física. El fin de la primera fase (capacitación) es garantizar la confianza de usuarios y operadores, y asegurar que los procedimientos operativos estén alineados con el nuevo entorno. Para ello se viene programando capacitaciones ORAT.
“En el moderno Jorge Chávez tenemos nuevos equipos, nuevos sistemas, nuevas rutas internas de acceso; todo esto hace que el trabajador necesite familiarizarse para saber por dónde ir. Esto también le compete a las aerolíneas, agentes de rampa, autoridades, es decir, todos tienen que adecuar sus procedimientos operacionales a la nueva infraestructura, así como a los nuevos procesos y sistemas”, indicó Cuesta.
Esta fase ya se inició y se prolongará hasta el mes de julio aproximadamente. Un factor importante en esta etapa es revisar los flujos: cómo el pasajero va a llegar, qué tipo de servicios y procesos están en su camino, a dónde se va a dirigir. Por ejemplo, el pasajero lo primero que va a hacer es ir al check-in camper, que es un proceso que le compete a la aerolínea. Es decir, cada proceso involucra a un actor diferente, por lo que se busca que todos estén alineados.
Ya a partir de julio, se inicia el proceso de entrenamiento para probar estos procesos. Este proceso, a su vez, consta de tres partes:
- Familiarización: conocer y acostumbrarse a las nuevas instalaciones. Orientación general. Durará hasta diciembre.
- Entrenamiento técnico: todos los proveedores de servicios deben saber cómo operar y mantener nuevos equipos y sistemas.
- Entrenamiento de los procesos: integrar los procesos, que cuadren y ajustarlos. Ver que empiecen a funcionar.
Pruebas de simulación
Pasado la etapa de entrenamiento, empiezan las pruebas operacionales. Estas se clasifican en pruebas básicas y avanzadas. Cuesta explicó que las primeras consisten en probar pequeñas islas, como la del check-in. “La idea es ajustar áreas, que pueden ser de infraestructura o de sistemas. Vamos a probar que todo esté funcionando”, señaló
En tanto, como parte de las pruebas avanzadas se ensaya un día de operación en el aeropuerto, es decir, se simula la llegada de pasajeros, la salida, el sistema de equipajes. Entre básicas y avanzadas serán más o menos 40 pruebas en total, precisó Cuesta. En la mitad de ellas participarán “pasajeros” (cerca de 9 mil).
“Todos los pasajeros van a simular que se está en una hora pico para ver cómo funcional el sistema. Habrá gente de rampa abajo esperando el equipaje. Los pasajeros abordarán su avión como si fuera un día normal. Aspiramos a que incluso algunas aeronaves (con el piloto abordo) hagan el contacto con los puentes de embarque, y así asegurarnos que los sitios de atracamiento estén correctos, que el que maneja el puente de embarque sepa maniobrarlo. Las pruebas serán en cada puente”, explicó.
No obstante, esta simulación va más allá aún, pues además de probar un día normal de operación con todos los procesos respectivos, también se tendrá que probar fallas. Por ejemplo, se simulará la no salida de un vuelo, a fin de desarrollar el proceso destinado al regreso del pasajero, ya que muchos de ellos pasan por Migraciones.
“Se medirá el tiempo que tarda la policía en llegar en caso se la requiera. También el protocolo ante una amenaza de bomba, una evacuación y todos los planes de contingencia”, agregó el líder del proceso de transferencia de LAP.
Los ensayos con gente se iniciarán aproximadamente a finales de agosto. La razón es la siguiente: las aerolíneas tienen una temporada alta de invierno entre julio y agosto. En ese sentido, Cuesta comentó que se ha acordado con estas empresas llamarlas a partir del 20 de agosto para empezar con dichas pruebas. Asimismo, el término de esta fase será a finales de noviembre.
Día D: ¿Cuándo será y por qué?
Respecto a la fase final de transferencia, Cuesta indicó que tiene básicamente dos etapas. La primera consta de transferencias previas, es decir, mover oficinas y demás elementos logísticos. “Nosotros estamos haciendo lo que llamamos un análisis de volumen. Ya hemos hablado con las aerolíneas que van a tener una oficina en la nueva terminal para que hagan un inventario de lo que van a llevar. Incluso alguna comprarán nuevas cosas”, mencionó.
