En los primeros siete días del año, más de 57.500 personas se han contagiado de COVID-19. En un solo día se dieron más de 16 mil nuevos casos, una situación que no se veía desde abril del 2021. Si bien, los expertos mencionan que la rápida vacunación y la cantidad de casos positivos durante la segunda ola han podido reducir el impacto de una tercera ola, no se puede bajar la guardia y aún se requerirán de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) equipadas.
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El doctor Carlos Lescano, presidente de la Sociedad Peruana de Medicina Intensiva (Sopemi),explica que la variante Ómicron, que se vuelve la predominante en el país, lleva a alrededor del 2% de los contagiados a requerir de atención en el sistema de salud. “Si la velocidad de contagio de esta variante comienza a caer millones de personas ese 2% será un número alto que podría colapsar el sistema de salud”, advierte.
La Unidad de Periodismo de Datos revisó el Registro de Disponibilidad de camas a nivel Nacional y halló que pese a que al terminar la segunda ola se contaba con 2.700 camas UCI disponibles para pacientes Covid-19 graves, en la actualidad se tienen alrededor de 1.800 de estas camas, de las cuales el 51% están ocupadas.
“En el norte del país se está superando el 80 y 90% de ocupación de camas UCI. Piura y La Libertad son las regiones que están teniendo mayor ocupación”, resalta Lescano. Por su lado, hasta el 5 de enero, en Lima se bordeaba el 75% de ocupación. Solo en el oriente y el sur del país aún no se ha llegado al 50%.
Las otras 900 camas UCI con las que se contaron en la segunda ola, se han destinado para pacientes no Covid-19 graves. “Si se tiene al 60% de contagiados que se tuvieron en la segunda ola, esas 1.800 camas UCI con las que contamos ahora no serán suficientes”, asegura el experto. Además, solo 17,83% de la población tiene su tercera dosis.
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Lescano recalca que deberíamos contar con alrededor de 3.500 camas dedicadas a pacientes COVID-19 críticos, casi el doble de las que se tienen ahora, y 1.000 camas para pacientes críticos con otras enfermedades. “No podemos dejar a los pacientes no COVID-19 sin camas. Ese fue un problema en la primera y en la segunda ola. Tuvimos fallecidos porque no tenían camas ni especialistas para ser atendidos”, recalca.
La falta de personal
La Organización Mundial de la Salud recomienda un médico intensivista por cada 10 mil habitantes. Según Sopemi, en el Perú lo ideal sería contar con 2.500 a 3.200 intensivistas. Sin embargo, existen apenas 750 operativos a los que no se les permite trabajar en más de un establecimiento público.
“Lo usual ha sido que el gobierno se preocupe más por implementar camas UCI y menos por cubrir personal”, dice Lescano, quien además explica que las leyes que existen en el país no permiten que un médico o una enfermera intensivista que trabajen en un hospital del estado pueda laborar en otro establecimiento de salud público.
A la fecha, hay médicos amonestados por este problema. “Desde el inicio hemos manifestado que con el déficit de especialistas es absurdo prohibir que un intensivista pueda trabajar en más de un lugar o hacer horas extras”, dice Lescano, quien asegura que han realizado pedidos tanto al poder ejecutivo, como al legislativo para solucionar esta situación, sobre todo en medio de una tercera ola.
El doctor Carlos Lescano explica que como no existe el número suficiente de intensivistas, se ha recurrido a médicos de otras especialidades como neumólogos, emergenciólogos y anestesiólogos para que puedan ayudar a los pacientes UCI.
Por cada seis pacientes, se necesitan como mínimo un médico intensivista, tres enfermeras y dos técnicos en enfermería. En el país también hacen falta al menos 2.000 enfermeras de esta especialidad.
Situación de médicos
“En general, hacen falta alrededor de 15 mil médicos. El Ministro de Salud, Hernando Cevallos, mencionó que se contrataría y capacitaría a personal médico. No obstante, recién el 6 de enero, el Ministerio de Salud (Minsa) renovó los contratos de alrededor de 10 mil médicos CAS COVID-19, pertenecientes a las brigadas de vacunación y de respuesta, que habían terminado el 31 de diciembre”, resalta el doctor Eden Galán-Rodas, exsecretario del Interior del Colegio Médico del Perú (CMP).
Sin embargo, según el Decreto de Urgencia 001-2022 la renovación de los contratos va hasta abril. “Esto demuestra que se sigue parchando. No hay fortalecimiento del primer nivel y seguimos en plan bombero. No estamos haciendo nada que permita garantizar que exista sostenibilidad en todas las acciones que se han ido implementando durante la pandemia”, advierte Galán-Rodas.
