Desde fardos funerarios y restos óseos, hasta cerámicos y ofrendas de diversa índole. Estos hallazgos son fruto de los trabajos arqueológicos que se llevan a cabo en distintas partes de la ciudad y que a su vez permiten ir recuperando la memoria histórica sobre los milenarios antecedentes urbanos de Lima y Callao. Pese a ello, debajo del suelo aun permanecen enterradas muchas más piezas que cada cierto tiempo son descubiertas producto de excavaciones con fines de instalación de servicios y/o trabajos de restauración.
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Justamente, la semana pasada, durante las excavaciones para la instalación de tuberías de gas natural en la avenida República de Panamá, en el distrito de Miraflores, fueron hallados restos arqueológicos correspondientes a la Cultura Lima, la cual se desarrolló en los tres valles que hoy conforman la ciudad. Uno de los sitios más emblemáticos de esta civilización, por ejemplo, es la conocida Huaca Pucllana.
Los restos pertenecen a un contexto funerario. Se trata de un adulto y un menor -este último encontrado dentro de una vasija- que tienen una antigüedad estimada de entre 1.300 y 1.800 años. Se sabe que los restos humanos fueron trasladados a laboratorios especializados para su conservación y análisis, previa coordinación con el Ministerio de Cultura (Mincul).
Cabe mencionar que buena parte de los hallazgos de restos y vestigios más importantes en el último tiempo se han producido durante trabajos desarrollados por la Municipalidad de Lima (a través de Prolima), la Municipalidad del Callao, la construcción de la estación central de la Línea 2 del Metro, así como la instalación de tuberías y redes en varios distritos de la capital.
Descubrimientos históricos en el Callao
El pasado 22 de enero, un equipo de arqueólogos descubrió vestigios de una ciudad perdida que quedó enterrada más de dos siglos por el terremoto y tsunami del 28 de octubre de 1746, que arrasó por completo con el Callao y gran parte de la ciudad de Lima. El hallazgo se realizó a un lado de la Fortaleza del Real Felipe.
Fue la arqueóloga Gianella Pacheco y su equipo de la Municipalidad del Callao los que dieron aviso de este descubrimiento cuando realizan trabajos de investigación en la fortaleza militar. Los investigadores ubicaron el piso original del primer puerto a cuatro metros bajo tierra. También encontraron botellas, cerámicos, piedras semipreciosas y cráneos de animales.
Pacheco indicó que en el lugar de la intervención operó la antigua oficina de Aduanas.
En tanto, el 3 de setiembre último, la Municipalidad Provincial del Callao anunció un nuevo descubrimiento en el Real Felipe: un piso que correspondería a la antigua ciudad portuaria, antes del mencionado terremoto y tsunami. “Se trata de un posible patio interno del convento de Santo Domingo, el cual estaría asociado a otros recintos”, informó la comuna.
El piso fue construido cuidadosamente con cantos rodados, piedras redondas y cuenta con un diseño de espigas. Además del patio, se halló un medallón de terracota con la imagen de la Virgen del Rosario, cubierta en pan de oro. Estos indicios sugieren que el lugar pudo haber tratado de un espacio de uso religioso.
Durante los trabajos también se encontraron otras piezas de gran valor histórico, como botellas de vidrio y fragmentos de cerámica decorados con diseños coloniales, que podrían haber formado parte de un patio o claustro previo a la construcción de la fortaleza.
“Todos estos hallazgos se realizaron como parte de las excavaciones propias del Proyecto de Investigación Arqueológica y Conservación de la Fortaleza del Real Felipe y Zona Monumental del Callao, supervisado por el Mincul”, comunicó el municipio.
Instalación de tuberías de gas
El reciente descubrimiento de un contexto funerario en Miraflores es uno de los miles de hallazgos que ha llevado a cabo Cálidda en los últimos años, durante los trabajos de instalación de tuberías de gas en Lima y Callao. La empresa informó que en los últimos 20 años han encontrado más de 200 mil restos arqueológicos.
