Desde el martes 8 de junio, la Costa Verde acoge entre sus playas de aguas verdosas y sus acantilados a dos ‘vacunacar’ ubicados en Chorrillos y Magdalena. Estos centros abrieron sus puertas para agilizar la vacunación de personas de 60,61 y 62 años.
Vacunación COVID-19 en Costa Verde: consulta quiénes pueden inocularse en los vacunacar de Agua Dulce y Magdalena
En un recorrido por la zona de playas, El Comercio conversó con algunos beneficiarios y pudo recoger los sentimientos de alegría y sosiego tras recibir la primera dosis o completar el proceso de inmunización, también, conversó con el personal de salud a cargo de administrar los fármacos, quienes contaron cómo le hacen frente a la COVID-19. A continuación, sus testimonios:
Amor a prueba de todo
Roberto Lúcar (80) y Flor Mercado (68) ya pueden respirar más tranquilos. El martes, Flor recibió su segunda dosis y con esto la pareja, que tiene más de 40 años de casados, ya finalizó el proceso de inmunización contra la COVID-19.
“Vamos a retomar poco a poco los paseos al aire libre, eso era lo que más extrañaba. Pero eso sí, siempre cuidándonos”, dice la mujer que llegó desde Surco hasta el ‘vacunacar’ de Magdalena.
Además, los esposos Lúcar Mercado también sienten emoción en poder compartir un poco más con sus dos hijos y cuatro nietos, quienes viven a pocas cuadras de su vivienda. “Con esto de la pandemia las salidas se restringieron un poco, antes salíamos en familia todos los domingos. Ahora podremos compartir un poco más con nuestros nietos, ellos son pequeños y también se están cuidando mucho”, acota Flor, quien recibió su primera dosis el 18 de mayo en la Institución Educativa Manuel Polo Jiménez.
El mejor regalo
Adelaida McGregor también llegó hasta Magdalena en busca de su primera dosis. La mujer de 60 años recibió la inmunización acompañada de su esposo, un suboficial de la Policía Nacional que con 35 años de servicio también le ha hecho frente a la pandemia del coronavirus.
Para Adelaida, recibir la dosis es un alivio total. “Yo soy diabética y llevo un año viviendo con mi hija. Así nos estuvimos cuidando para evitar algún contagio porque el trabajo de mi esposo es en primera línea y yo soy delicada de salud”, acota.
Su próxima dosis está programada para el 29 de mayo, solo un día después de su cumpleaños número 61. “Este es el mejor regalo que he podido recibir, y no solo es para mí, sino también para mi familia”, dice la mujer con un evidente entusiasmo que se puede ver en sus ojos achinados, producto de la sonrisa que esconde su cubrebocas.
En primera línea
Lucy Guzmán tiene 10 años de experiencia en el sector salud y lleva más de tres meses recorriendo los distritos de la capital para inmunizar a sus compatriotas. Según los cálculos de la técnica en enfermería, al día, su brigada inocula entre 180 y 200 personas.
“Estamos vacunando para atenuar este virus y para que más peruanos y peruanas puedan mantenerse sanos. Creo que aún nos falta mucho camino por recorrer, pero todos nos estamos esforzando para avanzar día a día. Ya se acerca el turno de cada uno, las vacunas están llegando progresivamente y hay una para cada ciudadano”, dice Lucy, quien antes de la pandemia trabajaba en el centro de salud Viñedos de Surco.
En esa misma brigada también conversamos con la licenciada Flor Rodríguez, quien le ha hecho frente a la enfermedad desde todos los frentes posibles. Y es que la profesional de la salud ha monitoreado pacientes vía telefónica, ha recorrido casa por casa entregando medicamentos, ha brindado orientación sobre la enfermedad y ha hecho seguimiento a los pacientes recuperados de COVID-19, como parte de sus labores en la Dirección de Redes Integradas de Salud (DIRIS) en los distritos de Lima Sur.
Flor, quien tiene 14 años de experiencia en el sector, reitera que todos sus compañeros, desde los diferentes niveles de atención, están comprometidos para atender a la población en las postas, hospitales y centros de vacunación. Asimismo, pide a la ciudadanía no bajar la guardia y mantener los cuidados necesarios para evitar la propagación del virus.
“En estos meses hemos visto a todo tipo de pacientes. Desde los que son conscientes de los cuidados que deben seguir, los que tienen quejas y los que nos agradecen. Es entendible lo que siente la población, pero todos tenemos que sumarnos para combatir a la enfermedad y proteger a los nuestros”, enfatiza la licenciada Rodríguez quien junto a su compañera vienen inmunizando en el vacunatorio vehicular de Chorrillos.
Vale indicar que el centro de vacunación contra el coronavirus ubicado en la playa Agua Dulce, prevé recibir a unos 240 carros por hora e inmunizar a más de 2.000 personas al día. Mientras que en Magdalena, el ‘vacunacar’ instalado en la zona de la explanada de la Costa Verde, cuenta con unas 20 brigadas que pondrán en marcha la jornada de vacunación masiva al aire libre.
Estos dos grandes centros se suman a los 620 que ya existen a nivel nacional y forman parte de los 63 ya instalados en Lima Metropolitana y el Callao. En estos ‘vacunacar’, se puede acceder a la vacuna sin bajar del vehículo y se cuenta con zonas de reposo y monitoreo. De acuerdo con previsiones del Ministerio de Salud, se espera vacunar, hasta el domingo 13 de junio, a 275.120 personas de este grupo etario. El horario de atención es de lunes a domingo de 7:00 a.m. a 4:00 p.m.
Distracción
Mientras cientos de personas acudían a vacunarse, algunos otros también aprovecharon para disfrutar de la Costa Verde. A ocho días de permitirse el acceso a las playas en las zonas con alerta sanitaria muy alta, entre ellas Lima y Callao, este Diario encontró a varios grupos de familias y amigos, que a pesar del clima, aprovecharon su día a orillas del mar.
Por ejemplo, los Gutiérrez Quino, llegaron al mediodía a la playa Barranquito con la consigna de relajarse. “Hace un año que no veníamos a la playa y hemos aprovechado que hoy mi esposo no trabaja para poder salir de la rutina. Creemos que es importante que nuestros hijos cambien de ambiente y puedan hacer otra actividad, al menos un día, para que puedan olvidarse un poco de la pandemia”, dice la madre de dos menores de 2 y 17 años.
Esta familia también aprovechó para que sus mascotas Lupita, Lucky y Otto renueven energías y correteen sin restricción alguna por la arena.
A pocos metros, Ricardo tomaba fotos de su hija Micaela, de 7 años, quien también corría por la orilla esquivando las pequeñas olas que allí se formaban. Ellos también estuvieron alejados del litoral por un año y no desaprovecharon la oportunidad para salir de la monotonía.
“Cuando son pequeños, es un poco más complicado que entiendan la magnitud de lo que está ocurriendo. Ellos son niños, se aburren, quieren salir y jugar para botar toda la energía que tienen. Me alegra que mi hija esté tan contenta jugando en el mar. No sabía que se podía ingresar a la playa, pero estoy contento de haber venido”, dice padre de familia que llegó desde Surquillo.
Vale indicar que esta el acceso a las playas se mantendrá hasta el 20 de junio, de acuerdo con lo indicado en el Decreto Supremo 105-2021-PCM. Allí se establece que se deben cumplir con las disposiciones de cada municipio a fin de evitar aglomeraciones y posibles contagios de COVID-19.
En el caso de Lima, no se permite el ingreso de alimentos ni de comercio ambulatorio, además es necesario que los visitantes usen doble mascarilla y cumplan con la desinfección de manos.
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