A diferencia de las calles y plazas públicas del país, en las instalaciones del Instituto Nacional de Salud (INS) el enemigo no es invisible. Está allí, en los microscopios, y tiene nombre: SARS-CoV-2. Identificarlo en una muestra es una mala noticia, ya que eso representa un nuevo caso de COVID-19 en el Perú. A la fecha, esa dinámica ha ocurrido en 263 ocasiones.
Sin esa labor, los peruanos portadores de este nuevo coronavirus no podrían ser atendidos por el personal médico, ni tampoco se determinaría su aislamiento u hospitalización. De este modo, científicos y doctores conforman la primera línea de batalla del Estado contra esta pandemia global.
—La identificación—
El INS es una entidad del Ministerio de Salud (Minsa) donde trabajan biólogos, biólogos moleculares, tecnólogos médicos, técnicos auxiliares de laboratorio, médicos y personal administrativo. Mientras en los exteriores de su sede central, en Chorrillos, la población acata la cuarentena y el aislamiento, adentro los laboratorios operan las 24 horas.
Desde la confirmación del primer paciente el pasado 6 de marzo, el instituto ha analizado 4.298 muestras provenientes de al menos 19 regiones del país. Se procesa un promedio de 400 a 450 muestras diarias.
Para acelerar los procedimientos, el Minsa ha iniciado la descentralización de los laboratorios en Loreto, Tumbes, La Libertad, Piura, Lambayeque y Cajamarca. Esta semana se entregaron kits de reactivos (RT-PCR) e insumos en las tres últimas jurisdicciones, y en los próximos días se hará lo mismo en Ucayali, Ica, Cusco, San Martín y Arequipa.
Cuando se anunció al primer peruano portador del SARS-Cov-2, el jefe del INS, Omar Trujillo, dijo: “Se está generando un estado de ansiedad. Por ello, estamos procesando rápidamente las muestras, para que las personas recobren la tranquilidad”. Y continúan haciéndolo.
—La atención—
El Servicio de Atención Móvil de Urgencia (SAMU) del Minsa tiene la misión de dar atención inicial y trasladar a los pacientes con insuficiencias respiratorias moderadas o graves a los centros de salud asignados. En Lima, el hospital de Vitarte recibe los casos que necesiten cuidados intensivos.
“El mayor problema con el COVID-19 es que en su periodo asintomático es contagioso y, en el prehospitalario, el equipo médico encargado del traslado del paciente debe diferenciar un cuadro de coronavirus de una gripe común y estar atento a las formas clínicas como bronquitis, neumonía y dificultad respiratoria sin causa aparente”, indica Carlos Malpica, director ejecutivo del SAMU.
El personal del SAMU –que acude al domicilio a través de la línea 106 y está conformado por médicos, emergenciólogos y enfermeros– utiliza un equipo de protección especial diseñado para evitar el contagio y la propagación del virus.
Una vez con el paciente, se evalúan los factores de riesgo asociados al nuevo coronavirus (sus contactos epidemiológicos, viajes recientes), además de síntomas como fiebre, oximetría (medición del nivel de oxígeno en la sangre), dinámica respiratoria y dolor torácico al respirar.
Yuri Cutipé, director ejecutivo de Salud Mental del Minsa, explicó que aunque estos profesionales están acostumbrados a lidiar con situaciones de alta tensión emocional, es importante que se fortalezca la organización del trabajo para evitar un mayor estrés. “En estos casos se requiere trabajar con mucha verticalidad y protocolos bien establecidos. Cuando sabes qué debes hacer, la incertidumbre se reduce”, dice.
—La vulnerabilidad—
En situaciones de emergencia, el riesgo aumenta para este personal especializado. Miguel Palacios, decano del Colegio Médico del Perú, explica que su gremio es el “escudo sanitario” ante el COVID-19, pero no tienen el equipamiento suficiente.
Esto, según ha dicho, ha causado el contagio en 10 médicos y posiblemente en otros 80: “Los doctores se siguen quejando de que no reciben la protección debida. Una falla en el equipamiento de bioseguridad sería grave para la estrategia de contención del nuevo coronavirus”. Al respecto, el Minsa informó que estas cifras no han sido confirmadas por el sector. 
►PUNTO DE VISTA
Elmer Huerta:
¿Se pueden reconsiderar los 15 días de cuarentena inicial que dictó el Gobierno?
Estas dos semanas deben reconsiderarse de acuerdo con los datos epidemiológicos, especialmente el número de pacientes graves.
¿Cuántos días podrían adicionarse, según la evolución que estamos viendo?
Por lo menos una semana más, pero dependerá de algún pico en la cifra de pacientes graves. La clave está en ellos.
Porque no hay suficientes camas en las unidades de cuidados intensivos...
Exacto. Recordemos que las medidas contra el COVID-19 buscan evitar el colapso del sistema de salud.
¿El aislamiento entonces es vital?
Si se respeta, sí. El virus seguirá en la comunidad, pero circulará de forma más lenta. De repente habrá brotes, pero focalizados. A China le costó dos meses. Depende de nosotros.