Pasaron casi cuatro años para que Solsiret Rodríguez Aybar pueda ser encontrada desde aquel jueves 23 de agosto del 2016 cuando fue vista por última vez. Tenía 23 años, vivía con su expareja, Brian Villanueva Castillo, y sus dos hijas. Había iniciado una carrera universitaria prometedora y mostraba un gran compromiso con la sociedad, con la defensa de los derechos de las mujeres.
Este martes se conoció que los restos de su cuerpo fueron hallados en la casa de Andrea Aguirre Concha, pareja de Kevin Villanueva, su cuñado. Ella confesó a la Policía Nacional del Perú (PNP) que desmembró el cuerpo de la joven activista y se deshizo de algunas partes. También dijo que murió tras caer de un cuarto piso, en medio de una discusión. Se trata de un punto a parte en el caso que sigue en investigación y en la búsqueda de justicia de sus familiares y amigos.
Rodríguez Aybar nació el 23 de marzo de 1993. Desde muy joven, y con dos hijas, se dio tiempo para participar en todo lo que pudiera. Ingresó a la Universidad Nacional Federico Villarreal en el 2012, a la carrera de Sociología. A diario salía de su casa en el Callao y tomaba un bus o combi que la llevara hasta el local universitario ubicado en la avenida Nicolás de Piérola (ex Colmena), en el Cercado de Lima. Allí conoció lo que es hacer voluntariado.
“Yo estaba en el balcón de la Villareal y se me acerca porque me había visto haciendo un poco de activismo dentro de la universidad. Me pidió que le recomiende un libro”, recuerda Katherine Soto. Ese fue el día que se conocieron e iniciaron una gran amistad. Solsiret era cachimba y tenía interés por leer y saber sobre las intelectuales peruanas.
Ser una académica era una de sus metas y participaba en conferencias, ponencias y congresos estudiantiles. “Ella formaba parte de un colectivo de la universidad que se llamaba Villanas, porque eramos de Villareal”, dice Soto. Este grupo participaba también de movilizaciones a favor de los derechos de las mujeres. Es así como compartía su vida entre ser madre, estudiante y voluntaria.
“Tenía algunas complicaciones por lo que era madre y a la vez estudiante, pero siempre se daba tiempo para todo. Era bien empeñosa en todo, ha formado parte de varios grupos sociales en la universidad. Sol era una chica que siempre estaba metida en el tema de derechos humanos. Era una chica bien comprometida dentro de la universidad y fuera”, comenta Katherine. Lamenta esta situación porque hoy Solsiret Rodríguez Aybar sería una profesional, una importante socióloga, como esperaba.
Unos días antes de desaparecer, Solsiret anunciaba su participación en la marcha de Ni Una Menos del 2016. Un video en YouTube la muestra hablando sobre la organización de las vecinas del Callao para la formación de talleres y erradicar la violencia.
- Movilización -
Tras la desaparición, Rosario Aybar y Carlos Rodríguez, madre y padre de la joven, han sido piezas fundamentales. A dos años de reportado el caso denunciaron que durante investigación fiscal y policial se registraron serias irregularidades que retrasaron la búsqueda. “Tanto la policía como su conviviente -quien dijo que ella abandonó el hogar- denigraron a mi hija”, indicó Rosario Aybar en ese entonces en declaraciones a El Comercio.
Por medio de movilizaciones continuaron en la búsqueda de su hija. Es así que en redes sociales se hizo tendencia frases como 'Te seguimos buscando’ o ‘Justicia para Solsiret’. En ese sentido, este miércoles se anunció un plantón para exigir justicia. Será frente a la sede de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) de la Policía Nacional del Perú, en el Cercado de Lima.