Decenas de alumnos y egresados de la Universidad Alas Peruanas (UAP) llegaron ayer al Campo de Marte, en Jesús María, para la jornada de orientación que brindó la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu), luego de que la mencionada casa de estudios no consiguiese el licenciamiento institucional.
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La UAP no cumplió ninguna de las condiciones básicas de calidad que establece la Ley Universitaria y ahora tiene hasta dos años para cerrar. Tampoco podrá iniciar procesos de admisión y matricular a nuevos alumnos. Ante este panorama, varios de los asistentes a la charla expresaron su incertidumbre.
Yenmi Ocampos, alumna de la Facultad de Medicina Humana y Ciencias de la Salud, de 26 años, dijo que estaba preocupada, ya que no sabe si podrá financiar su carrera en otra universidad.
“Yo pago S/560 mensuales por la especialidad de Radiología [...] En otras universidades la carrera cuesta el doble o el triple y no puedo pagarlo”, contó. También tiene dudas sobre si su especialidad será tomada en cuenta en el futuro convenio de fusión que la UAP pretende firmar con la Universidad Norbert Wiener, que sí está licenciada.
Brenda Rivas, de 25 años, y Jessica Becerra, de 21, están a ocho meses de acabar la carrera de Obstetricia, pero sienten que su futuro académico es ahora incierto.
“Estamos aquí para saber si podremos conseguir el título universitario. En nuestra promoción hay 36 alumnos a puertas de acabar la carrera”, dijo una de ellas.
Durante la jornada informativa, la Sunedu tomó los datos de todos los que se acercaban a los orientadores y repartió folletos con información sobre el proceso de cese de actividades de una universidad y las opciones que tienen los estudiantes para seguir con sus estudios.
Esta jornada se realizó en simultáneo en Arequipa y Piura, donde la UAP también tiene filiales.
—Deficiencias—
Según Linda Ccencho, David Olivera y Herberth Benzaquen, quienes cursan la carrera de Medicina Veterinaria en la sede de Pachacámac, la universidad presentaba algunas falencias en cuanto a infraestructura, organización y recolección de residuos.
“Había errores, pero el tiempo para subsanarlos no fue el idóneo. Sabemos que la decisión es porque se ha tomado en cuenta la calidad de todas las sedes”, señaló Benzaquen.