Pocos días antes de que se inaugurara la Central Hidroeléctrica Gino Bianchini en Huampaní, un fenómeno cultural apareció sorprendiendo a todos los peruanos: el 26 de marzo de 1960, hace 60 años, El Comercio publicó por primera vez el Geniograma. Se trataba de un juego de palabras cruzadas creado por Mario Lara, un prestigioso intelectual boliviano asilado en el Perú por razones políticas.
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Una genial idea
A principios de ese año 1960, el doctor Alejandro Miró Quesada Garland, por aquel entonces subdirector del diario, viajó a Suecia para participar de una reunión internacional de periodistas. Allí tomó interés en ese juego. Así lo contaba Francisco Miró Quesada Rada en el libro “50 años del Geniograma” (2011):
“En esa oportunidad, en compañía de un colega sueco que hablaba perfectamente inglés, se pusieron a revisar los principales diarios de Estocolmo, y a mi tío Alejandro le llamó profundamente la atención una especie de palabras cruzadas pero que en realidad no lo eran, pues tenían otra estructura y su nota característica era que, para resolverlas, se necesitaban conocimientos muy variados y al mismo tiempo de gran interés”.
Luego de recibir una explicación detallada, Alejandro tuvo la idea de traerlo al Perú para publicarlo en El Comercio. A su retorno a Lima, un amigo en común lo puso en contacto con Lara, quien aceptó el reto y rápidamente empezó a trabajar en ello.
El Geniograma toma cuerpo
El 5 de marzo de 1960, el diario publicó un aviso dando detalles de algunas características del juego. “Ya llega: El Geniograma de El Comercio. Un novedoso entretenimiento ameno, ingenioso, interesante. Palabras y frases que se entrelazan, guiadas por fotografías, dibujos de actualidad y por indicaciones escritas”, decía el aviso.
Más de dos semanas después, el 25 de marzo, el diario Decano publicó un modelo de Geniograma junto a algunos párrafos concisos en donde explicaba la forma de resolverlo. También se anunció su lanzamiento semanal (cada sábado) y un premio de 2.500 soles de Pilsen Callao para los ganadores.
El sábado 26 de marzo, muy temprano, salió a las calles de todo el país la primera edición del Geniograma. A las nueve de la mañana, ya había varias personas que depositaban las soluciones en el patio principal de El Comercio. Asimismo, cientos de lectores se aglomeraban en las puertas del periódico para resolver el juego y otros saturaban las líneas telefónicas con numerosas preguntas.
Tanto fue el furor que, para el 30 de marzo, el último día de recepción de las soluciones, hubo más de 30 mil sobres recibidos. Un fenómeno de masas había llegado. Días después, el 1 de abril, se realizó el primer sorteo del Geniograma bajo la estricta supervisión del notario público José Ramírez Gastón Gamio. Este anunció como ganador a Carlos Wong Fox, alumno de quinto de secundaria del Colegio Nacional Señora de Guadalupe, de tan sólo 17 años de edad.
El juego se convierte en un clásico
Pasaron varios meses y la gente empezó a reclamarlo y ser más exigente con este entretenimiento cultural; incluso hubo cada vez más fanáticos geniogramistas. Por eso, el 21 de julio de 1960, El Comercio publicó una nota titulada “Genio-ocurrencias del Geniograma”, en donde se detallaba cómo en pocos meses se habían creado clubes de geniogramistas para resolver y ganar el premio.
El 23 de julio se publicó una emotiva carta de un lector en donde destacaba la “acción social del Geniograma”, y lo consideraba “un pasatiempo vinculado a la investigación y al estudio, que estaba causando una revolución social”. Tremendo elogio.
Años más tarde, ya en abril de 1968 se empezó a publicar el Geniograma tres veces por semana: martes, jueves y sábado. Todo ante la gran demanda de la gente. Sin embargo, entre 1974 y 1980, sólo se publicó los sábados debido a la confiscación del diario por parte del gobierno militar del general Juan Velasco Alvarado.
Durante la década de 1980, los Geniogramas se publicaron con normalidad. No obstante, en 1998 falleció su creador, Mario Lara, tras luchar contra una prolongada enfermedad. Esto hizo que su hija María Lara siguiera la labor de su padre desde el 2000. Siendo la invitada de honor en el primer encuentro oficial de geniogramistas, organizado por El Comercio el 26 de julio del 2001.
Con el paso de los años, se crearon decenas de clubes de aficionados y encuentros informales sobre este juego cultural. Se estima que existen cerca de 250 mil geniogramistas en todo el Perú; lo que hace pensar que el Geniograma más que un entretenimiento es un baluarte de tradición que no deja de fascinar a sus asiduos seguidores.