Mario Casaretto, jefe territorial de los bomberos para Lima y Callao, estimó que en el local se apilaban unos 2.000 balones de gas, oxígenos y acetileno. (Foto: Francisco Neyra/El Comercio)
Mario Casaretto, jefe territorial de los bomberos para Lima y Callao, estimó que en el local se apilaban unos 2.000 balones de gas, oxígenos y acetileno. (Foto: Francisco Neyra/El Comercio)
Juan Guillermo Lara

Frente al cuartel Barbones del Ejército del Perú y a solo 50 metros de la sede de la Dirección de Criminalística (Dirincri) de la Policía Nacional del Perú (PNP), en , operaba, sin ningún control y desde hace más de veinte años, un almacén clandestino que apilaba unos dos mil balones de gas, oxígeno y acetileno.

Ayer, en este local, ubicado en la cuadra 18 de la avenida Grau, se generó un incendio que dejó un herido y otras cinco personas afectadas. La emergencia, que se inició alrededor de las 9:40 a.m., movilizó a 14 unidades y a unos 80 agentes del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú (CGBVP).

El propietario del inmueble, identificado como Eli Hinostroza Mallma, de 55 años, sufrió quemaduras de segundo grado en 20% del cuerpo, incluido el rostro, los brazos y las piernas. Él fue trasladado de emergencia al hospital Hipólito Unanue.

En tanto, tres bomberos, un funcionario municipal y una periodista recibieron atención médica en la zona del siniestro debido a que inhalaron humo y gases.

Almacén era clandestino y funcionaba desde hace 20 años en El Agustino. (Foto: Francisco Neyra)
Almacén era clandestino y funcionaba desde hace 20 años en El Agustino. (Foto: Francisco Neyra)

—Informalidad—

Alfonso Casana, subgerente de fiscalización de la Municipalidad de El Agustino, manifestó que el local tenía una licencia de funcionamiento de 1998 para un taller de reparación de equipos de refrigeración.

“No tienen certificado de Defensa Civil ni autorización para almacenar o distribuir balones de gas u oxígeno. Vamos a clausurar el local de forma definitiva y [formalizar] la denuncia penal para los que resulten responsables”, señaló Casana.

Además, aseguró que los trabajadores operaban “a puerta cerrada”. Sin embargo, esto fue desmentido por los vecinos.

“Los balones estaban ahí [en la vía pública] y ellos trabajaban con la puerta abierta. En una parte almacenaban los balones y en la otra hacían trabajos de soldadura”, dijo el vecino Víctor Serpa.

—Alto riesgo—

Mario Casaretto, jefe territorial de los bomberos para Lima y Callao, explicó que sus agentes tuvieron dificultad para controlar el incendio debido al peligroso material que se almacenaba.

“Esto era una verdadera bomba de tiempo. Hay unos dos mil balones, entre acetileno, oxígeno y gas, apilados en precarias condiciones y con muy poca ventilación. Por la cantidad de material almacenado se podría haber afectado la manzana entera”, precisó Casaretto.

Según las investigaciones preliminares de los bomberos, el incendio habría sido originado por una válvula mal colocada en uno de los balones, lo que ocasionó la deflagración del combustible y las consecuentes explosiones registradas en el lugar. 

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