Mejorar el rendimiento escolar, combatir el ciberbullying y prevenir riesgos a la salud mental de los estudiantes. Esa es la finalidad, según se describe, del proyecto de ley 5532/2022- CR, el cual propone prohibir el uso de teléfonos celulares en todas las instituciones educativas de la educación básica regular, públicas y privadas, durante el horario de clases. El dictamen de esta iniciativa, presentada por la congresista Milagros Jáuregui (Renovación Popular), fue aprobado semanas atrás por la Comisión de Educación, Juventud y Deporte del Congreso.
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La propuesta precisa como excepción a esta regla aquellos escenarios donde los estudiantes tengan que hacer uso del celular o de otro dispositivo electrónico a fin de requerir atención especial como consecuencia de padecer alguna enfermedad o discapacidad.
La prohibición tampoco se tomaría en cuenta en caso el colegio permita de forma expresa el uso del celular únicamente para fines académicos.
Asimismo, la norma señala que serán las propias autoridades de las instituciones educativas públicas y privadas las que establezcan las medidas correctivas para los estudiantes que incumplan con lo dispuesto, tomando en cuenta criterios de gradualidad, reiteración, razonabilidad y proporcionalidad.
En tanto, el proyecto de ley propone indica que el Ministerio de Educación (Minedu) deberá promover campañas para la reducción del uso excesivo de celulares inteligentes en las escuelas de los niveles inicial, primario y secundario. Además, dispone que cada institución educativa coloque un aviso con dicha prohibición en una parte visible cerca a las puertas de ingreso.
Argumentos de la propuesta
La iniciativa legislativa sustenta la necesidad de la prohibición de equipos celulares o cualquier otro dispositivo electrónico durante la jornada escolar principalmente en los siguientes fundamentos:
- Produce déficit de atención, aprendizaje y reduce el rendimiento académico.
- Aumenta el riesgo de exposición excesiva de menores a redes sociales para casos de grooming, sexting, ciberbullying.
- Aumenta el riesgo de exposición excesiva de menores a redes sociales para casos de ciberbullying.
- Reduce la socialización entre estudiantes lo cual afecta su desarrollo.
- Produce trastornos psicológicos.
Al respecto, se argumenta que si bien os dispositivos electrónicos, como los teléfonos inteligente, tablet u otros son una puerta abierta al mundo del conocimiento en el Internet, su acceso recurrente genera una serie de efectos perjudiciales y riesgos en los niños en etapa escolar, como los arriba descritos. En su exposición de motivos, la norma también enumeró algunos países que ya cuentan con esta prohibición en sus respectivas normativas: Francia, Portugal, Italia, España, Reino Unido, Grecia, Australia, Suiza y Bolivia.
Cabe decir que el documento incluye opiniones favorables del Minedu, Ministerio de Salud, Ministerio de Transportes y Comunicaciones, Colegio de Psicólogos de Cusco y Madre de Dios, Colegio de Psicólogos del Perú, y Asociación de Nidos y Guarderías Privadas del Perú. En el caso del Minedu, en un primer momento se mostró en contra de la propuesta, indicando que “si los celulares se usan adecuadamente para fines pedagógicos, su uso resulta pertinente“ y que “su prohibición en aula no revertirá las problemáticas que deben abordarse en los colegios”.
Por su parte, la congresista Jáuregui trajo a colación un reciente informe de Unesco sobre el seguimiento de la educación en el mundo para el 2023, donde expuso que los alumnos que se mantienen cerca a los celulares son propensos a distraerse en los salones de clase y tener un bajo rendimiento académico. Por ello, consideró que su propuesta es la única manera de crear una atmósfera adecuada para proteger a los escolares y que puedan concentrarse en los estudios.