En tanto, Cuesta precisó que hasta el momento se ha planeado presentar un NOTAM (una solicitud a la Aviación Civil) para que se cierre el aeropuerto y cesen sus operaciones regulares por un lapso de 6 horas. “Esto se hace también cuando se requiere un mantenimiento de pista, pero en este caso queremos hacerlo por este periodo que ya hemos calculado para efectos de que no exista ninguna operación y podamos nosotros trasladar del viejo al nuevo terminal todo lo que necesitamos”, explicó.
Detalló, además, que se evalúan otras opciones junto con las aerolíneas. Una de estas es cerrar las operaciones a las 00 horas del miércoles 18 de diciembre hasta las 6 de la mañana. La idea es trasladar todo en 6 horas y luego aperturar ya en el nuevo aeropuerto a las 6:30 o 6:45. En ese tiempo se podrán mover todos los aviones de una pista a la otra (cerca de 90), así como los carritos de equipaje, entre otros elementos. “Por eso es que tenemos la necesidad de tener la pista libre”, resaltó Cuesta.
Otra opción es que al final de la noche del martes 17 de diciembre, algunas aeronaves ya aterricen y se parqueen en la pista del nuevo terminal aéreo, así el personal de mudanza se ahorraría el esfuerzo de mover al menos algunas aeronaves. Para ello, se tiene que coordinar con las aerolíneas, con la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) y demás instancias competentes. “Esa sería una buena opción para reducir el cruce de aeronaves, que es la parte más crítica”, consideró Cuesta.
¿Por qué el 18 de diciembre?
El representante de LAP explicó que para llegar a elegir esa fecha se ha llevado a cabo una serie de estudios y análisis por un tiempo considerable. No ha sido una cuestión antojadiza. Sostuvo que tanto en diciembre como en enero se registra una temporada alta de vuelos, ya que muchos llegan o se van del país, tanto por fiestas como por vacaciones. Sin embargo, en enero, a diferencia que en diciembre, hay menos aeronaves. Es decir, el factor de ocupación de los aviones es mayor en ese mes.
Entonces, perder un vuelo en enero es más complicado que hacerlo en diciembre, porque la capacidad de la aerolínea para reprogramarlo es mayor en el último mes del año (excepto entre el 22 y 25). Por esta razón se eligió diciembre para la apertura.
Asimismo, ya que los días cerca a Navidad son críticos, se eligió una fecha lo más alejada posible del 24 y un día en el cual normalmente se programen menos vuelos en el Jorge Chávez. Por este motivo, se decidió porque sea el martes 18.
“La idea fue no interferir con los otros procesos aeronáuticos. Por ejemplo, no podemos hacerlo en noviembre porque aun estaremos terminando la ejecución de las obras. En tanto, en todo ese análisis vimos con una curva cuáles son los días exactos que hay menos pasajeros y estos son los martes para amanecer miércoles. En este día se registra la menor cantidad de pasajeros históricamente en Lima”, detalló.
Por último, se concluyó que lo mejor sería escoger el rango de horas entre las 12 de la medianoche y las 6 de la mañana para la mudanza, pues en este lapso se registra la menor cantidad de vuelos perdidos posibles. Por consiguiente, habría un menor impacto para pasajeros y aeronaves.
“Si la mudanza se hiciera a mediodía, por ejemplo, se tendría en pista más de 90 aeronaves, lo cual demandaría un cierre de operaciones de en promedio 12 horas y no 6. En realidad, todos los escenarios han sido estudiados y se escogió la mejor opción”, concluyó.
Características del nuevo Jorge Chávez
Los trabajos en el nuevo aeropuerto se encuentran muy avanzados. La mayoría de espacios ya han sido culminados. Con respecto al terminal de pasajeros, su infraestructura está casi lista. De acuerdo con LAP, también se viene avanzando con el proceso de instalación de las 46 mangas de abordaje. Asimismo, ya se ha implementado más de 30 escaleras eléctricas, más de 20 ascensores, 10 pasillos electrónicos y vidrios acristalados en la fachada del terminal de pasajeros.
