El pasado viernes 2 de marzo, A’aliyha volvió a desaparecer cuando salía de una terapia en compañía de su apoderada, su abuela Saturnina Velásquez Alzamora.
El pasado viernes 2 de marzo, A’aliyha volvió a desaparecer cuando salía de una terapia en compañía de su apoderada, su abuela Saturnina Velásquez Alzamora.
Enrique Vera

La primera vez que desapareció fue hace un año durante casi una semana. A’aliyha Vargas Rivera, de 15 años, había permanecido entonces bajo custodia y presión de un sujeto 20 años mayor, en distintos inmuebles de Surquillo y Chorrillos.

Cuando este supo que la familia de la adolescente la buscaba con la policía, dejó que A’aliyha Vargas volviera a su domicilio, en Independencia.

Ismael Vargas, el padre de la menor, averiguó que el hombre era Jorge Aspajo Reyes, un aficionado a la práctica de lucha libre que se hacía llamar ‘Rey del Aire’ en las exhibiciones en las que participaba. Además, que Aspajo era divorciado, tenía dos hijos y que buena parte de sus contactos en Facebook correspondía a chicas en edad escolar.

Así había conocido y seducido a A’aliyha, quien vivía a solo dos cuadras de su casa. En los días que su hija estaba desaparecida, Ismael Vargas descubrió también que el hombre le enviaba a la menor fotos en las que aparecía desnudo y conversaciones donde le incitaba a escapar de su casa.

-Doce días sin A’aliyha’
Apenas A’aliyha apareció, su familia interpuso una denuncia contra Jorge Aspajo y el Poder Judicial emitió una orden para que él no volviera a acercarse a la escolar. Ella retomó sus clases –el año pasado cursó el segundo año de secundaria– y en el verano fue matriculada en un curso de inglés. También empezó una terapia en el Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi, en San Martín de Porres.

La familia de A’aliyha no había vuelto a saber de Aspajo, tampoco lo veía por su barrio como antes. El luchador continuaba con sus eventos en distintos coliseos de Lima norte, aunque ya no se hacía llamar ‘Rey del Aire’ sino ‘Heavy Metal’.

El pasado viernes 2 de marzo, A’aliyha volvió a desaparecer cuando salía de una terapia en compañía de su apoderada, su abuela Saturnina Velásquez Alzamora.

La alarma de nuevo prendió en la familia Vargas y todas las sospechas apuntaron otra vez a Aspajo Reyes. Hilda Vargas, una tía de la adolescente, informó a El Comercio que en febrero último A’aliyha tomaba continuamente el celular de su abuelo, Alfonso Vargas, para hacer y contestar llamadas.

“Nos decía que, como no tenía celular, había dado ese número para comunicarse con sus amigas”, dice Hilda.

Sin embargo, en un récord de llamadas solicitado a una empresa de telefonía, la familia de la menor constató que esta había estado en comunicación con Aspajo. El día que desapareció, A’aliyha había sacado de su cuarto algunas mudas de ropa y su computadora portátil.

Han pasado 12 días y no se ha vuelto a saber de ella. En casa de Aspajo tampoco nadie da razón. Los parientes de A’aliyha creen que la policía ha demorado en buscarla y hoy temen más que nunca por ella, por su vida.

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