Personas con tos, neumonía y sospecha de COVID-19  son atendidos en la puerta de Emergencia. (Anthony Niño de Guzmán / GEC)
Personas con tos, neumonía y sospecha de COVID-19 son atendidos en la puerta de Emergencia. (Anthony Niño de Guzmán / GEC)
Gladys Pereyra Colchado

En la puerta 1 del área de Emergencia del hospital Guillermo Almenara de , más de veinte personas con mascarilla esperan su turno para ingresar al triaje ‘diferenciado’, nombre que se ha dado a la zona para descartar casos y evaluar qué tan grave se encuentra un paciente con . Sentadas en el suelo, sobre ladrillos de cemento, en sillas de ruedas o apoyadas contra la pared, hacen cola bajo el sol.

Una mujer llora porque lleva casi un día afuera sin ser atendida. “Mis familiares son casos positivos, yo tengo fiebre y tos. Por favor, ayúdennos”, suplica. Tras la reja, los médicos de guardia los escuchan, saben de su desesperación, pero no se dan abasto. En ese lugar, se han instalado tres carpas para atender a pacientes que necesitan ser hospitalizados. Ahí, el último lunes murieron dos ancianos esperando un ventilador mecánico. No hay camas para todos ni respiradores suficientes. Lo que sobra es miedo en ambos lados.

“Eran un hombre y una mujer de 76 y 78 años que llegaron muy mal, con insuficiencia respiratoria. Fue muy doloroso porque necesitaban un ventilador mecánico, pero en UCI [Unidad de Cuidados Intensivos] ya no había disponibles. Los tuvimos en las carpas, pero no había a dónde moverlos. Murieron con media hora de diferencia”, recuerda la médica internista que los atendió. Su nombre y los de otros médicos del Almenara que hablaron con El Comercio se mantendrán en reserva.

En las tres carpas se aísla a aquellos pacientes que llegan al triaje, pero, por su estado, no pueden ser enviados a sus casas. La mayoría tiene tos, neumonía o problemas para respirar. Son espacios provisionales con al menos 30 personas en camillas y sillas de ruedas. Los pacientes pasan ahí la noche esperando mejorar o ser hospitalizados. Como no todos entran en los módulos, varios aguardan afuera, separados por una reja de la calle.

Se han instalado tres carpas para aislar a pacientes que, por su estado, no pueden ser enviados a sus casas. (Anthony Niño de Guzmán / GEC)
Se han instalado tres carpas para aislar a pacientes que, por su estado, no pueden ser enviados a sus casas. (Anthony Niño de Guzmán / GEC)

Servicio saturado

El Almenara es un hospital nacional de alta complejidad (nivel IV) y el segundo más importante del Seguro Social (Essalud), después del Edgardo Rebagliati. Pese a que tiene más de mil camas en hospitalización, UCI y Emergencia, se ha destinado apenas el 10% para pacientes con COVID-19. Según los médicos, hay aproximadamente 92 camas disponibles para pacientes con coronavirus: 85 en Emergencia (entre el segundo piso, la unidad de cuidados especiales y trauma shock) y 7 en la UCI COVID. Estas áreas tendrían 22 ventiladores mecánicos.

Pacientes esperan en camillas a que se desocupen camas para ser hospitalizados. (Facebook)
Pacientes esperan en camillas a que se desocupen camas para ser hospitalizados. (Facebook)

El último miércoles se atendía a 122 pacientes (incluidos los que esperaban en las carpas), 22 de los cuales usaban un ventilador mecánico. Los médicos consultados explicaron que el número de internados varía a diario de acuerdo con su evolución. Lo que no cambia es la cantidad de camas disponibles, pese a que siguen ingresando casos graves. Según la administración del hospital, ayer había 69 casos confirmados y 56 sospechosos.

“Tenemos el hospital colapsado, todas las camas están llenas y tenerlos en carpas es inhumano. Incluso, hay camas con ventiladores ocupadas en Traumashock, pese a que es un área que siempre debe estar libre”, dice un médico de Emergencia.

Aquí, como en otros hospitales del país, lo que faltan son los respiradores. Los pacientes graves que necesitan uno son anotados en una lista de espera. El miércoles por la mañana, el médico contó cinco en cola. “Si algún paciente fallece o es dado de alta, entran ellos”, explica.

Una cinta separa la zona COVID-19 de las otras áreas de Emergencia. (Gladys Pereyra)
Una cinta separa la zona COVID-19 de las otras áreas de Emergencia. (Gladys Pereyra)

Hace una semana, el presidente Martín Vizcarra informó que las camas UCI con ventiladores mecánicos disponibles en el país pasaron de 100 a 504 en un mes, con la meta de llegar a mil a fines de abril. El sábado pasado, el ministro de Salud, Víctor Zamora, aseguró que ya había 600 camas UCI operativas.

Sin embargo, el incremento aún es insuficiente para dotar a todos los hospitales. En los últimos días, El Comercio ha reportado escasez de estos equipos en el hospital de la Policía Nacional, en el antiguo hospital de Ate y en el nuevo, así como en el Hospital Amazónico de Yarinacocha de Pucallpa.