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Además, los contratos de 4.000 a 5.000 internos de medicina aún no se han renovado, pese a que también vencieron el 31 de diciembre del 2021. “Se están cometiendo los mismos errores que en la primera y segunda ola”, menciona Galán-Rodas, quien asegura que el internado se extiende hasta el 30 de abril. “El Minsa solo ha respondido que está realizando coordinaciones al respecto, pero no les solucionan el problema a los internos”, asegura.
Además, de no tener contratos vigentes, los internos tampoco cuentan con Equipos de Protección Personal y seguro médico. “Si algo le pasa a algún interno, sin seguro, sin EPP, sin pruebas y sin contratos, nadie tendrá responsabilidad por ellos”, advierte Galán-Rodas.
Toma de pruebas
El Minsa ha asegurado que se realizan alrededor de 12 mil pruebas moleculares al día y 6 mil pruebas antígenas. No obstante, Según cifras del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CDC) y los datos del Repositorio Único Nacional de Información en Salud (REUNIS) se han tomado y procesado durante los siete primeros días de enero alrededor de 57 mil pruebas moleculares. El promedio diario es de 7.500. Por su lado, se han tomado y procesado más de 373 mil pruebas antígenas, con un promedio diario de 53.401
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Algunas municipalidades, como la de Ventanilla han realizado coordinaciones con las Direcciones Regionales de Salud y el Seguro Social de Salud para instalar puntos de descarte. Desde el 7 de enero, en Ventanilla también se realizan pruebas en el estadio Antonio Moreno de Cáceres con el objetivo de ampliar la oferta.
“Aunque se tomaran las 12 mil pruebas moleculares que se mencionan, estas no serían suficientes. La cantidad de casos en otros países ha llegado a 100 mil. Necesitamos más pruebas o tendremos un subregistro”, explica Galán-Rodas.
Según menciona el experto, si no se toma la cantidad de pruebas adecuada no será posible realizar un mapeo correcto de casos. “No se detectarán oportunamente y no se va a poder contener el avance del virus”, advierte. Además, recalca que se debe priorizar la toma de pruebas moleculares, dado que estas detectan la presencia del virus así no se tenga síntomas, mientras que las de antígeno son útiles principalmente en el periodo sintomático.
El personal médico también se ha visto afectado por la toma de pruebas. No solo se ha dejado de realizar pruebas a los internos, también a médicos, enfermeras y técnicos. Según datos reportados por el CMP, la toma de pruebas a médicos disminuyó en 77% entre enero y noviembre del 2020 y del 2021.
“En la actualidad, más que pruebas se debería realizar una vigilancia epidemiológica. Si aparece un caso este se debe aislar y mandar a cuarentena a los contactos. También, se debe vigilar a personas que tienen muy alto riesgo”, aseguró el doctor Salomón Durand, jefe de la Dirección General de Intervenciones Estratégicas en Salud Pública (DIGIESP) del Minsa. Según explicó solo le toma pruebas al personal de salud que tiene síntomas y a personas de su entorno, una vez que se ha confirmado la enfermedad.
“No es posible que se haya dejado de tomar pruebas de forma rutinaria. Mucho menos con una variable que avanza rápido”, declara Galán-Rodas. Según cifras del CMP, al 7 de enero ya se tenían 61 médicos infectados, 7 se encuentran en UCI. “No se está haciendo la vigilancia epidemiológica de forma adecuada y así no será posible hacer una verdadera vigilancia”, advierte.
Adquisición de plantas de oxígeno
El Ministro de Salud mencionó que se cuenta con más de 400 plantas de oxígeno. 91 en el Centro, 113 en el Norte, 56 en el Este, 80 en el Sur y 73 en Lima y Callao. 100 de ellas han sido adquiridas por la actual gestión.
Además, entre agosto del 2021 y enero del 2022, seis gobiernos regionales compraron 14 plantas: Cajamarca, Junín, Arequipa, Piura, Amazonas y Loreto. Mientras que 9 gobiernos locales adquirieron también 14 plantas. La municipalidad de Lima es la que más plantas ha adquirido durante el último semestre del año 2021. Por su lado, la municipalidad de Ventanilla entrega de 60 a 70 balones de oxígeno diaria en cada una de las tres plantas que ha colocado en el distrito.
Sin embargo, según informes de la Contraloría General de la República, en el 2021, un total de 112 plantas presentaron algún tipo de problema, desde emisión reducida de oxígeno, hasta paralización total de la planta.
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