El 17 de octubre del 2022, El Comercio publicó una denuncia sobre el abandono de los ciudadanos de Purús, Ucayali, provincia ubicada en la frontera entre Perú y Brasil. Esto debido a que no tienen conexión terrestre con el resto del país y la única forma de llegar es a través de la vía aérea. Cinco meses después, los 4.000 habitantes, distribuidos en 43 comunidades indígenas, siguen presentando diversas carencias.
Una de ellas es la falta de un hospital. El único centro médico se encuentra en la localidad de Puerto Esperanza; sin embargo, está inhabilitado y permanece en construcción desde hace 5 años.
Carlos Meléndez, representante de los pueblos indígenas de Purús, aseguró que la construcción del hospital se ha paralizado desde el mes de diciembre del año pasado. “No vemos ningún tipo de avance. Además, lo más preocupante es que no contamos con médicos profesionales. Estamos olvidados por un Estado que no nos quiere atender”, dijo.
Añade que los pobladores sobreviven de milagro a las picaduras de serpientes gracias a las plantas medicinales de la zona. Sin embargo, resalta la necesidad de aparatos para observar los tejidos y órganos del interior del cuerpo. “Aquí no hay ningún tipo de máquinas para realizar ecografías ni rayos X”, sostuvo.
Contó que solo cuentan con una posta médica, la cual se encuentra en condiciones precarias y ningún paciente puede recibir una buena atención.
Por otro lado, hace más de 10 años los niños y adultos no saben lo que es beber agua limpia debido a la ausencia de un filtro que la potabilice. “Los estudiantes y trabajadores de la provincia no tienen un servicio de agua de calidad. Por lo tanto, tienen que beber agua de los ríos, lo que les produce enfermedades estomacales”, añadió Carlos.
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Resaltó que esta situación ocasiona un círculo vicioso porque el hecho de beber agua de los ríos repercute en la salud de los pobladores de manera negativa. No obstante, no pueden recibir una atención idónea porque no hay hospitales. “Aquí carecemos de medicinas y agua potable. Esto ocasiona un gran sufrimiento en todas las comunidades de Purús. Lamentablemente, el Estado no llega para abastecernos”, indicó.
Elka Baldeón, directora de Desarrollo Ambiental y Social Perú, aseguró que el primer vuelo cívico del año con destino a Purús se realizó el lunes 13 de febrero. Esto debido a que el lugar no tiene conexión terrestre. Agregó que serían dos vuelos por mes.
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Resaltó que, de esa manera, se podrán trasladar alimentos y medicamentos a la zona. Sin embargo, Baldeón reconoce que el problema de fondo sigue siendo la interminable construcción del hospital en Puerto Esperanza.
“Esta obra tiene que ser ejecutada por el gobierno regional, su gran desafío es culminarla lo antes posible. Actualmente se encuentra en un 50 % de avance de construcción de la infraestructura, pero faltan acabados, equipamientos y un equipo de profesionales”, explicó. Se tenía proyectado que las autoridades lo terminaran en el mes noviembre del 2022. No obstante, sigue en proceso y permanece así desde hace 5 años.
Sobre el consumo de agua potable, señaló que el Ministerio de Vivienda tiene planeado un proyecto para construir pozos de agua para que pueda ser potabilizada. “Esto se tiene pensado solamente para 6 comunidades. Si bien es cierto ya hay una iniciativa para atender la necesidad, nuevamente regresamos al tema de la capacidad del gobierno regional para poder ejecutar la obra”, dijo.
Considera que la brecha en Purús todavía es grande y hay muchos pendientes. Por ello, es necesario que las autoridades articulen sus funciones para tomar cartas en el asunto de forma rápida y así puedan terminar todos los proyectos.