El fin del año se está acercando y, con ello, el fin de las gestiones municipales de Lima. En los últimos cuatro años ha habido grandes avances en algunos distritos y retrocesos en otros. Aquí, algunas impresiones.
Lo bueno: en los últimos cuatro años, una visión alternativa para Lima ha nacido entre los distritos de San Isidro y Miraflores. Ellos han podido trabajar juntos en implementar un sistema de bicicletas públicas y en la generación de un proyecto para un puente que una el malecón de los dos distritos. En particular, la Municipalidad de San Isidro ha logrado implementar una cantidad de obras impresionantes en solamente cuatro años. Estos incluyen 25 kilómetros de ciclovías, juegos para niños, parques caninos, nuevos espacios públicos y la transformación de varias calles en “zonas 30” (calles con velocidad máxima 30 km/h). En San Isidro, bajo la visión de una ciudad para las personas, Lima tiene un precedente para seguir.
Lo malo: en Lima, el alcalde Luis Castañeda logró deshacer mucho del trabajo de anteriores gestiones respecto a la reforma del transporte. En vez de continuar un esfuerzo por modernizar el transporte público, la GTU ha permitido que se inscriba una combi cada día durante los últimos cuatro años, según informó El Comercio.
La comuna ha logrado implementar algunos nuevos corredores complementarios, pero el proceso ha sido largo y tumultuoso. En marzo del 2015, tres meses después de iniciar su mandato en la MML, se declaró nula la licitación de tres de los cinco corredores complementarios de Lima. El 14 de abril del 2016, la municipalidad anuló los contratos de Ecoexpress Javier Prado y TGA por no firmar adendas contractuales. En aquel entonces, las empresas no querían firmar las adendas, en parte porque la municipalidad se iba a liberar de su responsabilidad contractual de implementar un sistema tarifario único para el sistema integral de transporte, algo fundamental para lograr una verdadera reforma.
La construcción del paso a desnivel en 28 de Julio y los actuales trabajos para ampliar las avenidas Javier Prado y Benavides representan un modelo fallido de urbanismo en que un municipio trata de responder a un incremento de la demanda para utilizar vehículos privados, con una mayor oferta de vías. Muchos estudios ya han demostrado que este modelo no reduce la congestión, sino que aumenta la cantidad de tráfico, contaminación y el consumo de petróleo.
Lo feo: en los distritos limeños, los alcaldes de Solidaridad Nacional han sido particularmente nocivos. No menos de cuatro han terminado su mandato detenidos por actos de corrupción, incluyendo a los ex alcaldes de La Victoria, San Bartolo, Santa Rosa y Villa María del Triunfo. En el Callao, Félix Moreno está siendo investigado por corrupción en el Caso Odebrecht.