Imaginemos el espacio de una habitación de hotel estándar, donde cada elemento está cuidadosamente organizado para maximizar la comodidad en un espacio limitado. Ahora, reduzcamos esa imagen aún más, condensando todas las necesidades básicas no para una estancia breve, sino para vivir para siempre en apenas 20 metros cuadrados. Este es el desafío que enfrenta el departamento más pequeño en venta en Lima, donde la optimización del espacio es fundamental. Dentro de este reducido entorno, se despliega un diseño que intenta aprovechar cada centímetro.
Los departamentos en Lima cada vez son más pequeños. Ya desde el 2011 el área promedio de las viviendas era de 94,8 metros cuadrados y para el 2021, bajó hasta los 72 metros cuadrados. Es decir, 22 metros cuadrados menos en solo diez años. La situación demográfica de la población ha cambiado, los miembros del hogar son cada vez menos y la población joven ha dejado de formar familia. Es una tendencia mundial que nos invita a repensar nuestra relación con el espacio. Desde el 2018, en Hong Kong ya era muy común vivir en las llamadas “nanoviviendas”, madrigueras de entre 15 y 20 metros cuadrados.
Para encontrar el ‘depa’ más pequeño de Lima nos sumergimos en decenas de ofertas de proyectos inmobiliarios, filtrándolas por metraje hasta lograr hallar el más reducido. En la búsqueda se descartaron esos apartamentos que en algún momento fueron divididos en pequeños ‘minidepas’: la idea era hallar uno propio e independiente y que sea parte de un proyecto inmobiliario. Lo encontramos y pedimos una cita con el agente de bienes raíces.
Al día siguiente estábamos en el malecón Bertolotto de San Miguel número 760, donde la empresa T&C construye un complejo inmobiliario con 503 departamentos que van desde los 20 hasta los 177 metros cuadrados en 17 pisos. Al entrar al departamento de 20 metros cuadrados, basta con dar apenas 8 pasos para recorrerlo completamente.
El departamento tiene el tamaño ligeramente mayor que el de un garaje, considerando que un auto puede ocupar 11 o 12 metros cuadrados. Todo está planificado para administrar el poco espacio. Aquí todo es cuestión de adaptarse: la cama se convierte en lugar de trabajo, la cocina en sala de estar y el baño en el único segundo espacio separado.
El precio bordea los 200 mil soles -es decir, 10 mil soles por metro cuadrado-, tiene un solo ambiente en el que están una cama, una ventana, una mini cocina de 2 hornillas con todos los acabados, una especie de lavandería que en realidad es un closet donde entra una lavadora.
Las condiciones de vida en un espacio tan pequeño pueden compensarse con la cercanía a zonas claves que existe alrededor del proyecto inmobiliario. Este complejo está a 5 minutos de Plaza San Miguel o de la avenida Brasil, a unos 20 minutos de Larcomar y a media hora del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez.
Al límite
Una vivienda así no se podría construir en varios países del mundo donde hay mínimos de metraje. En el Perú, el departamento de 20 metros cuadrados bordea la legalidad, pues aquí el área techada mínima en departamentos es de 16 metros cuadrados, según la norma 00.20 del Reglamento Nacional de Edificaciones. En otros países de América Latina el área mínima para construir departamentos triplica lo que establece la norma peruana:
La subida de los precios en el sector inmobiliario ha obligado a los más jóvenes a vivir en espacios cada vez más pequeños. La oferta de estos micro lugares va a acompañada, claro, de áreas comunes dentro del edificio, como gimnasio, piscina y una zona para parrillas que debe turnarse entre más de 200 familias.
Expertos consultados por El Comercio consideran que ya es un hecho el aumento de densidad en proyectos de vivienda, pero este crecimiento debe ir de la mano con mejoras en servicios básicos, infraestructura vial y transporte público para mantener la calidad de vida en el entorno. Lamentablemente, esta correlación no siempre se cumple, lo que puede desembocar en el colapso urbano.
“La densificación debe estar acompañada de un incremento proporcional de los servicios y equipamientos básicos, de la capacidad de las vías y de la oferta de transporte público. Si esto no sucede, afectarán drásticamente la calidad de vida de su entorno. Es por ello que debe darse en el marco de procesos integrales de planificación que prioricen las obras necesarias para garantizar dichos estándares. Lamentablemente, eso en el Perú no sucede. Los nuevos proyectos de vivienda multifamiliar de alta densidad se construyen sobre predios que estaban ocupados por edificaciones de baja densidad, o de usos no residenciales, y no se generan las inversiones necesarias para garantizar la vida digna de los vecinos y nuevos residentes. El resultado es el colapso de la ciudad”, dice el arquitecto urbanista Aldo Facho, asociado a FD Arquitectos, cofundador y editor principal de la Red Latinoamericana de Urbanistas.
"La única forma que esto cambie es que la densificación se dé en los sectores donde se hayan implementado o proyectado las obras necesarias para soportarla. Y eso se da principalmente en el entorno de las avenidas metropolitanas. La construcción de la Línea 2 del Metro y las obras que se están planificando en el marco de los Juegos Panamericanos 2027 son una gran oportunidad que no debemos dejar pasar"
Aldo Facho , arquitecto urbanista especializado en planificación y diseño urbano