Con el argumento del “clamor popular”, la gestión de Francis Allison en la Municipalidad de Magdalena inició funciones con el retiro de macetas, tachas y bolardos de los alrededores de la zona comercial del distrito.
Se trata de la propuesta de campaña que prometía “devolver el tránsito vehicular y los estacionamientos” en vías aledañas al mercado y plaza municipal. El problema es que asociaciones de ciclistas, vecinos y urbanistas han calificado lo ocurrido como un grave retroceso a todos los intentos por mejorar la movilidad sostenible.
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Separaciones retiradas
El retiro de bolardos y macetas empezó el lunes 2 de enero en los jirones San Martín y Echenique. En diálogo con El Comercio, Allison dijo que fueron los vecinos quienes pidieron retirar dichas barreras colocadas durante la pandemia para priorizar el desplazamiento de peatones.
“En Magdalena no se ha retirado ni se va a retirar ninguna ciclovía. Lo que había en San Martín eran bolardos de tubo negro que no separaban ninguna ciclovía, al contrario ahí se estacionaban motos”, dijo. Para evitar que la zona sea tomada por autos, añade que en los próximos días se pintarán los sardinales de amarillo y se colocará señalética de prohibido estacionar.
Donde sí hay una ciclovía es el jirón Raymondi. En este sector el retiro de bolardos se ha ejecutado en las cuadras 5 y 6. Otra vez aquí el alcalde asegura que la medida fue un pedido directo de los vecinos. “Lo estamos dejando como calzada compartida porque la sección vial en esos 200 metros es muy angosta”, explicó.
Sin embargo, Nilton Lopez, presidente de CicloAxión y Alcalde de la Bicicleta de Lima para la organización Bycs, advierte que todo retiro de la separación física es altamente peligrosa porque deja vulnerable al ciclista frente a un accidente. “Si la segregación no es física, el nivel de impacto entre vehículos y ciclista es sumamente alto”, sostiene.
Y comenzó 😓🚳 En #Magdalena están retirando bolardos y tachones de la ciclovía Raymondi de 3 cuadras para que vuelva a ser parqueo vehicular gratuito de los vecinos. Esto sería 364 m. menos de #ciclovía para Lima y perder conexión con av. El Ejército (Foto: Pamela Peña) https://t.co/e3n1768Chb pic.twitter.com/e4JjRgTUlD
— AleM 🇵🇪 الكسندر (@AleM2287) January 3, 2023
De acuerdo con Allison, lo que sigue en su gestión es realizar estudios técnicos para construir una red de ciclovías interconectadas con otros distritos. “Lo que se hizo fueron ciclovías políticas y mal hechas. Nosotros vamos a hacer verdaderas ciclovías, serias y maduras”, dice.
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Cambios sobre peatonalización
La colocación de macetas y bolardos en la zona comercial de Magdalena fue parte de una intervención que se inició en el 2020 para asegurar distanciamiento social en la pandemia. Según informó la gestión de ese entonces, fueron 7 mil m2 de área intervenida con peatonalización de calles, ampliación de zonas caminables, implementación de senderos ciclistas, instalación de parqueaderos para bicicletas, señalización, reducción de límites de velocidad para autos a 30km/h en algunas zonas, entre otras acciones.
El exalcalde Carlomagno Chacón sostiene que los cambios se amparaban también en los distintos decretos supremos y resoluciones del Ministerio de Vivienda para reactivar la economía y permitir la instalación de terrazas gastronómicas. En diálogo con El Comercio, consideró que el retiro de las separaciones significa un retroceso en la recuperación de espacios públicos.
“Las gestiones municipales entrantes muchas veces por mezquindad no permiten una política de continuidad. Hay cosas que deben ser mejoradas, todo es perfectible, claro, pero en este caso en concreto ha sido desafortunado sacar los bolardos. Las vías compartidas no funcionan”, dice.
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Sin embargo, Allison defiende su accionar asegurando que la peatonalización realizada por su antecesor no tenía estudios viales y ha derivado en desorden, contaminación y delincuencia. “Se hizo sin permiso de la Municipalidad de Lima, corrupción y sobrevaloración de un millón de soles. La peatonalización que haremos será con estudios, la tendencia mundial es tener calles completas con veredas de cinco metros”, añadió
Chacón, por el contrario, sostiene que el retiro de bolardos implica una pérdida de la inversión municipal, que la llamada ‘macromanzana’ llegó a los aproximadamente 800 mil soles. “Hay una afectación económica porque para derrumbar una obra pública debe haber un expediente previo”, dijo el exburgomaestre.
Para Lopez, el principal riesgo es que el retiro de bolardos implica retornar al sistema que permitía que las calles sean parqueaderos informales. “Es un contrasentido porque no solo está devolvieron el reinado al auto sino que va a permitir que uno de los carriles sea estacionamiento de vehículos”, sostiene. Bajo este escenario, la congestión vehicular tampoco se reduce.
Con él coincide Cyntia Yamamtoto, abogada y cofundadora del colectivo Peruanos de a pie, quien añade que la pandemia fue una oportunidad para democratizar el espacio público, priorizando al más vulnerable “Hacer el espacio público más eficiente implica que no sea tomado casi en monopolio por el auto sino que se considere todos los desplazamientos de peatones y ciclistas”, dijo.
Una preocupación compartida por ambos es qué va a suceder con la esperada conexión con la Av. Del Ejército, que une distritos como San Miguel, San Isidro y Miraflores. “Hay un plan para generar una ciclovía adecuada en la Av. Del Ejército, pero hasta que se haga realidad, lo que menos debe pasar es perder espacios. Lamentablemente, las autoridades no piensan en la interconexión sino ven a sus distritos como islas”, dijo.
Ayer, varios colectivos de ciclistas anunciaron una movilización para el miércoles 11 de enero contra la gestión de Allison. Los puntos de encuentro serán el parque Kenedy, en Miraflores, y el parque Abtao, San Isidro. Se desplazarán hacia Magdalena.