Contrario a lo que muchos piensan, no es la anchoveta, sino la pota el principal recurso pesquero de consumo humano en el Perú. Anualmente, contribuye con 750 millones de dólares en exportaciones y 45 millones de kilogramos de alimento en el territorio nacional. Sin embargo, ya desde hace algún tiempo, pescadores artesanales vienen advirtiendo de la casi nula existencia de este recurso en nuestro mar debido a la pesca ilegal y descontrolada por parte de embarcaciones chinas dentro de las 200 millas nacionales.
LEER TAMBIÉN: Bajo las calles de Lima: Los tesoros arqueológicos descubiertos en las obras, ¿quiénes estuvieron antes que nosotros?
Según han reportado diversos gremios de percadores artesanales y de pesca sustentable, entre mayo del 2023 hasta la actualidad han ingresado de forma irregular al mar peruano más de 300 barcos de origen chino.
🛰️Estos son los barcos de China, explotando la pesca frente a los límites de los mares de Perú. 🇵🇪🦑🦑🦑🦑🦑@Ecocentristas pic.twitter.com/UdtoSO9u4t
— Movimiento Ecologista del Perú 🇵🇪 (@Ecocentristas) September 25, 2024
🛰️Estos son los barcos de China, explotando la pesca frente a los límites de los mares de Perú. 🇵🇪🦑🦑🦑🦑🦑@Ecocentristas pic.twitter.com/UdtoSO9u4t
— Movimiento Ecologista del Perú 🇵🇪 (@Ecocentristas) September 25, 2024
Elsa Vega, presidenta de la Sociedad Nacional de Pesca Artesanal del Perú (Sonapescal), precisó a El Comercio que estas embarcaciones vendrían operando sin el dispositivo posicionador del Sistema de Seguimiento Satelital (Sisesat), cuyo uso es obligatorio según lo establece el Ministerio de la Producción (Produce).
Cabe mencionar que este dispositivo permite monitorear las operaciones de pesca de las embarcaciones comerciales, tanto nacionales como extranjeras, analizar la dinámica de distribución de la flota y la variabilidad de sus recursos pesqueros, asegurando la sostenibilidad de los mismo en el mar peruano.
Normas que deberían regular pesca
En el 2020, diversas instituciones y organizaciones articularon esfuerzos para ser más estrictos contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada. Esto, luego de que el Gobierno peruano identificara que la flota china realizaba prácticas de apagado o manipulación de sus equipos de rastreo para ingresar al mar peruano a pescar ilegalmente, según fue analizado por Produce en la exposición de motivos que derivó en que esta cartera plantee mejorar el estándar de monitoreo de navíos extranjeros.
Vale decir que ese mismo año, estos hechos también fueron denunciados por académicos, organizaciones no gubernamentales, gremios de pescadores y prensa a nivel mundial. Como resultado, en agosto de 2020, el Estado promulgó e implementó el Decreto Supremo N° 016-2020-PRODUCE (que modificaba el DS Nº 016-2016-PRODUCE), a través del cual ordena que solo pueden ingresar al mar peruano, a los puertos y astilleros, los barcos extranjeros que tengan instalados y activados el Sisesat.
Además, señala que es necesario que lo tengan operativo transmitiendo su posicionamiento al centro de control de Produce desde 6 meses antes de su ingreso al dominio marítimo peruano.
“Tratándose de embarcaciones pesqueras de bandera extranjera que realizan actividades pesqueras de recursos hidrobiológicos transzonales o transfronterizos en alta mar, tener operativo el Sistema de Seguimiento Satelital – SISESAT, del Ministerio de la Producción, y transmitir a su centro de control, su posicionamiento satelital de los últimos seis meses anteriores a su reporte de ingreso”, dice la norma en uno de sus artículos.
Entre el 2020 y 2022 esta disposición fue cumplida cabalmente por el Gobierno, lo que derivó en que las embarcaciones chinas que no desearon someterse o cumplir con el nuevo estándar de monitoreo no ingresaran a los puertos peruanos. Durante ese periodo solo ingresaron al Perú 20 embarcaciones chinas por año, la mayoría por motivos de fuerza mayor.
LEER TAMBIÉN: Embarcaciones chinas: la polémica por su ingreso a puertos peruanos, pesca ilegal de pota y evasión de controles
No obstante, desde mayo de 2023, esta tendencia cambió y empezaron a ingresar masivamente embarcaciones chinas a puertos del país sin tener el dispositivo de monitoreo exigido por ley.
Esto ocurrió porque Produce empezó a considerar que dichos ingresos (mayoritariamente para cambiar tripulación y renovar certificados) estaban exentos del cumplimiento de la normativa que les exigía el dispositivo de seguimiento satelital. Es así que entre mayo del 2023 y agosto del 2024 ingresaron más de 300 embarcaciones chinas al Perú sin que sean monitoreadas.