Vale destacar que el nuevo Jorge Chávez será el primer terminal de Sudamérica en contar con un sistema de aislamiento sísmico. Se han instalado en total 1.100 aisladores. Además, el terminal aeroportuario contará con 33 puentes fijos y más de 120 módulos de check-in. Adicional a ello, se ha implementado más de 7 km de fajas para el transporte de equipaje.
Otra novedad se dará en la zona de escáners, donde se implementará la tomografía digital para ver el contenido de las maletas y así los pasajeros no tendrán que abrirlas y retirar líquidos o computadoras de sus equipajes de mano. A través de los tomógrafos también se obtendrán imágenes en 3D a fin de poder detectar alguna amenaza.
En cuanto al diseño del terminal único de pasajeros, a cada lado de este hay un dique largo el cual conduce a las salas de embarque y luego a las mangas de abordaje. Mientras que un extremo será destinado a vuelos domésticos, el otro será para internacionales. En tanto, otro dique extenso en el medio de ambos albergará más salas de embarques para los dos tipos de vuelos. Estas se asignarán dependiendo la demanda.
Un aspecto a resaltar es la distribución de los distintos niveles del terminal de pasajeros. El primer piso será destinado para quienes lleguen a Lima, mientras que el tercero a aquellos que abandonen la capital del país, ya sea con rumbo al interior o al extranjero. Para acceder a este nivel los vehículos podrán subir directamente por una rampa hasta la entrada. Esto hará que tanto las personas que arriben como las que salgan del Perú no se crucen, tal como ocurre en el actual Jorge Chávez.
¿Qué opinan las aerolíneas?
José Raúl Vargas, gerente general de SKY en Perú, comentó a El Comercio que con la inauguración del nuevo terminal del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, Lima estará más cerca de convertirse en el hub de la región. Por ese motivo, hay una responsabilidad de las aerolíneas en mostrar su postura respecto a esta mega proyecto. En ese sentido, consideró que la fecha de inicio de operaciones no es la más conveniente.
“Hoy es urgente definir una fecha de inicio de operaciones que permita a la industria una puesta en marcha armoniosa. En lo que respecta a la propuesta del 18 de diciembre, creemos que no es lo más conveniente. Es un mes de alto tráfico por las fiestas de fin de año, lo cual podría impactar en las operaciones y la experiencia del viajero, más aún cuando aún no se tiene claridad sobre la preparación de la operación en el marco del proceso de mudanza”, indicó.
Respecto a la propuesta de una mudanza durante la noche entre el 17 y el 18 de diciembre, y el periodo de seis horas en el que el aeropuerto estará inoperativo, Vargas señaló que podrían se insuficiente, ya que el proceso implica movilizar diferentes equipos, además de las aeronaves.
Asimismo, precisó que al ser una operación nueva, los flujos son diferentes tanto de entrada a la terminal como de recorrido interno, por lo que puede haber confusiones que decanten en pasajeros que pierdan sus vuelos por demoras en la llegada a las salas de embarque o la terminal misma.
“Por esta razón, es fundamental tener un plan de contingencia general, que aborde posibles escenarios en los que no se logre concretar la migración y los viajeros queden sin solución de viaje oportuno en una fecha de mayor flujo de pasajeros, que una regular. Cabe destacar que, durante temporada alta, las aerolíneas tenemos menos opciones para solucionar a través de reprogramaciones, debido a que los niveles de ocupación en los vuelos son más altos”, agregó Vargas.
Por otro lado, Francesca Luna, gerente general de JetSMART en Perú, contó que la aerolínea viene trabajando de cerca con LAP y con los demás actores involucrados en el proceso de transferencia, a la expectativa de que se concluya la nueva infraestructura aeroportuaria. La empresa también considera que se daría una mejor transición en una fecha diferente a la ya programada.
“Sabemos que contar con un aeropuerto de primer nivel se traduce en mayor conectividad e incremento del turismo. Debido a la sensibilidad que traen las festividades de fin de año para los pasajeros y el aumento de viajeros, consideramos oportuno reevaluar la fecha para asegurar una transición con el menor impacto posible en nuestros pasajeros”, resaltó.