“Después de todo esto me pidió que lo acompañara a misa”. La frase es de Santiago, el seudónimo de un exsodálite que narra cómo Luis Figari, fundador del Sodalicio de Vida Cristiana (SCV), abusaba sexualmente de él. De las vejaciones que sufrió en la oficina del “maestro espiritual”, Santiago recuerda, 30 años después, a un abusador que ni se inmutaba.
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Este es uno de los treinta crudos testimonios de abusos sexuales, físicos y psicológicos en el SCV que, en el 2015, reunió el libro “Mitad monjes, mitad soldados” de los periodistas Pedro Salinas y Paola Ugaz. No era la primera vez que se hacían públicas denuncias por violencia física, psicológica y sexual dentro de la institución católica, pero sí el punto de quiebre para conocer la magnitud de lo sucedido y el nivel de involucramiento de varios miembros de la cúpula.
Ocho años después, una investigación fiscal a paso lento y una persecución legal contra los autores del libro, el Vaticano envía a Lima a su equipo más confiable en investigaciones por delitos de abusos: monseñor Charles Scicluna y el sacerdote Jordi Bertomeu, integrantes del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
Investigación a fondo
Se trata de una misión que recogerá, de primera mano, los testimonios de víctimas e involucrados en las denuncias contra el SCV y ocurre a ocho meses de la reunión que tuvo el papa Francisco con Paola Ugaz en el Vaticano. “Fue la primera vez que el papa se reunió con una periodista que ha investigado pederastia clerical. Ahora, que venga esta comisión, al margen de lo que pase, es una buena noticia para el periodismo peruano”, indica Ugaz a El Comercio.
A Scicluna se le reconoce por su investigación en los casos de abusos sexuales perpetrados por el sacerdote Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, mientras que Bertomeu, llamado por algunos como el ‘agente 007′ del Vaticano, también participó en la investigación por encubrimientos en la iglesia católica de Chile ante los múltiples abusos cometidos por el sacerdote Fernando Karadima. Este año, ambos viajaron a Paraguay y Bolivia para seguir el rastro de serias acusaciones de pederastia y abuso sexual a menores de edad.
“No viene cualquiera. En Chile castigaron a todos los obispos por no haber hecho nada, no haber escuchado a las víctimas y no haber hablado con la justicia. Mas o menos lo que pasó acá. Es un comando de élite que investiga hasta el final”, añade Ugaz.
Al respecto, Juan Carlos Cruz, miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores, opina que los resultados del informe podrían derivar en el cierre del SCV. “Me reúno con el papa regularme y sé que está muy preocupado por el daño que han hecho en el Sodalicio. No han reparado ni reconocido nada. Espero que después de todo esto lo disuelvan”, indica.
Aunque en el 2017, un informe realizado por una comisión de expertos convocada por SVC reconoce abusos sexuales, físicos y psicológicos perpetrados por Figari y otros ex Sodálites (Germán Doig Klinge (fallecido), Virgilio Levaggi Vega y Jeffery Daniels Valderrama) contra al menos 19 menores y 10 adultos, Cruz sostiene que esta vez se trata de un equipo imparcial. “Nunca intentaron una reestructuración, lo que hicieron fue un teatro y al final no pasó nada. Nunca hicieron lo que tenían que hacer. Es momento de que les caiga todo el peso de la ley civil y la ley canónica”, sostiene.
Para Ugaz, lo más importante es que la investigación no se limitará a los abusos denunciados en el libro sino que incluirá el hostigamiento contra los investigadores. Ugaz ha sido blanco de más de una decena de querellas y denuncias por presunta difamación, lo mismo que Salinas. Uno de los capítulos más recientes fue el archivamiento en el Poder Judicial de la denuncia por difamación contra el periodista Daniel Yovera, quien fue querellado por el empresario Carlos Alberto Abelardo Gómez de la Torre Pretell, tras la publicación de una investigación periodística que vinculaba a la Asociación Civil San Juan Bautista, ligada al Sodalicio, con el tráfico de terrenos en Piura.
“El caso no solo es Figari. Van a investigarlo todo, la persecución legal, el manejo económico. No es una organización cualquiera, tiene ocho cementerios, cuatro offshores, un poder económico muy fuerte en Piura”, agrega Ugaz.
Ayer, en un comunicado la Conferencia Episcopal Peruana saludó la visita de los enviados del Vaticano para investigar, escuchar y presentar un informe. “Me parece excelente que se investigue a profundidad este asunto, que se escuche a las personas involucradas y estoy seguro que el informe será justo y objetivo para bien de todos”, dijo monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, quien tendrá una reunión con la misión el miércoles 26 de julio en la sede de la Nunciatura Apostólica en Jesús María.
Horas después, el Sodalicio también se pronunció a través de un comunicado en el que expresan su respeto y bienvenida a la misión. “Todos los miembros del Sodalicio que han sido citados a dichas reuniones con los enviados del Santo Padre participarán y colaborarán en todos los requerimientos que sean solicitados”, indicaron.