La última vez que los esposos Rosario Aybar y Carlos Rodríguez escucharon la voz de su hija Solsiret fue el 22 de agosto del 2016. En una llamada telefónica, la joven les dijo que no podría almorzar con ellos porque sus clases en la Universidad Federico Villarreal se habían reiniciado luego de varios días de protestas estudiantiles. La víctima cursaba el sexto ciclo de la carrera de Sociología y era entusiasta activista del colectivo Ni Una Menos.
► Madre de Shirley Villanueva Rivera sigue en la lucha de ubicar a su hija desaparecida hace 3 años
► Solsiret Rodríguez: confirman que restos hallados en vivienda son de la joven activista
► Solsiret Rodríguez: lo que Andrea Aguirre había dicho luego de la desaparición de la joven activista
Al día siguiente, casi a las 9:45 p.m., Brian Villanueva Castillo, padre de los dos hijos de la estudiante, se comunicó con Carlos Rodríguez para informarle que la estudiante había abandonado su hogar. Ella, Brian y sus pequeños vivían en el departamento 501 del condominio Alameda Colonial, ubicado en la cuadra 49 de la Av. Colonial (Callao). Allí también residían Kevin Villanueva –hermano mellizo de Brian– y la madre de ambos.
En esa casa, Kevin Villanueva recibía a menudo a su enamorada, Andrea Aguirre Concha. Y ahí mismo Solsiret había sido acosada varias veces por él, de acuerdo con lo que les contó a sus padres. Nunca lo denunció.
Brian no tardó en reportar ante la policía del Callao que ella había dejado su casa. Volvió a llamar al padre de su pareja para decirle que en un mensaje ella le pedía ir al terminal terrestre de Plaza Norte, en Independencia.
Desesperado, Carlos Rodríguez la buscó en el terminal por horas. En ese trajín, llegó a su celular un mensaje de su hija: “Papito, quería hablar con Brian pero está acompañado, así que voy a abrirme”. Fue el primer indicio de una situación enrarecida. Solsiret, dice su papá, jamás se expresaba así.
Los padres acusan que en la Depincri del Callao el suboficial PNP Dante Pastor Bocángel no quiso recibir su denuncia por la desaparición de su hija. Otros agentes la aceptaron cuando ya había pasado una semana, y así se emitió una nota de alerta.
Pese a los ruegos de los progenitores, Brian Villanueva insistía en que no sabía nada de ella, pero ante la policía del Callao declaraba al detalle que esta se había escapado a Huaraz.
El caso pasó a la División de Personas Desaparecidas y lo asumió un agente al que Rosario Aybar solo identifica amargamente como el suboficial Pariona. Por orden superior, los suboficiales Pariona y Pastor se reunieron para cruzar información. El resultado fue por demás penoso. “Señor, usted no sabe la clase de hija que tiene”, recuerda don Carlos que le dijo el suboficial Pariona.
En diciembre del 2016, el entonces ministro del Interior, Carlos Basombrío, le envió un informe inconsistente sobre el caso a la excongresista Indira Huilca. Carlos Rodríguez explica que el documento incluía fotos de la joven de años atrás que la policía consideró como actuales y sobre las cuales se argumentaba que ella estaba de paseo por el norte.
Ayer, vía Twitter, Basombrío asumió la responsabilidad por las deficiencias en la labor policial: “Si pudiera renunciar de nuevo, lo haría”. Además, se abrió investigación a las fiscales que estuvieron a cargo del caso: María Quicaño y Lucila Aliaga.
— Misterio develado —
El año pasado, cuando el tema parecía olvidado, la División de Homicidios de la Dirincri asumió las pesquisas. Para junio, los peritos ya habían verificado que los mensajes enviados del celular de Solsiret, luego del 23 de agosto del 2016, no habían sido escritos por ella.
El fiscal Jimmy Mancilla logró que, tras dos años, una compañía telefónica entregara el registro de llamadas del celular de la joven.
Con las pruebas de geolocalización, los detectives determinaron de forma indefectible que el chip del celular de la joven fue colocado en el de Aguirre a las 3 p.m. del día de su desaparición.
Las investigaciones arrojaron que la estudiante de Sociología llegó al departamento de la Av. Colonial a la 1:45 p.m., el 23 de agosto del 2016, y que ahí tuvo una discusión con Andrea Aguirre, quien la acusaba de tener una relación con Kevin Villanueva. Producto de un forcejeo, Solsiret cayó de cabeza y murió en el acto. Andrea llamó a Kevin y juntos descuartizaron el cuerpo de Solsiret en el apartamento, ha establecido la Dirincri.
La pareja de enamorados fue capturada el 14 de febrero por los presuntos delitos de secuestro y encubrimiento. Recién el martes, Aguirre reveló que los restos de Solsiret estaban en su casa, en el Cercado de Lima. La policía halló las extremidades y el cráneo de la joven envueltos con papel, los cuales habían sido distribuidos en cajas organizadoras de plástico que estaban en el cuarto de Andrea y en el baño del domicilio. Medicina Legal confirmó que los restos son de Solsiret. “Hay más implicados en esto” , afirma don Carlos, y está seguro.
Tarea pendiente
- En febrero del año pasado, se aprobó el reglamento del Decreto Legislativo 1428, el cual desarrolla medidas para la atención de casos de desaparición de personas en situación de vulnerabilidad.
- La adjunta para los Derechos de la Mujer de la Defensoría del Pueblo, Eliana Revollar, indicó que el caso de Solsiret, no estuvo enmarcado desde un inicio dentro de estas normas.
- Revollar indicó que no existe un protocolo de búsqueda establecido. “Debe estar comprometido el Ministerio del Interior. Ellos podrían determinar plazos de investigación, el mecanismo de cómo deberían proceder”, manifestó.
- Además, dijo que hace falta un registro de víctimas. Se ha recomendado incluir a las mujeres desa-parecidas en la lista de teestamosbuscando.pe.