A estas alturas, ya sabemos que este es un virus bastante contagioso, que depende de la interacción humana. Es posible que –teóricamente– tengamos más contagios en las semanas venideras debido a la flexibilización de las restricciones, pero hay que considerar que el comportamiento de la pandemia aún es impredecible. En el estado de Georgia (EE.UU.) se abrió la economía y no hubo aumento de contagios; en otros estados sucedió lo contrario. Desde el punto de vista científico, podemos esperar un mayor número de casos y muertes en el Perú.
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Por ello, lo que quisiera ver en los próximos 100 días en nuestro país son campañas de educación social, donde se refuerce la idea de que es nuestra responsabilidad cuidarnos; y también el aprender a cuidarnos. Es importante que el Estado empiece a concientizar a la gente sobre los cambios en las normas sociales; el peruano es muy querendón y tolera el abrazo, el beso, que irrumpan en su espacio personal. Se debe hacer algo similar a la campaña contra el tabaco, cuando se prohibió fumar en espacios públicos y se logró entender la situación.
En el ámbito médico, se requiere un mayor número de pruebas para monitorear los casos confirmados, evaluar los flujos en ámbitos distritales y quizás evaluar la posibilidad de establecer “semáforos epidemiológicos” por cada distrito. Sí creo que salud y economía no son mutuamente excluyentes; plantear el asunto como salud pública o economía es equivocado. Ese ‘o' no corresponde.
Sin embargo, para que eso sea eficaz necesitamos un sistema de vigilancia epidemiológica fortalecido y una población educada. Así como nos dimos cuenta de que fumar en público era dañino, es necesario entender que el uso de la mascarilla y el distanciamiento social son obligatorios. Con educación, sabremos respetar y cuidar al resto del país.
También se debe replantear la cuarentena, porque no se puede mantener tal como la hemos tenido. Tener 100 días más de cuarentena no agregará ningún beneficio a la lucha contra el COVID-19, aunque sí creo necesario que continúe el toque de queda nocturno para evitar reuniones y aglomeraciones de personas. Lo que decida el Gobierno y el Ministerio de Salud, evidentemente, se tiene que fundamentar en los datos recopilados.
Esto no quiere decir que la cuarentena fue en vano. Sí funcionó, porque su objetivo no era desaparecer el virus del Perú, sino evitar el descalabro masivo de nuestro sistema de salud. Veámoslo así: es como si nos dieran un carro para ir de Tumbes a Tacna, y cuando abrimos el garaje vemos un Chevrolet del 54. Eso es lo que hemos heredado: un sistema de salud que es como un Chevrolet del 54, que ha llegado de Tumbes a Tacna, pero que se paró en Ica.
La nueva normalidad se nos plantea como un reto en los 100 días siguientes. El Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota ya advirtió que deben suceder tres cosas para volver a tener una vida similar a la que teníamos antes de la pandemia. Primero, encontrar un medicamento efectivo para el COVID-19, y aún estamos lejos de un antiviral efectivo; segundo, desarrollar una vacuna disponible para 6 mil millones de personas, que si bien está en estudio, el problema que surgirá después es que cuando esté lista pueda llegar a Chachapoyas o Huaraz; y tercero, que entre el 60% y 70% de la población mundial se infecte, pero en países azotados por el virus como España no se ha llegado ni al 10%.
Mientras no pase eso, en los seis meses que le faltan al 2020 y los primeros seis meses del 2021, tendremos que convivir con el coronavirus. Se requieren mensajes más claros del Estado y una vigilancia epidemiológica mucho más fuerte. Y ser capaces de vigilarlo, incluso desde casa.
¿Qué es un coronavirus?
Los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden llegar a causar infecciones que van desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, que se pueden contagiar de animales a personas (transmisión zoonótica). De acuerdo con estudios, el SRAS-CoV se transmitió de la civeta al ser humano, mientras que el MERS-CoV pasó del dromedario a la gente. El último caso de coronavirus que se conoce es el covid-19.
En resumen, un nuevo coronavirus es una nueva cepa de coronavirus que no se había encontrado antes en el ser humano y debe su nombre al aspecto que presenta, ya que es muy parecido a una corona o un halo.
¿Quiénes son las personas que corren más riesgo por el coronavirus?
Debido a que la COVID-19 es un nuevo coronavirus, de acuerdo con los reportes que se tienen a nivel mundial, las personas mayores y quienes padecen afecciones médicas preexistentes como hipertensión arterial, enfermedades cardiacas o diabetes son las que desarrollan casos graves de la enfermedad con más frecuencia que otras.