“Hoy, los alumnos terminan el colegio sin saber sumar, multiplicar, ni escribir bien porque tenemos un ente distractor en los salones. Durante las clases envían textos e incluso planean cómo agredir a sus compañeros. Esto fue advertido por países del primer mundo, quienes han dispuesto la prohibición del uso de celulares durante el proceso de enseñanza, con la finalidad de lograr mejores resultados académicos y a la vez reducir eventos de acoso escolar. Los alumnos ya no comparten, salen al recreo y están con el celular. Esto hace que crezcan sin relaciones sólidas“, sostuvo.
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Jáuregui agregó que esta prohibición va a reducir la posibilidad de que los escolares sean captados por adultos mediante las redes sociales y que estos los esperen afuera de los centros educativos. De igual forma, mencionó que si la norma no tuviera ventajas no se estuviera implementando en varios países del mundo.
“Esta propuesta definitivamente va a proteger a los niños, quienes hoy tienen un gran enemigo. Los celulares los hacen visibles ante el mundo y no se dan cuenta del peligro que es. Todas las fotos que suben, todo lo que hacen es expuesto, y otros pueden hacer mal uso de esa información. Como Estado debemos proteger la integridad y los derechos superiores del niño”, manifestó.
Una mirada parental
En diálogo con El Comercio, Daniela Delgado, vocera del colectivo ‘Volvamos a Clases’ -que agrupa madres y padres de familia-, opinó que la propuesta resulta interesante y valiosa, pues se alinea con lo que viene sucediendo en el mundo: la tendencia a limitar el uso de los celulares en colegios. El motivo principal, señaló, es que estos dispositivos son una gran interferencia en el desarrollo integral de los estudiantes y pueden convertirse en la puerta hacia el ciberbullying o contenidos que no suman al aprendizaje.
“Se está buscando es regular y volver a que los chicos de alguna manera estén conectados con la experiencia educativa en el salón de clase. Creo que se están alineando un poco a la tendencia que hay de fuera, que creo que es bien importante porque la experiencia en el colegio tiene que ser una experiencia netamente educativa y que debe estar inmersa en en las materias que hay que aprender”, comentó.
Delgado indicó también que la experiencia en otras países muestra lo nocivo que resulta ser el uso indiscriminado de celulares, por lo que es rescatable que de alguna manera se busque ayudar a los niños y adolescentes a entender que cada cosa tiene un lugar, un momento y un uso pertinente. Por otro lado, añadió que espera que la propuesta se pueda concretar y no suceda como con otros proyectos de ley, que se promueven y finalmente se quedan en el tintero.
“Creo que es bien importante, creo que es un tema polémico, creo que es un tema este real y que efectivamente estamos viendo que el uso indiscriminado de los celulares va mellando la salud mental y el desarrollo integral de los chicos. Se cree que muchas cosas que se pueden aprender a través de la pantalla nos conectan más con el mundo, pero también nos desconectan de nosotros y de toda la dimensión del aprendizaje”, sostuvo.
En otro momento, la vocera de ‘Volvamos a Clases’ hizo hincapié en que tanto el celular, la tablets o la computadora permiten navegar en un mundo donde abunda la información falsa y con acceso a los contactos fraudulentos. Por ello, cree que es importante que los docentes y profesionales a cargo de la educación tienen que estar bien capacitados para guiar a los alumnos sobre el bueno uso de la tecnología. No basta, destacó, con sancionarlos.
¿Proyecto está bien fundamentado?
Para Paul Neira, experto en políticas públicas y director de The Learning Factor, hay algunos elementos planteados en el proyecto de ley que llaman la atención por su “débil” sustento técnico. Por ejemplo, resaltó lo redactado en el apartado dedicado a la finalidad de la propuesta, donde se señala que la prohibición del celular en clases va a reducir la incidencia de enfermedades mentales entre los estudiantes, permitir la lucha contra el ciberbullying en los colegios, fomentar la mejora de la atención y el rendimiento escolar. Precisó que establecer una relación directa de causa y efecto es un “error”.