El arqueólogo Jesús Bahamonde, quien trabaja para Cálidda y lidera desde hace 10 años uno de los equipos dedicados a investigar dichos vestigios, detalló a El Comercio que la posibilidad de tener hallazgos ha crecido en la medida de que se ha logrado ingresar a más distritos. Dijo que el periodo con mayor evidencia arqueológica y en el que se alcanzó el pico de hallazgos posiblemente ha sido entre los años 2018 y 2020.
“Empezamos a ingresar a toda la zona de Lima norte, a los distritos de Comas, Carabayllo, Puente Piedra, Ancón, donde se ha dado la concentración más fuerte de restos hallados. Considero que la mayor cantidad de hallazgos en Lima norte se debe a un tema de ampliación urbana. Sin embargo, no deja de sorprender la cantidad de hallazgos que también hemos tenido en San Juan de Lurigancho, Ate, La Victoria, Breña y otros distritos más al sur”, comentó.
Bahamonde explicó que las sociedades que se desarrollaron a largo de los 11 mil años de historia prehispánica que tiene la ciudad de Lima han compartido los tres valles (Chillón, Rímac y Lurín). Precisó que la más antigua a nivel de arquitectura es el periodo que se conoce como el Arcaico Tardío; luego el Formativo con los templos en U, como el de Garagay, uno de los más conocidos en San Martín de Porras.
En tanto, indicó que el estilo blanco sobre rojo que antecede a la cultura Lima también se expandió en todo este territorio que hoy es la capital del Perú, pasando luego la cultura Lima, la cultura Ichma y los incas.
“Hace 1.300 años 1.500 años estos territorios de los valles también estaban interconectados con otras sociedades y estaban coexistiendo en algunos casos. La Ichma era la más importante, la que predominaba, pero habían otras sociedades que iban llegando. Ya en el último periodo, donde se construye el Templo del Sol en Pachacamac, se anexan los ichmas se anexan al imperio inca. Estos restos nos permiten conocer esta diversidad cultural, la forma en cómo estas sociedades ocuparon estos territorios y los fueron acondicionando a sus necesidades”, expresó el arqueólogo.
Por otro lado, Bahamonde sostuvo que la empresa posee una autorización otorgada por el Mincul para trabajar en toda la ciudad metropolitana de Lima y Callao, que implica la remoción de suelo con fines de brindar un servicio público. Este permiso se trata del plan de monitoreo arqueológico. En ese marco, cuando surge un hallazgo de manera fortuita durante la construcción o apertura de zanjas, el equipo de arqueólogos ingresa a la excavación, confirma si efectivamente se trata de un vestigio arqueológico y se procede a la excavación.
“Las excavaciones arqueológicas son supervisadas por el Ministerio de Cultura y los bienes que se recuperan son trasladados a nuestro gabinete y laboratorio en San Miguel. Allí es donde llegan todos los restos y piezas que recuperamos en nuestras obras, ya sean restos óseos, cerámica, fardos funerarios, elementos que puedan ser de diferente material, madera, óseo, metal. Se hace un trabajo de inventario primero, catalogación, posteriormente se hace un trabajo de conservación, análisis, investigación, y finalmente se culmina con la difusión y se entregan estos bienes al Ministerio de Cultura”, resaltó.
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Mientras el proyecto continúa vigente, Cálidda tiene la custodia para que pueda trabajar con los materiales. Algunos de los hallazgos más resaltantes llevados a cabo por la empresa son los siguientes:
- 8 fardos funerarios de mil años de antigüedad, con los restos de 6 niños y 2 adultos, en el distrito limeño de Carabayllo. Estaban acompañados de su ajuar funerario compuesto de vasijas, material de calabaza y herramientas de madera. También fueron hallados numerosos objetos relacionados con la labor que realizaban las familias en vida, como piezas de cerámica, vasijas, cuencos de mate, platos, vasos, copas que utilizaban o que entregaban de manera ritual en el entierro.
- Se encontró un personaje que formó parte de la sociedad Ychsma de hace más de 600 años. El mausoleo fue encontrado en Ancón junto a ofrendas como vasijas de mate y cerámica. El equipo de arqueólogos encontró al fardo funerario sujeto por soguillas entrelazadas en una trama geométrica y cubierto por esterillas, lo que permitió su conservación.
