Transporte de balones de gas en vehículos menores (Foto: Alonso Chero/El Comercio).
Transporte de balones de gas en vehículos menores (Foto: Alonso Chero/El Comercio).
/ ALONSO CHERO
Redacción EC

A partir de la tragedia en por la deflagración de gas, el viene recibiendo, en promedio, veinticinco llamadas diarias reportando fugas en balones domésticos. De esos casos, unos quince son emergencias reales.

No se trata de llamadas molestas, sino de una especie de hipervigilancia. “Se ha creado un pánico. Este mes, con respecto a enero del año pasado, se han incrementado las llamadas por fuga de gas en un 80%”. La gente percibe un olor y llama. Pero cuando vamos a a varios sitios no pasa nada", dice Mario Casaretto, jefe de la Cuarta Comandancia Departamental Lima Centro.

Entre las 2 p.m. de ayer y las 10:49 a.m. de hoy los bomberos recibieron 21 reportes en Lima y Callao sobre fugas de gas en viviendas. Los bomberos acudieron a auxiliar a vecinos de Santiago de Surco, Independencia, Chorrillos, San Juan de Lurigancho, Breña, Villa El Salvador, San Isidro, Comas, Jesús María, Santa Anita, Cercado de Lima, Surquillo, Callao y Ventanilla, quienes reportaron problemas con sus cilindros de 10 kg.

Pero en el 40% de esos casos no había nada de qué preocuparse.

Prevención

El presidente de la Sociedad de GLP, Fernando Cabada, asegura que en el sector hay mucha informalidad, por lo que es preferible comprar balones de gas solo a distribuidores de confianza. Estos deben ser “monomarca”; es decir, que no pueden almacenar ni vender balones de distintos proveedores. “Si vende 50 marcas de gas no es un distribuidor serio, es pirata”, dice.

Cabada explica que cuando las plantas envasadoras certifican a sus distribuidores adquieren responsabilidades legales. “Cuando las plantas dan un certificado de conformidad a sus distribuidores se hacen terceros solidariamente responsables ante accidentes”, explica. Si un mismo local almacena balones de distintas marcas, se haría más difícil saber a qué empresa pertenecía el balón fallado.

Cabada asegura también que en hay muchos casos de balones bambeados. “Por ahorrar unos soles, el consumidor termina exponiendo su seguridad y comprando balones con menos contenido”, dice. Para evitar ser víctima de estafas es necesario verificar siempre que el balón esté precintado y la marca sea visible en el lomo. “Si te compras un Mercedes a S/500 algo raro hay. Lo mismo con los balones. Hay que sospechar si nos ofrecen uno de una marca de prestigio a S/25”, añade.

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