Un informe del portal Salud con lupa dejó a descubierto que en seis de los supermercados más grandes y de Lima y el Callao se venden frutas y verduras con altas concentraciones de plaguicidas no aptas para el consumo por ser muy perjudiciales para la salud.
LEE TAMBIÉN: Revelan que seis supermercados venden frutas y verduras con altas cantidades de plaguicidas
Se tomaron 84 muestras de siete tipos de frutas y verduras (ají amarillo, apio, fresa, beterraga, pimiento, cebollita china y tomate). Estas fueron enviadas a dos laboratorios certificados en Lima para un análisis multiresiduos que ayuda a detectar alrededor de 800 moléculas químicas que están presentes en los plaguicidas. Los resultados arrojaron que 51 de las muestras contenían estos restos por encima del límite máximo permitido según la norma peruana.
En el análisis, ninguno de los supermercados consiguió buenos resultados. Todos vendían alimentos que superaban el límite máximo.
¿Qué son y qué daño causan los plaguicidas?
Se denomina plaguicidas a cualquier sustancia destinada a prevenir, destruir, atraer, repeler o combatir cualquier plaga que afecte a las plantaciones. Estas sustancias químicas se utilizan para proteger los cultivos de las plagas de insectos, malas hierbas, hongos, bacterias, moluscos, pequeños mamíferos, pájaros y otras especies vegetales.
Los plaguicidas son potencialmente tóxicos para los seres humanos y pueden tener efectos agudos y crónicos en la salud de las personas, dependiendo de la cantidad y la forma de exposición.
LEER TAMBIÉN: Semana Santa: estas son las vías afectadas y otras recomendaciones básicas para este feriado largo
Si bien estas sustancias no son venenosas necesariamente, sí pueden resultar perjudiciales tanto para el ser humano como para otras especies que las consumen inadvertidamente en los alimentos o sus productos derivados.
LA NUTRICIONISTA
¿Se pueden eliminar los restos de plaguicidas?
Jorge Loayza, ingeniero químico y profesor del Departamento Académico de Procesos de la Facultad de Química e Ingeniería Química de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, declaró a El Comercio que si se han utilizado plaguicidas químicos, no es posible eliminarlos completamente de los alimentos, pero si reducirlos a niveles en los cuales no produzca daños al organismo. A estos niveles se les conoce como LMR (Límites Máximos de Residuos o Restos de Plaguicidas en los alimentos).
Loayza indicó que, para reducir los residuos de plaguicidas que pueden estar en los alimentos, hay que cumplir con los LMR. “Hay que prestar atención a la cantidad y el periodo en el cual deben ser aplicados, a este tiempo se le conoce como periodo de carencia, el cual que debe transcurrir entre la última aplicación de un plaguicida y la cosecha del producto. Además, es necesario capacitar adecuadamente, tanto a los agricultores como a los aplicadores de esta sustancia”, dijo.
Por su parte, Alicia Tovar, periodista de Salud con lupa quien realizó la mencionada investigación, indicó que gran parte de los plaguicidas que se usan en los alimentos son sistémicos, es decir, penetran hasta los tejidos de la fruta u hortaliza. “Es muy difícil que uno a simple vista pueda detectar restos de sustancias químicas. Hay excepciones, como en la cebollita china, que aparecieron algunas manchas azules, pero es algo mínimo”, sostuvo.
LEER TAMBIÉN: Serenos armados: ¿qué involucra la norma aprobada por el Congreso y qué opinan los expertos?
Los efectos negativos que pueden generar el consumo de productos con restos de plaguicidas pueden llegar a ser muy graves. “En nuestra investigación descubrimos que se puede ver alterado el numero de cromosomas, el cual está asociado a la aparición del cáncer, rápido envejecimiento u otras enfermedades”, dijo.
La nutricionista Andrea López Cervera sostiene que es peligroso que existan frutas y verduras que superen los límites máximos de estas sustancias. “Se han encontrado plaguicidas en diversos alimentos como cebolla china, apio, ají amarillo. El gran problema es que muchos de estos plaguicidas están prohibidos. Además, las cantidades que son superiores a las permitidas generan muchos daños”, dijo.
La especialista considera que el exceso de restos de plaguicidas traen efectos negativos al sistema nervioso, incluso pueden ser cancerígenos. Añadió que es posible que las mujeres gestantes sufran efectos que perjudiquen al feto.
Resaltó que se puede disminuir la cantidad de estas sustancias. “Hay que tratar de consumir productos orgánicos libres de químicos o cultivar nuestros propios alimentos (...). Es importante resaltar que el Estado tiene que monitorear los residuos de plaguicidas”, señaló.
Forma correcta de lavar las frutas y verduras
Como se ha dicho, los restos de plaguicidas o pesticidas no se pueden eliminar de los alimentos, aunque según los especialistas sí es posible reducir la cantidad de estas sustancias químicas. Algunas de las maneras es lavar bien los productos antes de consumirlos y sumergir por unos minutos los alimentos en agua con bicarbonato o sal y vinagre.
La forma en que se deben limpiar las frutas y verduras dependerá de cada tipo. Generalmente se recomienda lavar adecuadamente los alimentos con agua y dejarlos remojar en sal por cinco minutos. En el caso de las frutas más delicadas, como las uvas, manzanas o naranjas, es ideal usar presión baja de agua. Si se trata de alimentos con mayor contacto a la tierra, como las papas, zanahorias o rabanitos, se deberá usar un cepillo, esponja o paño.
Para limpiar hortalizas se recomienda, en primer lugar, eliminar las primeras hojas porque pueden ser las más contaminadas y, después, proceder a realizar un lavado de hoja por hoja. Las frutas con tallos, como peras, cerezas o fresas, se deben de lavar con cuidado y sin cortar los tallos si no se utilizarán al momento. De esta manera, se evita que ingresen microorganismos al interior del alimento.
LEER TAMBIÉN: Descontrol en la vía del Metropolitano: más de 800 choferes multados en 3 meses por invadirla
Asimismo, se puede contar con una solución desinfectante para limpiar las verduras. La fórmula es: por cada litro de agua, agregar 5 ml. o una cucharadita de lejía. Eso sí, este limpiador no se debe mezclar con otros detergentes o sustancias. Además, esta solución se prepara diariamente y no se puede guardar.
Para utilizarla, se pueden dejar las frutas y verduras reposando en un recipiente o en el lavabo con la solución por cinco minutos y enjuagar con agua limpia antes de consumirlas.
Otra de las recomendaciones
- Los alimentos deben tener una certificación que garantice su inocuidad alimentaria.
- Capacitar a la población en la higiene alimentaria para minimizar los efectos negativos en la salud.
- Realizar una vigilancia de la correcta aplicación de los plaguicidas o agroquímicos en la agricultura y en actividades agropecuarias.
- No usar plaguicidas prohibidos o de dudosa procedencia.
- Usar plaguicidas biológicos.