El lunes último, el Perú actualizó la cifra de fallecimientos por el COVID-19 a partir del informe elaborado por un grupo de trabajo técnico (GTT) convocado por el Ejecutivo. Así, entre el 1 de marzo del 2020 y el 22 de mayo último, se registraron 180.764 decesos por la pandemia en nuestro país, luego de que se modificaran los criterios de contabilización y reporte. Ragi Burhum, miembro del GTT y científico en computación, conversó al respecto con El Comercio.
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–En abril de este año fueron convocados por el Gobierno Peruano para actualizar la cifra de fallecidos por la pandemia. ¿Cuánto apoyo recibieron del Ejecutivo para elaborar el informe final?
El presidente Francisco Sagasti, en la primera reunión que se realizó junto al ministro de Salud Óscar Ugarte y la primera ministra Violeta Bermúdez, nos especificó que se nos daría el apoyo completo para realizar nuestro trabajo como GTT. Después de un mes y medio de labores, puedo decir que así fue. Nos dieron acceso a las bases de datos, sistemas de información y funcionarios que creíamos relevantes. Hubo una transparencia absoluta del Gobierno y ocurrió algo que no había visto antes: tan poca burocracia para acceder a lo requerido.
–La cifra obtenida por el GTT (180.764 decesos) es mucho mayor a la que existía oficialmente (unos 69 mil). ¿Por qué se dejó de contar y registrar más de 110 mil fallecimientos por la pandemia?
El resultado obtenido por el GTT ha sido una evolución de lo que ya existía. No es que hemos llegado y no encontramos nada. Desde el primer momento, el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CDC) presentó una metodología que ellos habían trabajado basada en las recomendaciones del GTT anterior, de la época del exministro Víctor Zamora. El CDC la empleó para hacer actualizaciones de los números de fallecidos por COVID-19 en un par de ocasiones [julio y agosto del 2020]. Lo que hemos hecho es recoger esa propuesta metodológica y mejorarla.
–¿En qué consistió esa revisión de la metodología existente?
Con esa metodología [del CDC] todavía existía una gran parte de casos sospechosos, casi la mitad. Entonces, pulimos y vimos los sistemas informáticos con bastante detalle. Hemos revisado línea por línea los códigos, más de 5.000 líneas de código; hemos dado recomendaciones para que no exista separación entre las bases de datos, hemos agregado criterios, etc. Las mejoras permitieron reducir el porcentaje de casos sospechosos; y más aún reparar, diría yo, el problema causado por usar tantas pruebas serológicas el año pasado.
–¿Cuánto impactó el uso masivo de pruebas rápidas en la cifra?
Esta es una opinión personal: nuestra propuesta es utilizar siete criterios para la definición de un fallecido por COVID-19. El primero es el criterio virológico, que requiere que exista una prueba molecular en los últimos 60 días para que confirmar un caso [de fallecimiento por la pandemia]. Todos sabemos que en el Perú no habían suficientes pruebas moleculares, y en el reporte que hemos presentado hay un desglose con los criterios: en la primera ola, el número de decesos por criterio virológico es pequeñísimo.
Nuevo criterio técnico | Definición | Fuente |
---|---|---|
Criterio virológico | Muerte en un caso confirmado de COVID-19 que fallece en los 60 días posteriores a una prueba molecular (PCR) o antigénica reactiva para SARS-CoV-2. | NetLab / SiCovid-19 / Sinadef |
Criterio serológico | Muerte en un caso confirmado de COVID-19 que fallece en los 60 días posteriores a una prueba serológica positiva IgM o IgM/IgG para SARS-CoV-2. | SiCovid-19 / Sinadef |
Criterio radiológico | Muerte en un caso probable de COVID-19 que presenta una imagen radiológica, tomográfica o de resonancia magnética nuclear compatible con neumonía COVID-19. | NOTI |
Criterio nexo epidemiológico | Muerte en un caso probable de COVID-19 que presenta nexo epidemiológico con un caso confirmado de COVID-19. | NOTI |
Criterio investigación epidemiológica | Muerte en un caso sospechoso de COVID-19 que es verificado por investigación epidemiológica de la Red Nacional de Epidemiología (RENACE). | NOTI |
Criterio clínico | Muerte en un caso sospechoso de COVID-19 que presenta cuadro clínico compatible con la enfermedad. | NOTI |
Criterio Sinadef | Muerte con certificado de defunción en el que se presenta el diagnóstico de COVID-19 como causa de la muerte. | Sinadef |
–Y esto ocurrió durante la gestión del exministro Víctor Zamora.
El doctor Zamora ha dicho que no cree que se deban utilizar estos [siete] criterios, pero lamentablemente fue la decisión tomada en su gestión. Se utilizó una cantidad extremadamente grande de pruebas serológicas. No se puede usar un criterio internacional [de contabilización] que requiere pruebas moleculares, y luego registrar una inmensidad de casos con pruebas serológicas con baja sensibilidad que arrojan muchos falsos negativos.
–¿Para ustedes, entonces, el uso masivo de pruebas rápidas o serológicas es una de las causas del desfase ocurrido en las cifras de fallecidos?
Es correcto, pero también hay otros problemas. Uno de ellos es el momento en el que un fallecido confirmado pasa a la contabilidad formal, lo cual me parece más preocupante.
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–En su informe, precisaron que solo se incluían las defunciones “en casos confirmados que fueron identificados el día previo a la publicación de la sala situacional”. En términos prácticos: es como si hoy me hiciera la prueba, mañana fallezco, pero el resultado del laboratorio llega dos días después confirmando el COVID-19. A pesar de tener ese diagnóstico confirmado, igual no se me incluía en el registro oficial de víctimas porque el laboratorio se demoró un día más de lo debido. ¿Por qué se utilizó este criterio?
