El periodista, abogado y político Arturo Salazar Larraín, reconocido por su intensa defensa de la libertad de prensa en el Perú, falleció este viernes a la edad de 94 años.
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Egresado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Salazar Larraín trabajó en el diario La Prensa, de Pedro Beltrán, hasta el año 1974, cuando el diario fue expropiado por la dictadura del general Juan Velasco Alvarado. Ese mismo año fundó el semanario Opinión Libre para continuar con su posición contraria al régimen dictatorial. Precisamente por sus ideas, el semanario fue cerrado y Salazar Larraín deportado a Argentina junto a otros periodistas peruanos.
Sobre ese momento de la historia peruana, Salazar Larraín recordó, en el año 2015, la respuesta de la sociedad a la defensa de la libertad de prensa: “Metidos a la fuerza por la milicia en un avión de Aero-Perú, deportados a Buenos Aires, recibimos con una azafata el recado del capitán de vuelo con el mensaje de que ellos no tenían nada qué hacer con la medida que se tomaba contra nosotros. Para demostrarlo, nos invitaron a la cabina de vuelo y a disfrutar gratis de los tragos y el piqueo”, escribió en una columna de opinión publicada en El Comercio.
Luego de su retorno al Perú, fue director del diario La Prensa entre los años 1980 y 1984. En este periodo reclutó a jóvenes de diferentes especialidades con los cuales buscó el aporte de visiones distintas en periodismo. Entre ellos estaban Mario Ghibellini, Jaime Bayly, Juan Carlos Tafur, Ivan Alonso, Carlos Espá, Pablo Cateriano, Franco Giuffra, Enrique Ghersi, Freddy Chirinos y Federico Salazar, su hijo.
“Insistía mucho en la veracidad de los datos, lenguaje claro y sencillo, ser firme en la defensa de las ideas sin ser un ariete de ataque contra el que piensa diferente, valoraba la tolerancia y sobre todo la primacía de la libertad, en lo económico y en los derechos de cada uno para vivir conforme lo que uno cree siempre que no estorbe al prójimo”, recuerda Ghibellini sobre el trabajo de Salazar Larraín como director.
Ghersi, quien aún siendo escolar fue convocado a la Sociedad Nacional de Industrias por Salazar Larraín durante la dictadura militar, recuerda cómo los debates de ideas que él propiciaba fueron claves en el aprendizaje de cada miembro de la “escuela” del diario La Prensa. “A nuestro director nosotros lo llamábamos y lo seguiremos llamando ‘El Padre Arturo’ , porque era el hombre más bueno que he conocido en mi vida. Un gran periodista, un demócrata, un maestro a carta cabal. Su legado pervive para siempre entre nosotros”, dice.
En el año 2017 publicó el libro “El Basadre que yo conocí”, en el que relata los 28 años de vida que compartió con el historiador, quien fue su maestro, asesor de tesis y amigo. La obra también relata la labor para publicar en un esfuerzo editorial la obra cumbre de Basadre, “Historia de la República del Perú”.