De acuerdo con Alfonso Miranda, presidente del Comité para el Manejo Sustentable del Calamar Gigante del Pacífico Sur (Calamasur), la implementación de la norma ha marcado un antes y un después en la lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada en el país. Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos, las embarcaciones de origen asiático continúan ingresando irregularmente al mar peruano.
Como resultado de la mencionada y otras denuncias, el 16 de julio del 2024, Produce, mediante Resolución Ministerial N° 286-2024, pre publicó un proyecto de Decreto Supremo para volver a asegurar que a toda embarcación calamarera extranjera que requiera realizar cualquier tipo de operación, actividad o servicio en el territorio peruano, se le vuelva a aplicar sin excepción la necesidad de contar con un dispositivo de seguimiento satelital Sisesat.
Casi 10 días después, el ministro de la Producción, Sergio González, públicamente dijo que para quincena de agosto (luego de que se venciera el plazo para la remisión de comentarios al proyecto de la norma), se estaría publicando formalmente el Decreto Supremo con su versión definitiva del Proyecto de Norma y, con ello, se empezaría a controlar lo antes posible el ingreso de las flotas de aguas distantes extranjeras a nuestro país. No obstante, a la fecha, este a no ha sido publicado.
¿Qué ha respondido la Marina?
En una reciente participación en la Comisión de Producción del Congreso de la República, voceros de la Marina de Guerra afirmaron que Produce no puede monitorear a las embarcaciones chinas porque estas ya son monitoreadas por sus propios países, que hacerlo pone en riesgo la vida de sus tripulantes y que además no es necesario pues ya la Dirección de Capitanías de la Marina de Guerra (Dicapi) lo realiza con una amplia efectividad.
En tanto, Carlos Díaz, jefe del Estado Mayor de la Comandancia de Operaciones de Guardacostas de la Marina, afirmó en entrevista con RPP que la presencia de estos barcos chinos en territorio peruano se debe a tres razones: cambio de tripulación, arribo forzoso y renovación de certificación.
LEER TAMBIÉN: Aumento de migrantes bolivianos en el Perú: ¿qué tan cerca estamos y cuál sería su efecto?
Al respecto, los gremios pesqueros indicaron que pareciera que esta institución buscaría bloquear una normativa que es del ámbito de competencia de Produce a fin de seguir otorgando facilidades a las embarcaciones chinas para que entren al Perú sin usar los dispositivos de monitoreo que les exige la ley.
Sostienen que su principal motivación sería el brindar servicios de reparaciones y mantenimiento en los astilleros de la Marina de Guerra del Perú, Servicios Industriales de la Marina (SIMA), ubicados en Chimbote y Callao.
¿Cuál es el impacto?
Elsa Vega, presidenta de la Sociedad Nacional de Pesca Artesanal del Perú (Sonapescal), dijo a El Comercio que actualmente toda la flota artesanal dedicada a pescar el calamar gigante está paralizada. Precisó que se trata de una cadena productiva grande, no solo se paraliza el pescador, también el armador, los muelles, la mano de obra, descargas, plantas, está el material de pesca, el mercado que abastece a las embarcaciones, la chata de combustible, las plantas de hielo. Todo está paralizado.
“Es grave el impacto de estas embarcaciones que ingresan y pescan de manera ilegal en nuestro mar. Esto no es de ahora, venimos advirtiendo esta situación desde el año pasado, cuando se reunió la ex viceministra de Pesca y Acuicultura (Desilú León) con el embajador chino, desde ahí empieza a desencadenarse todo. A partir de mayo de 2023 hasta la actualidad son más de 300 barcos los que han entrado. Es como si la normativa estuviera derogada porque entran por diferentes pretextos”, comentó.
Vega recordó que el ministro de la Producción se comprometió que para la primera quincena de agosto iba a salir una norma que sí iba a regular de forma definitiva a los barcos extranjeros en mar peruano e incluir todos los vacíos legales que había en la actual, para que no haya malas interpretaciones. Sin embargo, expresó que el tiempo sigue pasando y por lo pronto los navíos continúan entrando a Bayóvar, Paita, Chimbote, Callao, Pisco y han vuelto a salir como si nada hubiera pasado.