- Entierros prehispánicos de más de 1.500 años de antigüedad que fueron enterrados junto a un ajuar de vasijas de cerámica. Los cuerpos fueron hallados boca abajo en posición extendida en la zona de Brisas de Oquendo, en el Callao. Tras recuperar el hallazgo se llevó a cabo un análisis del patrón funerario para determinar el estilo de la cerámica, concluyendo que los entierros corresponden a la cultura Lima, la cual se desarrolló entre los valles de Ancón, Chillón, Rímac y Lurín, entre los años 200 y 900 después de Cristo.
- Restos de 8 habitantes del pueblo de Chilca de 800 años de antigüedad aproximadamente, enterrados en distintos fardos funerarios. Expertos consideran que estos entierros fueron parte de un cementerio prehispánico en Chilca de siglos anteriores, el cual se extendía por todo lo ancho de la carretera Panamericana Sur. También se hallaron objetos de su vida cotidiana como platos de mates de calabaza, posiblemente con alimentos, tejidos con decoraciones y algunos instrumentos musicales. Se asume que uno de los habitantes encontrados pudo haber sido músico en su tiempo al habérsele enterrado con una zampoña de doble fila y una flauta peruana típica. Estos cuerpos pertenecen a una comunidad que se formó en el Valle de Chilca aproximadamente hace un milenio. S
Redescubriendo el Centro Histórico de Lima
Si hay una entidad que ha realizado varios hallazgos como parte de su trabajo de recuperación del centro histórico de Lima, declarado Patrimonio Cultural de la Nación en 1972, es Prolima, órgano desconcertado de la Municipalidad de Lima.
Precisamente, para albergar, todos los restos, las piezas y demás descubrimientos la comuna limeña cuenta con un Gabinete de Arqueología, el cual nace junto con el Plan Maestro para el Centro Histórico, aprobado en diciembre del 2019. Su objetivo es la limpieza, análisis, organización y custodia de los hallazgos arqueológicos en esta parte de la ciudad.
Este espacio se ubica en una de las antiguas enfermerías del Hospital Real de San Andrés, inmueble donde también se viene ejecutando un proyecto de investigación arqueológica. A la fecha, los especialistas del Gabinete de Arqueología han analizado más de 80 mil objetos. Entre ellos, cerámica prehispánica, mayólicas de azulejos de los siglos XVII y XVIII, porcelana china del siglo XVII, monedas provisionales utilizadas durante 1879, botellas de vidrio de finales del siglo XIX, entre otros.
Los profesionales del Gabinete también trabajan en la conservación y restauración del material cultural procedente de las excavaciones. Hasta el momento se cuenta con más de 40 vasijas restauradas —a partir de sus fragmentos— y más de un centenar de distintos objetos de metal, entre otros objetos como azulejos, etc.
En diálogo con El Comercio, Luis Martín Bogdanovich, gerente de Prolima, precisó que la arqueología no debe asociarse necesariamente a lo prehispánico. En realidad, explicó que cualquier objeto o pieza puede ser un resto arqueológico, incluso algo de hace 30 años que se encuentra bajo tierra.
“En el Perú cometemos el error de asociar lo arqueológico a lo prehispánico porque tenemos un pasado prehispánico muy vistoso. Si consideramos que el Centro Histórico de Lima es un espacio fundado hace casi 500 años es lógico pensar que vamos a encontrar los restos de esa ciudad, sin contar que a veces también encontramos material prehispánico que data de cientos o miles de años antes a la fundación de Lima”, detalló.
En ese sentido, Bogdanovich indicó que la creación del equipo de arqueología de Prolima, tras la aprobación del Plan Maestro en diciembre del 2019, ha sido el origen de todos los descubrimientos que se conocen hoy en día en el Centro Histórico de Lima. A partir de allí se empezó a trabajar en varios proyectos de investigación arqueológica (PIA).
“Nuestra finalidad es conocer más sobre Lima desde una perspectiva histórica, pero también incorporar los descubrimientos en los proyectos de restauración de edificios o de recuperación de espacios públicos y es por eso que desde que se aprobó el Plan Maestro todos los proyectos que nosotros hacemos están acompañados de un PIA o un proyecto de monitoreo arqueológico (PMA)”, detalló.
