Fernando Alayo Orbegozo

El 27 de marzo pasado, ocurrió un hecho que provocó varios ceños fruncidos entre quienes analizan los números de la pandemia. Parecía un fallo tipográfico: de un día a otro, el Estado Peruano añadió 5.869 fallecimientos por en el Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef), cuando diariamente se sumaban unos 500.

Pero no era un error: en los días siguientes, el Sinadef seguía considerando ese incremento, y al 31 de marzo contabilizó 131.645 muertes por la pandemia en el Perú. De ese total, 50.520 decesos fueron registrados en esta plataforma durante el primer trimestre del 2021. Sin embargo, apenas una de cada cuatro de esas víctimas fue finalmente incluida en el registro oficial del Ministerio de Salud (Minsa).

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Segunda ola y su impacto mortal

El Minsa ha definido los tipos de fallecimientos por el COVID-19 que se reportan en el Sinadef: los confirmados, aquellos que murieron con diagnóstico preciso a través de una prueba molecular o antígena (ya suman más de 52 mil); los sospechosos, quienes manifestaron los síntomas aunque sin un diagnóstico claro de la infección (más de 16 mil); y los compatibles (cerca de 63 mil), a los que el médico tratante consignó que habían fallecido por el virus por criterios clínicos, aunque sin prueba diagnóstica.

En el registro oficial que el Gobierno publica a diario . Los sospechosos y compatibles deben ser aclarados para ingresar a ese padrón; una tarea que –según el propio ministerio– podría tomar varios años. Esta es la evolución de los tres tipos de fallecimientos en los últimos meses:

Como se aprecia en el gráfico, la curva de fallecidos por aclarar de la pandemia se ha incrementado de manera sostenida y acelerada desde que la exministra Pilar Mazzetti informó que , el pasado 12 de enero.

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Así lo demuestran los números del primer trimestre del 2021: de los 50.520 muertos por COVID-19 reportados en el Sinadef durante este periodo, 33.084 (66% del total) fueron clasificados como compatibles. En tanto, apenas 14.328 (28%) fueron confirmados. De esta manera, en lo que va del año el Minsa solo ha oficializado a uno de cada cuatro decesos registrados en la plataforma como víctimas de la infección.

La diferencia es evidente si se compara con el cuarto trimestre del 2020. Entre octubre y diciembre último, los fallecidos confirmados representaban el 56% del total; mientras que la cifra de compatibles era diez veces menor a la actual.

Los 5.869 que no estaban

Estos datos se reflejan en lo ocurrido el 27 de marzo pasado. El Sinadef registró 5.869 fallecimientos adicionales respecto al día anterior; un incremento muy por encima del promedio y sin precedentes –por lo menos– desde setiembre del 2020. De acuerdo con el , la gran mayoría eran decesos compatibles y un 40% procedía de Lima Metropolitana.

Hasta el momento, el Minsa no ha explicado la razón de este aumento notorio de fallecidos en la plataforma; aunque esta inclusión no representó un excedente en la curva de decesos diarios por la pandemia, ni en el reporte de muertos por causas no violentas del Sinadef. Este Diario buscó al sector Salud para que brinde su versión, pero al cierre de la nota no hubo respuesta.

Juan Carlos Carbajal, miembro de Open Covid-Perú, explicó que entre febrero y marzo el número de decesos “ha sido altísimo” y superó al pico de la primera ola en valores absolutos. Agregó que las cifras del Sinadef varían en función de los fallecimientos reportados por la pandemia, sean confirmados, sospechosos o compatibles: Cuando estos suben, el total del Sinadef sube; cuando bajan, el total del Sinadef baja”.

“No queda duda que la segunda ola ha tenido un impacto notable en el registro de muertos. Sobre todo en el caso de los compatibles con COVID-19 [...] En líneas generales, se ve que la curva de fallecimientos por toda causa venía en descenso lento desde 17 de febrero, pero a partir del 12 de marzo empezó a subir lentamente, no alcanzó el pico, pero continúa creciendo. Por ahora, el panorama a futuro es incierto”, concluyó.