“Siendo la finalidad central de la prohibición me parece que es muy débil, porque se está asumiendo que el dispositivo celular es el causante de la distracción, del ciberbullying, del aumento de incidencia de enfermedades mentales, y eso desde un punto de vista técnico es un error. Entonces, ahí hay una debilidad fundamental porque la finalidad es la descripción del programa público que se trata de atender. Creo que se tiene que revisar porque puede ser engañosa”, expuso.
Asimismo, Neira comentó que practicas como el bullying o acoso escolar no se resolverán solo con no permitir el uso del celular en los colegios, pues se trata solo de unas 5 a 7 horas, y no significa que el resto del día los estudiantes van a respetar esas mismas reglas. Se trata de un problema conceptual en el planteamiento de la norma que no debe ser pasado por alto pues formaría parte de la estructura de la ley.
“Me parece que es una buena intención, pero la finalidad tiene que ser revisada porque las razones que están explicadas ahí para impulsar el proyecto no son las mejores. El planteamiento está desequilibrado pues simplemente se asume que porque yo prohíbo el celular todos los otros elementos van a desaparecer o reducir su impacto. Hablamos de fenómenos que solo con la prohibición no lo vas a resolver”, detalló.
Por otro lado, a fin de dar a conocer la medida, el experto consideró insuficiente que el Minedu realice una campaña de comunicación para promover que haya menor uso de celulares en las instituciones educativas y que estas coloquen un aviso con precisando la prohibición en una zona visible al ingreso. Enfatizó que lo que se tiene que hacer, de acuerdo a las prácticas que han dado resultado en el mundo, no es un proceso de comunicación, sino uno de alfabetización mediática informacional.
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“O sea, no solo prohibir sino enseñar a usar mejor el celular o dispositivo electrónico. Dar las herramientas al estudiante para que sepa lidiar con estos elementos y ojo, también a los profesores. Por ejemplo, impulsar el pensamiento crítico, el no creer en los fake news, cuestionar la primera fuente de información y no darle crédito solo porque lo veo en Facebook o TikTok”, explicó.
Neira agregó que, entonces, si no ofrecemos una respuesta institucional orgánica, construida progresivamente, entonces la prohibición lo que va a ocasionar es el efecto contrario, es decir, aumentar el uso del celular. En todo caso, opinó que la Comisión de Educación del Congreso tendría que abrir una discusión que permita convocar a una mesa en la cual se discutan todos estos elementos.
Por su parte, Daniela Delgado sostuvo que toda iniciativa legislativa en materia de educación básica regular debe estar pensada en el desarrollo del niño y adolescente, así como en la capacitación del docente a las nuevas demandas del mundo globalizado.
“Me parece importante que se hagan proyectos de ley, pero hay que buscar que los mismos tengan un debido sustento técnico y se ejecuten. El prohibir el uso de celulares en colegios es interesante, pero se tiene que dar con toda una lógica detrás. El sector educación es uno de los que más se llenan de proyectos de ley, pero se necesita que sus lineamientos estén más claros”, destacó.
¿Prohibición es legal? Habló Indecopi
Mientras no haya una norma general o reglamentación por parte del Minedu sobre el uso de celulares en los colegios a nivel nacional, aquellas de índole privado tienen la potestad de establecer sus propias normativas internas, lo que se conoce como “líneas axiológicas”, que definen los valores y el régimen disciplinario dentro de la institución.
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En ese sentido, Mariela Villacorta, representante de la Dirección de la Autoridad Nacional de Protección del Consumidor del Indecopi, dijo que los colegios privados pueden establecer los valores que van a regir dentro de sus instalaciones y, a partir de ello, prohibir el uso de celulares dentro de las aulas. Sin embargo, dicha norma interna se debe haber presentado antes del inicio del año escolar a los tutores o padres de familia.
“Si es que se establecen regímenes disciplinarios, por ejemplo, incautar un celular que ha sido llevado al colegio pese a no estar permitido, tienen que ser informados a los padres de familia antes del inicio del año escolar”, mencionó.