El gerente de Prolima señaló que a la fecha ya son más de 10 proyectos de investigación arqueológica y monitoreo arqueológico llevados cabo, los cuales han redefinido lo que se conocía del centro histórico. Subrayó que en definitiva hay un antes y un después en la historia urbana de dicho espacio a partir de estos descubrimientos.
“Descubres bajo tierra lo que señalan los documentos históricos, las crónicas. Aprendes de cómo se hacían las cosas antes, qué materiales se usaban y finalmente nos sirve también para incorporarlo en el diseño del espacio público o al restaurar un edificio. Imaginemos que hacemos una investigación arqueológica previa a la restauración del claustro de un convento y encontramos a 50 centímetros de profundidad un piso de ladrillos y cantos rodados. Entonces, vamos a tratar de recuperar el original bajando el nivel de la tierra y si no es posible hacemos una copia de ese mismo piso en la nueva superficie. De esa manera nuestro proyecto de restauración es mucho más exacto y fiel”, destacó.
Por otro lado, Bogdanovich precisó que existe un convenio con el Mincul de hace ya varios años para que todos los objetos que se encuentran sean custodiados por Prolima. Entonces, todo el material que ha sido descubierto en estos años, aproximadamente unos 180.000 fragmentos, son custodiados por esta entidad en su gabinete. En este espacio el material es procesado, identificado y codificado. Indicó que se está trabajando en un proyecto para construir un museo arqueológico de Lima histórica.
Algunos de los hallazgos más resaltantes llevados a cabo por Prolima son los siguientes:
- La primitiva capilla de la Soledad
- La capilla de la portería de la Recoleta de la Magdalena, en Plaza Francia
- El canal de Monserrate
- El molino de Aliaga
- Uno de los ojos del puente de piedra detrás de Palacio Gobierno
Hallazgos durante trabajos de Línea 2
El pasado 13 de agosto, se informó que las excavaciones subterráneas para los trabajos de la Línea 2 del Metro de Lima y Callao en la zona de la estación Manco Cápac, ubicada en el distrito de La Victoria, dieron con el sorprendente hallazgo de unos restos arqueológicos que detuvieron por un momento los trabajos.
El Ministerio de Transportes y Comunicaciones precisó que se procedió a coordinar con el Mincul para ejecutar un plan de rescate que permita seguir con los trabajos de construcción sin afectar el patrimonio cultural y ancestral.
Del mismo modo, en agosto, durante la ejecución de las obras en el Paseo Colón (Av. 9 de Diciembre) para la construcción de la Estación Central, se hallaron restos arqueológicos de larga data y que revelan parte de la infraestructura hídrica de la Ciudad de los Reyes a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
El descubrimiento incluyó la base de una jardinera ornamental y un sistema de canales y acequias que datan de una época en la que el crecimiento urbano de Lima dependía en gran medida de sistemas subterráneos de agua. Los vestigios fueron desmontados y entregados al Mincul para su conservación y estudio.
“Las evidencias descubiertas, parte del sistema hídrico de los ríos Huatica, La Magdalena, Maranga y La Legua, fueron fundamentales para el riego de las chacras y huertas en la ciudad de Lima y las posteriores urbanizaciones aledañas hasta mediados el siglo XX”, detalló a El Comercio la Línea 2.
El área del hallazgo está vinculada con los antiguos fundos “Matamandinga”, y “San Martín”, localizados en el actual Parque de la Exposición, donde se encuentra el Museo de Arte de Lima (MALI). Estos fundos, adquiridos por el Estado en 1869 bajo la presidencia de José Balta, abarcaba desde el jirón de la Unión hasta la plaza Miguel Grau.
Línea 2 informó que el rescate arqueológico siguió rigurosamente la normativa vigente sobre patrimonio cultural, involucrando el registro detallado y la recuperación de los vestigios muebles e inmuebles mediante excavaciones, uso de drones y fotografías en alta resolución.
“Dicha intervención no solo preserva los restos encontrados, sino que también enriquece nuestro entendimiento de la evolución de la infraestructura urbana de Lima y resalta la importancia de las acequias en la historia y desarrollo de la ciudad”, sostuvo la empresa.