Flor Vera camina entre la neblina con dos de sus seis hijos y su mascota, en el asentamiento humano 6 de Enero. Ella ahora vende tamales entre sus vecinos para subsistir. (Foto: Hugo Curotto/GEC)
Flor Vera camina entre la neblina con dos de sus seis hijos y su mascota, en el asentamiento humano 6 de Enero. Ella ahora vende tamales entre sus vecinos para subsistir. (Foto: Hugo Curotto/GEC)
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Juan Guillermo Lara

Para Desiré Quiroga, de 26 años, el es solo uno de los muchos peligros que amenazan a su familia. Desde hace dos semanas, el techo de calamina de su casa se cubrió de moho, las paredes de madera comenzaron a humedecerse y aire frío ingresa por las rendijas de la puerta de su casa, en el asentamiento humano Leandro Ortega, en .

“Mi esposo y mis hijos se agriparon, pero no queremos ir a los centros de salud porque nos da miedo contagiarnos del coronavirus”, dice Desiré. Su casa solo tiene un ambiente. Los dos niños duermen en la única cama, mientras que ella y su esposo descansan sobre un colchón puesto sobre la arena.

Desiré y su familia duermen y comparten un solo ambiente. Ella y su esposo duermen en un colchón sobre la arena compactada y sus hijos en la única cama de la casa. (Foto: Hugo Curotto/GEC)
Desiré y su familia duermen y comparten un solo ambiente. Ella y su esposo duermen en un colchón sobre la arena compactada y sus hijos en la única cama de la casa. (Foto: Hugo Curotto/GEC)
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Desiré trabajaba con su esposo manejando una combi, pero ahora divide su tiempo entre realizar el servicio ilegal de colectivo hasta Ancón y hacer cola en el comedor popular donde recibe dos platos que debe dividir entre los cuatro.

En el sector 6 de Enero, la situación es similar. Flor Vera, una vecina, asegura que las garúas en la madrugada son diarias y que estas ocasionaron que cuatro de sus seis hijos se agriparan. “Ellos duermen en la misma habitación y por eso se han contagiado”, explica.

La Municipalidad de Ventanilla informó que ha registrado a más de 56 mil habitantes en situación de extrema pobreza. La mayoría pueblan los arenales de los 267 asentamientos humanos que hay en el distrito chalaco.

En la casa de Flor Vera, el frío ingresa por los espacios entre las paredes de madera. (Foto: Hugo Curotto/GEC)
En la casa de Flor Vera, el frío ingresa por los espacios entre las paredes de madera. (Foto: Hugo Curotto/GEC)
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—Mayor riesgo—

El director de pronóstico del tiempo del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), Nelson Quispe, indicó que en la zona oeste la temperatura mínima cayó hasta 13,2 °C, mientras que la humedad se incrementó. “En las zonas cercanas al mar la humedad puede llegar hasta el 100%”, manifestó Quispe.

Óscar Gayoso, neumólogo de la Universidad Cayetano Heredia, manifestó que el cambio estacional traerá “una oleada” de infecciones respiratorias, lo que puede agravar la situación en los centros de salud.

“Habrá más casos de tuberculosis o influenza que atender y en este momento debemos considerar a todos los pacientes con fiebre o síntomas respiratorios como potenciales pacientes de COVID-19”, explicó Gayoso, quien además indicó que esta situación se genera por la falta de viviendas adecuadas, un problema que afecta a millones de peruanos.

La Municipalidad de Ventanilla dispuso seguridad permanente en el cementerio para evitar entierros clandestinos durante la pandemia. (Foto: Hugo Curotto/GEC)
La Municipalidad de Ventanilla dispuso seguridad permanente en el cementerio para evitar entierros clandestinos durante la pandemia. (Foto: Hugo Curotto/GEC)
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Para el neumólogo y pediatra Pascual Chiarella, decano de la Facultad de Medicina de la UPC, el hacinamiento en que viven estas familias es una situación que suma un nuevo factor de riesgo para el contagio de enfermedades respiratorias, así como del coronavirus.

“Los niños se van a enfermar y si uno de ellos contrae el COVID-19, es seguro que el resto también se contagiará. Esto puede ser muy perjudicial en la medida en que no haya una buena ventilación en las viviendas y que en la familia existan personas de riesgo, como adultos mayores”, dijo Chiarella.

Desiré teme llevar el COVID-19 a su casa durante sus jornadas laborales, pero más miedo tiene de que sus hijos no coman o no pueda comprar las medicinas para cuidarlos.

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¿Quiénes son las personas que corren más riesgo por el coronavirus?

Debido a que el COVID-19 es un nuevo coronavirus, de acuerdo con los reportes que se tienen a nivel mundial, las personas mayores y quienes padecen afecciones médicas preexistentes como hipertensión arterial, enfermedades cardiacas o diabetes son las que desarrollan casos graves de la enfermedad con más frecuencia que otras.

¿Hay cura para el COVID-19?

Aún no existen pruebas de que alguna vacuna o medicamento pueda prevenir o curar la enfermedad. Sin embargo, los afectados deben recibir atención de salud para aliviar los síntomas; y si el paciente está grave, deberá ser hospitalizado.

La OMS coordina esfuerzos para encontrar la cura contra este nuevo coronavirus que ha acabado con la vida de miles de personas.

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