Al tener una condición médica de riesgo por padecer del Síndrome de Hiperventilación por Obesidad (SHO), el empresario peruano Matías Rojas Bruce tomó precauciones y adquirió su propio ventilador mecánico. Teme no encontrar una cama de cuidados intensivos disponible si llega a infectarse y sus pulmones necesitan de una máquina para seguir respirando.
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“En el extranjero –dice Rojas– se sabía que los respiradores mecánicos son los equipos que más escasean con el coronavirus. Si me infecto son altísimas las probabilidades de que termine hospitalizado. Por eso, tomé la cautela de importar un respirador para no quitarle a un enfermo crítico de COVID-19 su sitio en el sistema de salud pública”.
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El aparato traído desde Estados Unidos se encuentra en un almacén de Aduanas, en el Callao, desde hace un mes. Sin embargo, hasta el momento, no se lo han entregado por falta de una autorización del Ministerio de Salud (Minsa).
Rojas tiene casi 50 años y pesa más de 170 kilos. El SHO le genera problemas respiratorios y lo convierte en una persona de riesgo en esta pandemia. “Cuando tengo estas crisis, a menudo me levanto en medio de la noche sin poder respirar”, cuenta.
Arribó a Lima procedente de Inglaterra el pasado 8 de marzo [dos días después que el presidente Martín Vizcarra confirmara el primer caso de COVID-19] y ya no pudo retornar a su país de residencia por la emergencia sanitaria que obligó al cierre de los aeropuertos. El 12 de marzo, Rojas alquiló el equipo biomédico a una empresa norteamericana por US$565 al mes.
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“El paciente […] se vio obligado a permanecer en Perú más de lo programado por motivo de la cuarentena. Reporta dificultad para respirar, obesidad mórbida con SHO observable y síntomas de baja oxigenación. El paciente declara hacer uso de ventilador mecánico en su país de residencia y coincido con esta prescripción”, justificó el médico internista José Gálvez Dañino en la receta que hizo para el empresario.
El equipo prescrito es el CareFusion LTV 1200, un ventilador mecánico móvil que puede asistir a más de una persona a la vez. Llegó vía FedEx al puerto del Callao el 23 de marzo. Luego, el 1 de abril, Rojas remitió la solicitud de importación del equipo al Minsa. Cinco días después, el pedido fue observado.
–¿CUÁL FUE LA RESPUESTA QUE LE DIERON?–
La “autorización excepcional [de importación] no resulta procedente” porque el CareFusion LTV 1200 es “un respirador de uso restringido, diseñado para ser utilizado por personal calificado y capacitado con la supervisión de un médico”, explicó el Minsa en una comunicación electrónica enviada a Rojas Bruce el pasado 6 de abril.
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La entidad del Estado argumentó, en un segundo punto, que la receta del médico internista José Gálvez no consigna edad ni diagnóstico del paciente, y que este especialista no es un neumólogo.
En un tercer punto, el Minsa indica que este equipo y similares “tienen registros sanitarios y se comercializan en el mercado nacional”. El Ministerio de Salud le dio a Rojas un día de plazo para levantar todas las observaciones.
Para Rojas, es “absurdo” el argumento del Minsa sobre que estos equipos sí están disponibles en el país cuando hay hospitales como el Arzobispo Loayza donde a principios de abril fallecieron tres personas infectadas por falta de ventiladores mecánicos.
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El presidente Martín Vizcarra informó que en el país quedan disponibles 165 de las 719 camas UCI equipadas con ventiladores mecánicos. Sin embargo, muchas de estas –explicó– están en regiones donde hay pocos personas que requieren hospitalización. La semana pasada en la capital quedaban 63 camas con respiradores desocupados, según cifras del Ministerio de Salud. Para el 25 de abril, según la Sociedad Peruana de Medicina Intensiva, solo quedaban 12 equipos en los hospitales de Lima y Callao. Poquísimos.
“Las acciones del Minsa constituyen un bloqueo de facto a la importación de los equipos más necesitados por nuestro país en este difícil momento”, opina Rojas.
El equipo será operado por especialistas liderados por un neumólogo, dijo el empresario en su respuesta enviada a la funcionaria del Minsa, Cecilia Arrese Mogollón. “He hecho un gran esfuerzo económico para importar este respirador y no sumar a la crisis ocupando alguno de estos en las unidades de tratamiento intensivo de los hospitales del Perú”, contestó.
En respuesta a El Comercio, el Ministerio de Salud afirmó que “los equipos biomédicos (como este ventilador mecánico) son importados a través de establecimientos farmacéuticos debidamente autorizados” y estas entidades “asumen la responsabilidad de su funcionamiento y calidad”.
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Según esta entidad, se están otorgando autorizaciones excepcionales para la importación de estos equipos “siempre que estos sean para la entrega gratuita a las instituciones públicas”. Este tipo de ventiladores mecánicos –acotó el Minsa– son "utilizados en unidades de cuidados intensivos y no en ambientes domiciliarios”.
Pero el empresario Rojas Bruce asegura que estos argumentos son contradictorios con las normas de la Digemid (Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas del Minsa) que, según dice, permiten la importación de estos equipos para “prevención y tratamiento individual”.
Danilo Salazar, médico miembro de la Sociedad Peruana de Neumología, explicó que los ventiladores mecánicos que se usan en las UCI (como el CareFusion LTV 1200) no son equipos de uso personal, salvo cuando se trata de pacientes que nunca pueden respirar como los enfermos de Guillian Barré.
Agregó: “En esta coyuntura cualquier equipo es útil. Se debería flexibilizar un poco las cosas para que entre un ventilador más, pero el Estado debe poner algunas condiciones como que el ventilador pase a un hospital en donde, de ser el caso, esta persona sería atendida con su equipo u otro disponible”.
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