Insuficiente personal

Mientras afuera del hospital la cola de personas con fiebre, tos y problemas para respirar sigue creciendo, adentro faltan manos. De acuerdo con la médica internista, son pocos los doctores designados para los hospitalizados y los que llegan cada día. En la guardia nocturna del último miércoles solo había siete médicos para triaje, dos tópicos, dos pisos de Emergencia y las carpas.

“No es sencillo, si llega una persona sola tenemos que hacerle pruebas, tomar placas, tomografías y hasta buscar a su familia. Por cada una, nos demoramos mínimo 20 minutos, es decir, solo atendemos tres por hora. Por eso hay largas colas”, dice. En total, para atender a los pacientes con coronavirus, precisa el hospital, hay 15 intensivistas para la UCI COVID y 60 médicos para el resto de servicios.

Su colega de Emergencia agrega que el temor al contagio ha hecho que médicos de otras áreas, a quienes no se les proporciona los mismos equipos de protección personal (EPP), se rehúsen a apoyarlos. La demanda se ha triplicado y la impotencia que siente la resume así: “La mañana del domingo llegó el hermano de una enfermera del hospital. Estaba grave y necesitaba un ventilador mecánico. Lo entubaron, su misma hermana le daba respiración con la bolsa [parte del resucitador manual]. Era un cuadro muy penoso. Esperaron una hora, dos y falleció”.

Esta es la cola para ingresar al triaje ‘diferenciado’ en el hospital. Muchos llegan con insuficiencia respiratoria. (Anthony Niño de Guzmán / GEC)
Esta es la cola para ingresar al triaje ‘diferenciado’ en el hospital. Muchos llegan con insuficiencia respiratoria. (Anthony Niño de Guzmán / GEC)

Los médicos piden que se habiliten más espacios para, al menos, descongestionar las carpas y acceder a más equipos. “Sentimos rechazo del resto del hospital porque no quieren aceptarnos pacientes ni hacer interconsultas”, afirma uno.

Según la dirección del nosocomio, se han realizado 700 pruebas rápidas al personal médico o trabajadores que tuvieron contacto con pacientes o presentaron síntomas. No detallaron los resultados

Calidad de equipos cuestionada

Otro problema que reportan los médicos es la calidad de los nuevos EPP. El martes pasado, Essalud entregó un lote de 13 toneladas de implementos de seguridad a la Red Asistencial Almenara, que incluye el hospital Almenara y otros 21 centros médicos.

Las nuevas mascarillas son KN95, de fabricación china, más livianas y con menos ajuste que las N95. “No ajustan herméticamente la cara, esa es su mayor falla, porque nos expone a inhalar el virus. Trabajamos en áreas con mucha gente tosiendo al mismo tiempo. Necesitamos una buena protección”, comentó otro médico a este Diario.

Este es el equipo de protección personal que se entrega a los médicos que atienden casos de COVID-19 e incluye la mascarilla KN95.
Este es el equipo de protección personal que se entrega a los médicos que atienden casos de COVID-19 e incluye la mascarilla KN95.

Estas vienen en paquetes sellados junto con trajes descartables, gorros, cubrezapatos y guantes. Sobre estos también hay quejas por su fragilidad. “Estamos atendiendo y rozas algo y se rompen los mamelucos. Cuando nos quejamos, nos dicen: ‘Es lo que hay’”, agregó otro especialista.

Al respecto, el director del hospital Guillermo Almenara, Jorge Amorós, dijo que los EPP distribuidos al personal fueron adquiridos por el “nivel central” y que, además, su gestión ha comprado 1.500 mascarillas N100.

Médicos denuncian que la mascarilla KN95 es más liviana que la N95 y se rompe con facilidad.
Médicos denuncian que la mascarilla KN95 es más liviana que la N95 y se rompe con facilidad.
Médicos denuncian que los mamelucos que usan se rompen con facilidad.
Médicos denuncian que los mamelucos que usan se rompen con facilidad.

¿Qué es un coronavirus?

Los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden llegar a causar infecciones que van desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, que se pueden contagiar de animales a personas (transmisión zoonótica). De acuerdo con estudios, el SRAS-CoV se transmitió de la civeta al ser humano, mientras que el MERS-CoV pasó del dromedario a la gente. El último caso de coronavirus que se conoce es el COVID-19.

En resumen, un nuevo coronavirus es una nueva cepa de coronavirus que no se había encontrado antes en el ser humano y debe su nombre al aspecto que presenta, ya que es muy parecido a una corona o un halo.

¿Qué es la COVID-19?

La COVID-19 es la enfermedad infecciosa que fue descubierta en Wuhan (China) en diciembre de 2019, a raíz del brote del virus que empezó a acabar con la vida de gran cantidad de personas.

El Comité Internacional de Taxonomía de Virus designó el nombre de este nuevo coronavirus como SARS-CoV-2.

VIDEO RECOMENDADO

En el día 33 de emergencia sanitaria en el país, el Ministerio de Salud, informó el número actualizado de contagios por coronavirus a nivel nacional, que asciende a 13.489.

TE PUEDE INTERESAR

Contenido sugerido

Contenido GEC