“Estuve retenido, no pude ver nada porque era un lugar cerrado. Hubo agresión, algunas bofetadas como queriendo demostrar autoridad. Yo estaba en el Centro de Lima cerca de la plaza San Martín. Me subieron a un carro y me llevaron, les pedí que me llevaran a una comisaría, pero no me permitieron visualizar el lugar”, contó Luis Fernando Araujo Enríquez, de 24 años, al salir de la sede de Medicina Legal.
Araujo fue uno de los jóvenes que participaron en la marcha nacional de sábado. Su familia denunció su desaparición ante la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. El martes por la tarde, Araujo apareció en la puerta del hospital Dos de Mayo.
Lo primero que dijo es que estuvo retenido por agentes Terna de la policía y que lo habían mantenido escondido junto a otra persona en una casa. No se ha esclarecido aún en qué zona del centro de Lima habría sido detenido, ni de qué manera habría sido liberado casi tres días después.
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Rocío Meza, abogada del Instituto de Defensa Legal (IDL), contó que, además de no haberle dado alimento ni agua, lo habrían torturado.
“No tuvo dónde dormir, no comió, no le dieron agua. Lo llevaron con los ojos tapados, lo encañonaron y le hicieron escuchar la voz de su mamá cuando estaba pidiendo ayuda para encontrarlo”, dijo Meza.
Denuncia en proceso
Para el abogado Carlos Rivera, también de IDL, basándose en el testimonio de Araujo, se puede hablar del presunto delito de tortura, debido a que sufrió actos de coacción, amenaza y castigo físico y psicológico. “Lo que le han hecho no es parte de ningún protocolo de ninguna sociedad democrática”, dijo.
Porfirio Barrenechea, vocero de la Defensoría del Pueblo, recordó que establecer el delito de tortura va a depender mucho de los medios probatorios. “Hay formas de torturas, también puede ser considerado tortura el maltrato psicológico, pero eso tiene que corroborarse”, agregó.
Sobre los supuestos delitos de secuestro o desaparición forzada, el exviceministro del Interior Ricardo Valdés opinó que, de comprobarse lo afirmado por Araujo, se trataría de un caso de secuestro agravado, ya que ha sido con vejamen y tortura. Valdés refirió que es necesario esperar que se concluyan las diligencias.
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Rivera señaló que este caso también podría ser denunciado por desaparición forzada, ya que hay una intencionalidad diferente respecto al delito de secuestro. Además, indicó que un elemento que debe ser considerado es el silencio que mantuvieron las autoridades policiales mientras Araujo estuvo desaparecido.
“Podríamos estar ante un delito de desaparición forzada de carácter temporal. Ahí no establece la ley que los desaparecidos tengan que aparecer muertos o vivos”. Señaló que durante la guerra contra el terrorismo “hay muchos casos en los que las personas estuvieron desaparecidas por un lapso de tiempo y se procesó por desaparición forzada”.
En un comunicado enviado el martes, la Policía Nacional del Perú (PNP) informó que se indagará lo sucedido. Indicó que se ha dispuesto que la División Especializada de la PNP, en coordinación con el Ministerio Público, realice una investigación exhaustiva para determinar las causas y circunstancias de los hechos.
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