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De acuerdo con la Municipalidad de Miraflores, de los diecisiete trabajadores que han dado positivo a las pruebas rápidas para detectar el COVID-19, el 40% son agentes del Serenazgo, el 20% son fiscalizadores, dos son funcionarios y el resto es personal de limpieza pública.
Los diecisiete han sido asintomáticos y se encuentran en sus domicilios bajo un aislamiento monitoreado. “Ninguno tuvo fiebre o tos o malestar. Si no hubiéramos hecho este chequeo preventivo, no nos habríamos enterado. Hubieran seguido trabajado”, explicó a este Diario el médico Luis Llanos, de la Gerencia de Desarrollo Humano de la comuna.
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“Nadie sabe cómo se infectó. En el trabajo tienen todos los implementos de seguridad, pero basta un descuido. Algunas personas llegan a sus casas y se relajan”, explicó.
En el distrito, dice, ha observado que los vecinos respetan prudentemente el metro de distancia. Sin embargo, están evaluando extremar medidas y sugerir que la distancia mínima sea de dos metros.
Según los análisis de la clínica Good Hope, once de los infectados se encontraban en la etapa final de la enfermedad y seis se habían contagiado recientemente.
Ayer fueron 196 los trabajadores que se sometieron a las pruebas rápidas de descarte. Hoy acudieron otros 112 para que les tomen una muestra de sangre. “Estamos esperando los resultados. Deberíamos tenerlos hoy mismo”, contó el médico.
En la semana se espera completar los chequeos a 800 trabajadores.
