Periodista y Papa Francisco se reunieron en el Vaticano la mañana de ayer. 
Foto: Paola Ugaz
Periodista y Papa Francisco se reunieron en el Vaticano la mañana de ayer. Foto: Paola Ugaz
Abby Ardiles

Ayer por la mañana, Paola Ugaz se reunió con el en una audiencia exclusiva dentro de su biblioteca privada en el Volviéndose así en la primera investigadora peruana en hablar con él. A lo largo de los años, ella ha visibilizado los casos de abusos contra menores de edad perpetrados por miembros de la comunidad católica

En el 2015, publicó el libro “Mitad monjes, mitad soldados”, junto con el periodista Pedro Salinas. El producto fue una extensa investigación periodística que reveló el modus operandi y varios abusos cometidos por el Sodalicio.

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A pesar de los varios intentos de censura en su contra, deslegitimación de sus investigaciones y procesos legales interpuestos por algunos grupos religiosos y medios, Ugaz continua indagando el tema de los abusos.

En exclusiva para El Comercio, la periodista relató algunos pasajes de su reunión con el Sumo Pontífice; sin embargo, los detalles quedan para su recuerdo. La destacó como “una conversación de viejos amigos”, puesto que Francisco se vio bastante comprensivo durante la audiencia. Además, resaltó su buen sentido del humor y realismo claro.

—¿Cómo nace esta reunión?

Cuando sacamos el libro se destapó una Caja de Pandora que no calculamos porque éramos dos periodistas freelance. Muchísimos casos empezaron a salir. Nosotros, antes de sacar el libro, mandamos un pedido de entrevista a la congregación que agrupa a los organismos laicos en Roma, pero nunca nos respondieron. Con el paso del tiempo, el Instituto de Doctrina de la Fe -que ve organismos religiosos-, el cual lo dirige Charles Scicluna y está Jordi Bertomeu, han empezado a ser muchísimo más activos en ese trabajo. Fueron a Chile e hicieron un comité interventor en donde detectaron que no solo existía el Caso Karadima, sino que había algo más amplio.

Yo empecé a investigar el tema financiero, allí empezaron los problemas. A partir del 2018 a mí y a Pedro nos denuncia el arzobispo José Antonio Eguren. Eso marca un hito importante. A Pedro lo condenan, desde ese momento un equipo del papa Francisco intercede y se comunican con la Conferencia Episcopal de Lima. Hablan con Eguren y él desiste del juicio. Desde ese momento estaba muy cercano a cómo estábamos. El equipo del Sumo Pontífice siempre ha estado muy pendiente de lo que nos está pasando.

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—Hubo más historia antes de llegar al Vaticano...

En mi caso la persecución ha sido muy alta desde el 2018, con procesos judiciales en la Fiscalía, en el Poder Judicial, amenazas de muerte y seguimientos a nuestras casas. Yo estoy en la lista de defensores derechos humanos que hace el Ministerio de Justicia. A nivel mundial Internacional Media Fundation me han dado el Premio al Coraje en el 2021 por esta persecución y otras organizaciones como la de George Clooney, Media Defence, y el Gobierno Británico han estado muy pendientes de lo que me esté pasando. En ese marco es que recibo esta audiencia con el papa Francisco. La invitación fue hace algunos meses, bueno, hasta que no se dio no decía nada. Ya se dio la reunión y la verdad es que ha sido muy muy buena, gratificante. Estoy muy contenta. Ha sido muy bonita, la verdad.

A fines del 2019, el exnuncio Nicola Girasoli me comentó que estaban viendo para que me reúna con el papa Francisco. Eso no se dio porque empezó la pandemia. Además, en 2020 arreciaron las demandas en mi contra. Salgo falsamente en dos portadas del diario “Expreso” como jefa de una red de lavado de activos. En enero del año siguiente, la Fiscalía me abre una investigación. No ha cesado la persecución y en ese marco me reactivaron la invitación.

Estoy muy contenta...no lo puedo creer. Soy una periodista mujer, soy mamá. Hubieron muchísimas cosas que también te afectan tu vida familiar. Yo ya había tenido comunicación con el papa Francisco, pero nunca había sido en persona. Él siempre ha sido muy solidario con mi caso y el de Pedro.

—¿Cuál fue la reacción del papa Francisco al conversar contigo? ¿Cómo se desarrolló esa audiencia?

Fue una reunión recontra relajada como de amigos viejos porque teníamos muchos temas en común dado que hemos tenido comunicación epistolar hace muchos años, desde que empezaron los juicios contra mí. Lo primero que me preguntó fue cómo estaba, por qué en mi país habían tantos presidentes. Me contó un poco de Italia, que él ha estado muy bien. También me preguntó cómo estaban mis casos.

Me dijo una frase muy bonita que obviamente la tengo, pero la he re-fraseado. Me dijo, “es tiempo de la verdad, tiempo de escuchar el mensaje y no castigar al mensajero. Y si es mensajera, lo pasa peor”. Luego me agradeció por el trabajo que hago y me comentó que esperaba que no sea la última vez que nos reunamos. También hablamos de cómo va mi investigación.

Hemos hablado desde una relación muy abierta, muy sincera. Tiene un sentido del humor increíble y un sentido del realismo bastante claro. Conoce muy bien lo que está pasando en el Perú sobre estos casos. Me pidió llevar un mensaje a los sobrevivientes para acompañarlos y que él esta muy solitario, muy pendiente.

—¿Se habló de los sobrevivientes?

La sensación que me dio es que está muy bien informado y creo que su nivel de empatía con el caso es bastante grande. También su nivel de conocimiento de lo que pasa en la realidad de cada país, también es importante. Sobre eso, en América Latina está viendo cómo combatir este mal que es el abuso de los sacerdotes o laicos consagrados generalizado en toda la región. Bueno, en todo el mundo, pero en la región es mucho más complejo porque el caso Sodalicio es un caso que demuestra que no solo son faltas de abusos sexuales, físicos y psicológicos, sino también hay muchísimo manejo oscuro en las finanzas amparadas en el Concordato firmado entre el Estado Vaticano y el Perú.

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—¿Qué te motiva a continuar a pesar de los ataques?

Me motivan los periodistas jóvenes, mi familia, mi hija. Siempre es más y mejor periodismo. Si ellos me callaran, pues estarían ganando. Entonces yo voy a seguir y he seguido.

Han habido momentos en los cuales ha sido muy duro, pero que cada vez que publicó algo y hay alguna sonrisa de la gente con la que estamos contando esas historias, porque el periodismo es contar historias universales y tratar en alguna manera que haya un poco de justicia, ¿no? Y eso eso es lo que me motiva.

Yo creo que el abuso a menores es un mal de nuestro mundo. Eso conlleva a una gran impunidad que es más compleja, un sistema. No es que sea un solo abusador, que es Figari, sino habían muchos más. Eso hizo que un sistema permita que no les pase nada, porque al Sodalicio en la práctica no le está pasando nada hasta hoy. Tienen más de 50 años, hay una investigación en la Fiscalía que está llevando José Ugaz por lesiones graves y secuestro agravado.

—¿Sientes que hay justicia?

En el mundo no hay justicia, pero en esta historia como es tan larga y tiene tantos capítulos por destapar, contar y publicar. “Mitad monjes, mitad soldados”, empieza a hacer esta. Pero el camino todavía es largo.

Yo siento que aún falta escuchar a José Rey de Castro, a los López de Romaña y todas los demás sobrevivientes que faltan en el sentido que se les termine de reparar porque la historia es muy larga.

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