“Eso a nosotros nos indigna. Estamos paralizados, sin el recurso (pota), estamos ya septiembre y no hemos cumplido siquiera ni con el 30% de la cuota anual. Estamos sumidos en la pobreza. Yo realmente no sé de qué forma seguir en esta situación. Se trata de una flota de pesca artesanal de altura, pescamos de uno en uno, es una pesca selectiva. Salimos lejos. Una embarcación de nosotros para pescar en la zona donde está el calamar gigante gasta un promedio de 20.000 a 25.000 soles, por eso que muchos están quebrados, los bancos están embargando sus embarcaciones. La pota es nuestro principal recurso”, manifestó.
Sobre lo dicho por la Marina, sostuvo que el sistema de monitoreo al que hacen referencia, y que utiliza la Dicapi, es más dirigido al tráfico marítimo, operaciones de búsqueda, salvamento marítimo, lo que lo hace bien diferente al Sisesat, el cual hace un seguimiento de monitoreo para contribuir y controlar la pesca ilegal no declarada y no reglamentada.
LEER TAMBIÉN: Ciudad Bicentenario: avances del megaproyecto urbano para medio millón de habitantes en Ancón
“Estos barcos bordean las 200 millas peruanas. En cualquier momento apagan su Sisesat y entran a nuestro mar, pescan y luego salen. Entran y salen. No dejan entrar al recurso. Ahorita están entre Ecuador y Perú, en el norte. Ellos van dónde está el recurso. No nos explicamos por qué las autoridades cubren esto, por qué están defendiendo a una flota que no está cumpliendo con la normativa de nuestro país. ¿Por qué no quieren que los monitoreen? Que la Marina salga a defender eso me parece una vergüenza”, agregó.
Por su parte, Renato Gozzer, director de pesquerías de Latinoamérica en Sustainable Fisheries Partnership, precisó que la normativa nacional que incorpora la obligatoriedad del uso del dispositivo satelital de Produce sirve para poder saber si el barco que está yendo a utilizar los servicios que el Perú tiene un antecedente de pesca ilegal desde 6 meses antes a que anuncie su ingreso. Entonces es una norma preventiva también para que el país no sea indirectamente cómplice de autorizar el ingreso de embarcaciones que puedan tener algún tipo de riesgo para el combate contra la pesca ilegal no declarada que es un asunto de preocupación mundial.
“Como los barcos chinos no se instalaron el dispositivo de seguimiento satelital preventivamente la norma facultaba el Perú a no autorizar su ingreso y eso fue lo que pasó durante dos años y un poco más. Pero luego en mayo del 2023, Produce, de manera no fundamentada, pues no tenemos claro cuáles fueron las razones de por qué hizo ese análisis, interpretó que los ingresos al Perú para hacer cambios de tripulantes y renovaciones de certificados estaban exentos de cumplimiento del decreto supremo. Pero si uno lo lee puede darse cuenta de que es de cumplimiento general y que no aguanta excepción alguna”, detalló.
Gozzer recalcó que la Marina, al igual que Produce, viene asumiendo, en contra de lo que dice el Decreto Supremo, que este no aplica para los cambios de tripulantes ni para las renovaciones de certificados. “Entonces ese es el primer error en el que cae Produce y la Dicapi que termina abriendo la puerta. De ahí sale la cifra de 300 embarcaciones”, dijo.
Gozzer también hizo a referencia a lo dicho por la Marina de que ellos tienen monitoreadas todas las embarcaciones y por eso ya no sería necesario que instalen el Sisesat. Sin embargo, enfatizó en que la Marina no está tomando en cuenta que la preocupación no es solo por la seguridad en la mar de los tripulantes, sino la que el Perú necesita tener información objetiva para poder discriminar de darle facilidades logísticas a embarcaciones sobre las cuales existe un alto riesgo de que pudieran estar involucradas en pesca ilegal, y para ello se necesita el Sisesat.
“Lo que nos llama la atención a todos los que somos pesqueros es por qué la Dicapi o la Marina de Guerra, en general, está de alguna manera muy preocupada en que no se regule algo que además ya está regulado y que debería cumplirse, y que el Ministerio de la Producción mediante una norma complementaria ha buscado complementar la norma existente. Es decir, por qué la Marina está defendiendo tan activamente algo que no cae sobre su fuero, por un lado, y por el otro, por qué el Ministerio de la Producción está defendiendo débilmente algo que recae sobre el ámbito de sus competencias. Es un poco confuso”, añadió.
Navíos chinos y pesca de pota
Alfonso Miranda, presidente de Calamasur, explicó que los calamares son uno de los recursos pesqueros más valiosos en el mundo y es uno de los grupos de poblaciones de invertebrados moluscos más grandes que hay y que están llamados a ser en el futuro un baluarte para la seguridad alimentaria mundial. La población de calamares más grande del mundo es la población de calamar gigante o pota. Esta se alimenta, desarrolla y crece en el mar peruano. Por ello, resaltó que el pescador artesanal peruano ha desarrollado la pesquería de calamares más grande del mundo.
