El Congreso de la República, el mayor fabricante de barbaridades del país, está cerca de añadir dos más a su desgraciada colección de disparates, en esta oportunidad con la presunta intención de beneficiar a Alianza Lima y Universitario de Deportes.
Ayer, el congresista Ricardo Burga (Acción Popular) reveló en radio Ovación que se encuentra evaluando el caso del club íntimo que, como se sabe, deberá jugar la Liga 2 el próximo año.
“Hay que analizar el tema de la baja de Alianza, un club que estando en Segunda va a perjudicar al resto de equipos porque las taquillas van a ser muy reducidas. Este campeonato ha sido muy ‘sui generis’, no se han jugado todos los partidos, los equipos no han jugado en sus estadios y [lo han hecho] sin público. Además, en otros países han suspendido la baja este año, así que estamos viendo eso”, declaró, sueltísimo de huesos, al programa “Negrini lo sabe”.
En otras palabras, como las taquillas van a ser magras el próximo año, hay que salvar a Alianza.
El señor Burga parece vivir en otro planeta. Además de usar un argumento ridículo, hablar de taquillas en plena pandemia –y sin vacuna a la vista, en gran medida por culpa del Parlamento al que pertenece- suena a un mal chiste.
Si un dislate de esta calaña fuera aprobado, el fútbol peruano sería desafiliado al instante porque la FIFA no acepta ningún tipo de intervención externa en los campeonatos que organizan las federaciones.
Lo que hace más surreal esta situación es que Burga afirma haberse reunido con representantes del Fondo Blanquiazul y la Federación Peruana de Fútbol. ¿Es que en la federación no tienen asesores legales? ¿Los integrantes del fondo no han entendido que ellos son solo acreedores de Alianza?
El señor Burga, además, ha elaborado un proyecto que “declara en emergencia la actividad deportiva de los clubes de fútbol profesional”. El objetivo principal de esta iniciativa es suspender los procedimientos concursales en curso y entregarle la administración de las instituciones afectadas a la Sunat.
El congresista ha reconocido que quien lo buscó inicialmente “fue la ‘U’” y por el tenor del proyecto, salta a la vista que su fin es intervenir en el manejo del club crema, ya que el resto de instituciones concursadas (Melgar, Cienciano, Sport Boys y Alianza Lima) no presentan mayores problemas de gestión.
Universitario tiene una deuda concursal multimillonaria y la controversia que ha rodeado el trabajo de sus administradores es conocida. Pero su recuperación no puede promoverse a través de leyes con nombre propio que vulneran derechos adquiridos y destruyen el ordenamiento legal vigente.
Señor Burga, nuestro fútbol ya tiene suficientes problemas para añadirle uno más con sus descaminadas iniciativas. Deje a la pelotita tranquila.
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