Casi tres años después de que el río Huaycoloro se desbordara, la señora Alejandrina Rivera señala con su dedo la marca que dejó el agua en su puerta. “Hasta acá llegó. Se llevó todo, lo perdí todo y me quedé medio año sin trabajar. Ahora dicen que el huayco va a volver y todo sigue igual”, comenta. Ella aún vive con miedo.
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Alejandrina tiene un pequeño restaurante con techo de calaminas en la avenida Las Torres, en Huachipa (distrito de Lurigancho-Chosica). Varias viviendas de esta zona fueron arrasadas por el río en el 2017, durante las emergencias de El Niño costero. Este es uno de los 302 puntos identificados el año pasado por el Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred).
En la base de datos, la entidad, adscrita al Ministerio de Defensa, incluye las zonas críticas de los distritos cercanos a los ríos Chillón, Lurín y Rímac.
Ante esta situación de alerta, el 12 de diciembre pasado, el Ejecutivo declaró en estado de emergencia por peligro inminente ante inundaciones a los distritos de Carabayllo, Comas, Los Olivos, Puente Piedra, San Martín de Porres, Ate, Chaclacayo, El Agustino, Cercado de Lima, Lurigancho-Chosica, Rímac, San Juan de Lurigancho, Cieneguilla, Lurín y Pachacámac. Esta medida tiene una vigencia de 60 días calendario.
—Viven asustados—
Una de las localidades más golpeadas por El Niño costero fue Chosica. De acuerdo con el Instituto de Defensa Civil, solo en este distrito más de 4 mil personas fueron afectadas, cientos de viviendas terminaron colapsadas y varios caminos destruidos.
En el asentamiento humano Nicolás de Piérola, la quebrada Quirio está repleta de desmonte. El año pasado, fue encauzada con muros de concreto para evitar que el río se desbordara y entrara a las casas. Los vecinos se quejan porque nadie fiscaliza ni limpia la zona.
Algunos, alertados por el inicio de la temporada de lluvias, han empezado a colocar costales con arena en las puertas de sus casas. El mismo panorama se observa en la zona de Santa Inés Baja en Chaclacayo. Los vecinos se lamentan de que, luego de El Niño costero, las autoridades no hayan concluido las obras de rehabilitación de las pistas. “Ya tenemos que empezar a guardar nuestras cosas en el segundo piso porque viene el huayco y se lleva todo”, dijo una de las residentes.
En el puente Caracol, uno de los que casi colapsaron hace tres años, se han colocado dos grandes rocas para evitar el paso de los vehículos. Solo los mototaxis pueden trasladarse por esa zona. Consultamos al municipio de Chosica sobre el avance de las obras de prevención en la zona, pero no obtuvimos respuesta.