Lima la gris se ha convertido en una ciudad sofocada por un intenso calor, que ya viene superando los 30 grados Celsius en varios días de las últimas semanas. Las gotas de sudor acompañan a los ciudadanos durante los viajes al trabajo y del camino a casa, tanto de día como de noche. Incluso, se han vuelto compañeras de las caminatas más cortas.
Información registrada por el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi) en Lima Centro y Lima Este durante los meses de enero, febrero y marzo, desde 1980 hasta el 2022, revela que las temperaturas de este año han dejado de seguir la constante hacia temperaturas más bajas. El 2019, la temperatura promedio fue de 31,7 grados. Desde entonces, los registros fueron menos cálidos. En el 2020, la capital llegó a los 31 grados, el 2021 a los 30,2 y en el 2022, se registró una pico máximo de 29,6 grados.
Si bien los últimos cálculos, previos al 2023, anunciaban menores temperaturas, la década del 2022 al 2013 ha sido la más calurosa desde 1980. En comparación con el periodo entre el 2012 y el 2003, la capital ha registrado un incremento en su temperatura de 1.8 grados. De hecho, esta semana el distrito de San Juan de Lurigancho llegó a los 32 grados.
Desde 1980, catorce veranos han visto temperaturas mayores o iguales a los 30 grados en Lima Centro y Lima Este. Desde el 2012, estos picos se han mantenido prácticamente constantes durante todos estos años. Solo en el 2013, el 2018 y en el 2022 no se superaron estos niveles. Sin embargo, en Lima Este, todos los veranos desde 1997 han registrado temperaturas de 30 grados a más. Incluso, en 1998, esta parte de la capital llegó a los 33,6 grados.
El horno del Este
Mientras que los distritos de San Isidro, Miraflores o Jesús María pasaron el verano del año pasado con unos 28,23 grados promedio, los ciudadanos de El Agustino, La Molina o Lurigancho lo vivieron a casi 31. Estrictamente, la diferencia fue de 2,67 grados Celsius en promedio.
Patricio Valderrama, doctor en Ciencias de la Tierra, explicó a El Comercio que son diversos factores los que influyen en la diferencia de temperaturas entre estas dos zonas de Lima. En primer lugar, el experto comentó que Lima Este, al ubicarse en una zona montañosa, tenía una mayor elevación respecto al nivel del mar. Esto, indicó, resulta en una mayor radiación, lo que incrementa la temperatura de estos distritos.
Por su parte, la zona de Lima Centro, compuesto por distritos más pegados a la costa, cuentan con la brisa marina. Valderrama argumentó que este componente ayuda a bajar la temperatura en estos lugares, incluso llegando a reducirla hasta en 2 grados. Esto a pesar de que en las ciudades con mayor infraestructura se desarrollan las islas de calor urbanas, fenómeno en que estas zonas experimentan temperaturas más altas debido a las edificaciones y la actividad humana.
El experto ensayó que esto no se llega a evidenciar en el caso de Lima Centro porque, además de las diferencias geográficas, estos distritos tiene más áreas verdes. Valderrama enfatizó en que estos espacios ayudan a reflejar la radiación y aportan en reducir la temperatura. En Lima Este, los espacios verdes son mínimos y prevalece el cemento, el asfalto y la roca; todos elementos que absorben el calor. Añadió que esto nace de una mala planificación urbana.
Finalmente, Valderrama aclaró que la sensación térmica también está vinculada a los mismos factores mencionados. Agregó que en el verano, la humedad se evapora y desaparece, mientras que en el invierno se condensa. Esto explica por qué la sensación térmica entre el verano y el invierno es tan evidente.