“Con este desarrollo poco a poco se fue formando una flota china, que a diferencia de la japonesa y la taiwanesa, puede operar a miles de kilómetros de sus puertos porque recibe un subsidio de su gobierno para su construcción y petróleo. También recibe facilidad de poder tener un régimen laboral determinado, por el cual ha habido centenares de denuncias, sobre todo por la condición de precariedad de sus trabajadores. Cualquiera que haya subido alguna vez a un barco calamarero chino se da cuenta que no cumple con ninguno de los reglamentos de la OIT del trabajo en el mar, lo que sí se les exige a las flotas de cualquiera de los otros países”, detalló.
LEER TAMBIÉN: El relato íntimo de los últimos momentos de Alberto Fujimori, narrados desde la puerta de su hogar
Miranda comentó que bajo estas condiciones China desarrolló una flota que poco a poco fue creciendo hasta llegar a inscribir solo en el Pacífico Sur más de 600 barcos. Tras constituirse en el 2018, Calamasur comenzó a recibir cada vez más denuncias de los pescadores artesanales de Chile, Ecuador, México y Perú sobre la presencia de estas flotas, sobre la intromisión en sus mares.
“La pesquería en todo el mundo está regida por normas que controlan el desarrollo de estas embarcaciones. Incluso hay hasta controles electrónicos con cámaras e inteligencia artificial para ver el movimiento de esta flota. Es lo usual, pues el mar es muy grande, es muy difícil de controlar, ni siquiera la Marina de Japón ha podido evitar que barcos chinos cometan actividades ilegales en su propio mar, en Europa igual. En Perú, uno de los mecanismos que se encontró fue el de poner un dispositivo satelital compatible con el de Produce para poder rastrear verdaderamente a estas embarcaciones si querían usar puertos peruanos”, contó.
Hay que recalcar que Ecuador, Chile y Argentina no reciben estos barcos, el único país que les permite hacer logística es el Perú, y lo hacían fundamentalmente los puertos de Chimbote y Callao, pero ahora lo están haciendo en puertos como Paita, Paracas y Sechura. Además, Miranda afirmó que estas embarcaciones tienen un historial de apagado de sus dispositivos satelitales e incluso un registro por parte de Produce de pesca ilegal en el mar peruano.
“Si fuera un pescador artesanal peruano el que cometiera una falta similar se le incautaría la pesca, se le embargaría la embarcación, se le demandaría penalmente y habría una serie de represalias adicionales, tanto judiciales como económicas, sin embargo, a esta embarcación extranjera pescando en mar peruano se le ha multado solamente con 250 soles. Estas embarcaciones demuestran que tienen una actitud que no es transparente, lo que confirma la necesidad de instalar este dispositivo”, dijo.
Miranda dejó en claro que la idea no es pelearse con China, ya que se trata de un país que ha sido un socio comercial importante para el Perú, y que lo debería seguir siendo. No obstante, sostuvo que toda vinculación y convivencia comercial para que pueda ser duradera y fructífera tiene que basarse en el respeto a las normas de los demás. “Si yo tuviera un barco y me fuera a pescar a China tendría que someterme a las leyes de China y no imponer mi criterio ni presión sobre las autoridades del país para poder conseguir el resultado que pretendo. Eso es lo que esperamos que pase en el Perú”, puntualizó.
No hay pota en Piura
En julio pasado, pescadores artesanales de las provincias de Paita y Sechura, en la región de Piura, realizaron una protesta para exigir un mayor control de las embarcaciones chinas en el mar peruano. Denunciaron que más de mil barcos llevaban a cabo actividades extractivas de recursos hidrobiológicos de manera ilegal.
A esto se suma que el Comité de Pesca y Agricultura de la Sociedad Nacional de Industrias detectó el ingreso de barcos chinos a puertos piuranos sin el dispositivo satelital de rastreo que, por ley deberían tener instalados.
LEER TAMBIÉN: Bachillerato automático permanente: ¿De qué trata este proyecto, cuáles son los argumentos y qué opinan los expertos?
Asimismo, pescadores artesanales de Piura indicaron que esta situación continúa hasta ahora. En un video compartido hace pocos días en redes sociales, narran cómo han optado por recoger conchas en vez de pota, ya que este último recurso escasea en el mar norteño.
“Hoy sábado 6 de septiembre del 2024. Esta es la realidad, la triste y penosa realidad que estamos viviendo los pescadores artesanales (...) sacando conchita para llevar un sustento para su mesa familiar, ya que la pesca de la pota se ha acabado a consecuencia de los barcos chinos que han depredado nuestro mar”, se escucha decir a uno de los pescadores.