Tras la advertencia del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi) de que Lima pasaba a un estado de alerta roja debido a las intensas lluvias, el Gobierno anunció ayer la suspensión de las clases escolares y universitarias en la capital y el Callao durante todo el miércoles 15 de marzo.
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“Se suspende por 24 horas las actividades escolares y en las universidades. La medida alcanza a alumnos y docentes de las diferentes instituciones educativas de Lima”, informó la presidenta de la República Dina Boluarte.
Asimismo, el Gobierno, a través del Ministerio de Educación (Minedu), ya había tomado días antes la decisión de aplazar las clases hasta el 20 de marzo en ocho regiones del país (Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad, Áncash, Ica, Lima y el Callao) como medida de prevención ante el riesgo de emergencias por las lluvias.
“La zona norte del país es la más afectada por las lluvias y, lógicamente, se tuvo que postergar el inicio de clases por una semana para garantizar la seguridad de los escolares. Esperamos que la situación se normalice y el 20 de marzo todos retornen a las aulas. En caso se complique, apelaremos a la educación híbrida porque ya tenemos la experiencia que aprendimos durante la pandemia”, señaló el ministro de Educación Óscar Becerra.
Becerra recorrió el día de hoy la zona del Malecón Checa, en San Juan de Lurigancho, a fin de supervisar las acciones ejecutadas para evitar el desborde del río Rímac. El funcionario explicó que en los colegios donde no se puedan iniciar las clases el 27 de marzo como plazo máximo, se volverá a la educación virtual hasta que se superen los problemas.
En tanto, indicó que la suspensión de las clases escolares en Lima Metropolitana es solo por 24 horas y que, por el momento, no hace falta prorrogar la medida porque “ya ha pasado el pico del fenómeno natural”. “Hemos comprobado que no hay daños personales gracias al trabajo que desplegaron las autoridades locales y regionales”, precisó. Estas declaraciones las brindó antes de que se volvieran a activar quebradas de Punta Hermosa.
Ante la prensa, el ministro informó que el colegio Víctor Andrés Belaúnde Diez Canseco, ubicado en Punta Hermosa, sirvió como albergue para 13 personas afectadas por el desborde del río Rímac.
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“Se están limpiando los centros educativos de las inundaciones sufridas. Tenemos equipos en todas las zonas afectadas evaluando los daños para definir qué acciones adicionales se aplicarán”, agregó.
Becerra reiteró que, si un centro educativo aún no se encuentra habilitado para el próximo 27 de marzo, iniciará las clases de modo virtual. En tanto, los colegios que se están usando como albergues de emergencia, una vez que se defina la reubicación de las familias, recuperarán las clases.
-Critican medida-
En diálogo con El Comercio, Justo Zaragoza, director del Grupo Educación Al Futuro, criticó que el Minedu haya tomado la decisión de suspender las clases en todos los colegios de Lima. Indicó que el sector tendría que haber dado autonomía a cada institución educativa para que esta evalúe la mejor alternativa.
“En una ciudad tan grande como Lima, con 11 millones de habitantes, con distintos distritos, barrios y realidades no se puede tomar una medida única, salvo que sea algo que afecte a todos por igual. Un día en realidad parece poco, pero no lo es”, señaló.
Recordó que en el 2020, ante el inicio de la pandemia, lo primero que se hizo fue cerrar los colegios. Asimismo, con la reactivación de varios servicios, las clases escolares presenciales fue una de las últimas actividades en volver a la normalidad.
“Teníamos abiertos los bares, discotecas, tragamonedas, restaurantes, pero los colegios no. Y eso es un error de concepto que siempre se tiene. Igual ahora, lo primero que se hace. Todas las actividades pueden seguir abiertas, pero la educación se suspende, supuestamente bajo el concepto de proteger a los niños, pero en realidad es una forma de buscar la solución más fácil y no dejar que las instituciones, el director, la comunidad educativa, los padres de familia y docentes puedan decidir lo que mejor corresponde a cada una de sus instituciones. Las realidades son muy distintas y los impactos también”, detalló.
Zaragoza consideró que sí, efectivamente, existen zonas que son vulnerables ante las lluvias y huaycos, por lo que tiene bastante lógica suspender las clases para resguardar la integridad de los escolares y el personal que labora allí. Sin embargo, precisó que otros barrios y distritos en el que el riesgo de afectación es mucho menor o casi nulo.
“Creo que pasa por que la medida sea focalizada y que se otorgue autonomía a las instituciones. Lo que tenemos ahora mismo es una brecha de aprendizaje, producto de la pandemia. Esta medida hace que esta brecha se acreciente más y al final los más afectados serán los niños que estudian en condiciones desventajosas, que viven en sectores marginales y sin internet adecuado”, sostuvo.
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En ese sentido, Zaragoza resaltó la importancia de la planificación. Destacó el trabajo que vienen realizando otros países, quienes planifican continuamente cómo reducir la brecha de aprendizaje, mejorar la convivencia entre estudiantes y brindar capacitaciones a los docentes.
“Nosotros tenemos una emergencia y antes de terminar de resolverla viene una más y luego otra. Tenemos un gabinete que va cambiando permanentemente. Lo único constante es la incertidumbre y así lo que menos se hace es planificar”, puntualizó.
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