Eso requerirá que otras personas revisen la razón por la que se utilizaba ese criterio. Lo que hemos visto es que, por mencionar un ejemplo, se presentaba un caso sospechoso y este era investigado por el CDC durante unos cuatro días; es decir, pasaba de fallecido sospechoso a fallecido confirmado en ese periodo. Eso no encaja dentro del mandato que existía sobre cómo reportar cifras, por el cual solo se debía considerar el número de confirmaciones del día anterior. De esta manera, si el CDC demoraba cuatro días en confirmar un caso sospechoso, este no pasaba al registro oficial de fallecidos.
–¿Esto fue establecido en un directiva del Minsa?
No sé si es una directiva. La función del GTT no es fiscalizar, pero sí me parece un poco raro.
–Lo preguntaba porque en el informe ustedes establecieron que el CDC realizó cinco solicitudes de actualización de la cifra de fallecidos a la Alta Dirección del Minsa, las cuales “no fueron atendidas”. Estas ocurrieron entre setiembre del 2020 y febrero de este año, durante la gestión de Pilar Mazzetti. ¿Qué sucedió para que no atiendan estos pedidos?
Honestamente, no lo sé. De nuevo: no es función del GTT el fiscalizar, pero también me parece raro. No sé cómo será la metodología legal [por la cual debían seguir utilizando ese criterio de contabilización], pero lo que se dejó entender es que la orden era que tenían que reportar fallecidos confirmados el día anterior. Si había demora, no entraban al registro oficial pese a que se corroboraba la infección. Debido a ello, pidieron a la Alta Dirección del Minsa que se actualicen las cifras.
–Pero la Alta Dirección del Minsa es el ministro o ministra, además del viceministro de Salud Pública del cual depende el CDC. ¿Por qué no atenderían algo tan importante como la cifra de fallecidos?
Bueno, yo hice las preguntas, pero no lo tengo claro. Por eso, una de las recomendaciones del GTT es que esa situación se investigue.
–¿Crees, entonces, que se institucionalizó la deficiencia en el registro de fallecidos?
Creo que es muy preocupante que, si el CDC detectó en mayo del 2020 que había un problema fundamental en el proceso, no se haya reparado inmediatamente. No sé cuál es el procedimiento burocrático que se tenía que seguir para cambiar eso en el Gobierno anterior. No tengo claro por qué no se atendieron esas solicitudes, pero sí tengo claro es que este Gobierno ha sido muy transparente con el GTT y nos ha dado acceso a toda la información que necesitábamos, así como la libertad absoluta para elaborar el contenido del reporte.
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–De hecho, el ministro Ugarte anunció que se creará una comisión para investigar por qué no se actualizó la cifra de muertos por el COVID-19. Sin embargo, en el GTT participó el jefe del CDC. ¿Cuál era su posición sobre este asunto?
El CDC ha cumplido su función en términos de implementar una metodología para atender esa deficiencia que el GTT ha mejorado. Han hecho las solicitudes para hacer esos cambios y tampoco sé por qué se han negado a atenderlas. Se tiene que investigar.
–El exministro Zamora ha comparado el uso de siete criterios para el registro de fallecidos, en lugar de solo uno como ocurrió durante su gestión (tener una prueba confirmada), a marcar la opción “todas las anteriores” en un examen universitario. ¿Cómo tomas su comentario?
Discrepo absolutamente con Zamora. El objetivo de tener esta metodología es acercarse a los números reales. No se utiliza solo para lanzar un número de fallecidos y poder compararlo con el de otros países. El objetivo es tener los datos más cercanos a la realidad, a fin de tomar decisiones acertadas. Utilizar solo un criterio o dos en nuestra realidad con tan pocas pruebas, me parece burocrático e irresponsable. Es irresponsable que antes no se hayan creado criterios [para registrar fallecidos] que reflejen la realidad del Perú. No entendemos por qué se estableció la regla de no poder contar muertos hacia atrás, sabiendo que la investigación epidemiológica puede tardar más de un día.
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–Hace unas semanas, El Comercio publicó un reportaje que anticipó el tema de la actualización de la cifra de fallecidos: el caso del primer peruano muerto por el COVID-19 registrado en el Sinadef, según el código internacional U07.1. El deceso fue reportado el 3 de marzo del 2020. En el informe del GTT, se refrenda esta teoría: que los fallecimientos ocurrieron antes de la oficialización de la pandemia en el Perú.
Así es. El GTT utilizó como fechas de corte de los datos el 1 de marzo del 2020 y el 22 de mayo del 2021. Según se nos ha explicado, en toda pandemia se descubre –luego de una serie de investigaciones– que el primer caso no resulta ser el primero. En el Perú, existen casos antes del 1 de marzo según la base de datos NOTI, pero indagar sobre eso iba más allá de la función asignada al GTT. No obstante, lo mencionamos en el informe final para que haya total transparencia, ya que así nos los pidió el presidente Sagasti.
–¿Es justo comparar la cifra de fallecimientos en el Perú con la de otros países que todavía no han actualizado su metodología de registro? En el ranking de la Johns Hopkins University, nuestro país tendría la mayor mortalidad del mundo por el COVID-19 con más de 550 decesos por cada 100 mil habitantes.
El Perú está innovando al utilizar estos nuevos criterios que reflejan la realidad. Si el costo de tener una mejor visibilidad es estar en el número uno de un tablero donde todos usan criterios distintos, pues hay que asumirlo. Nuestro país les plantea la posibilidad a otros países de usar esta metodología. Para nosotros es muy importante decir que podemos tomar decisiones reales utilizando data real.
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