¿Se ha puesto a pensar la última vez que usó un teléfono público? Aquellos equipos que eran requeridos en décadas pasada y para que incluso hacían cola, ahora lucen teclas sucias y los auriculares rotos. Ya desde el inicio se complica la tarea: cambiar sencillo para poder llamar. Una vez hecho, la moneda de 20 céntimos cae y nos transporta en un viaje por el tiempo que se rompe 30 segundos después cuando un pitido nos anuncia que la llamada estar por culminar.
Mientras en Nueva York (Estados Unidos) retiraron hace tres semanas la última cabina de teléfono público, en Lima estos equipos aún permanecen en las esquinas de la ciudad. A lo largo de la avenida Arequipa hay 42 equipos, tanto de Telefónica del Perú (Movistar) como Claro, pero solo uno de ellos está en funcionamiento.
La profesora de la Universidad Católica, Roxana Barrantes, explica que la revolución de la telefonía móvil desencadenó el declive de los teléfonos públicos. “Las bodegas de los barrios eran un punto de intercambio y socialización. Cuando no querías hablar por teléfono en casa acudías a estos puntos, pero con la llegada de los celulares, estos decayeron”, explica.
LEE TAMBIÉN: Fin de una época: Nueva York desconecta su última cabina pública de teléfono
¿Por qué siguen ahí?
Según Movistar, pese a que la tendencia internacional es el retiro de las cabinas, cuentan con más de 37 mil teléfonos públicos a nivel nacional que se mantienen en la vía pública por una “obligación regulatoria”; sin embargo, debido al elevado costo de mantenimiento y la dificultad de contar con proveedores de piezas para los equipos, es muy difícil mantener estos equipos activos.
El Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones (Osiptel) explicó a El Comercio que los teléfonos públicos aún se encuentran dentro de los contratos de concesión con las empresas de telefonía como parte de sus metas de expansión. Según cifras de Osiptel, entre el 2007 y el 2020 se redujo el uso de los teléfonos públicos en más del 99.5%.
DEL ARCHIVO: Cuando los teléfonos públicos eran una necesidad
Desde el 2013, el tráfico de voz desde las cabinas en las calles pasaron de cerca de 1 billón de minutos a poco más de 186 millones en el 2018. Cifras poco representativas en comparación al tráfico móvil que en el 2021 ascendió a cerca de 103 mil millones de minutos.
No solo ello. Actualmente solo 300 teléfonos públicos de área rurales de Movistar tienen un tráfico promedio diario mayor a un minuto y ninguno de ellos supera los 20 minutos.
"Desde el 2013, el tráfico de voz desde las cabinas en las calles pasaron de cerca de 1 billón de minutos a poco más de 186 millones en el 2018."
Entonces, ¿Es necesario mantener los teléfonos públicos? El artículo 10 del reglamento de la Ley N° 29022 (Ley para la Expansión de Infraestructura en Telecomunicaciones) detalla que las empresas se encuentran obligadas a brindar mantenimiento a las infraestructuras para su buen estado de conservación cuidando de no afectar el entorno paisajístico.
En la práctica, esto no ocurre así. Las otrora demandas cabinas de teléfonos se han convertido ahora básicamente en paneles para cualquier persona que busque ofrecer un servicio, desde clases particulares hasta paseos para perros, a lienzos para grafiteros.
Según la norma, son las municipalidades distritales, en coordinación con las empresas operadores, las encargadas de organizar el retirar de las cabinas en desuso.
La Municipalidad de Miraflores aseguró que Movistar retiró 502 cabinas telefónicas entre febrero y junio del 2022. En el distrito, asegura, la comuna, solo restan 12 cabinas de Movistar y 180 de Claro, esta última tiene aproximadamente el 70% de ellos en mal estado. Solo alrededor del óvalo de Miraflores hay 12 cabinas de la empresa, ninguna de ellas funciona.
La comuna explicó que la supervisión de las cabinas de Claro en el distrito está a cargo del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, según el convenio suscrito.
Pero existen otras medidas que pueden adoptar las empresa en beneficios de los usuarios. En Brasil, durante la gestión del expresidente Michel Temer (2016-2019) se aprobó un decreto que eliminó la obligación de los concesionarios de invertir en teléfonos públicos y estableció el intercambio de terminales para otras obligaciones, como antes móviles de 4G en regiones que carecen que telefonía.
Los teléfonos públicos en Lima y Callao se han convertido en vecinos olvidados. No recordamos que se encuentran en nuestras esquinas hasta que por algún motivo nos topamos con ellos. (Foto: Lenin Tadeo/El Comercio)
Estas cabinas, que en otros tiempos eran muy demandadas y hasta hacíamos colas para poder usarlas, ahora se llenan de polvo, óxido y son usados como paneles publicitarios de personas. (Foto: Lenin Tadeo/El Comercio)
La mayoría de estos teléfonos no solo no funcionan, sino que son constantemente vandalizados. Las empresas no están interesadas en cubrir el costo de reparación por un servicio desfasado. (Foto: Juan Guillermo Lara)
Durante un recorrido por la avenida Arequipa, se comprobó que ninguno de los teléfonos de la empresa Claro funciona. En el caso de Movistar, solo uno de ellos logró concretar una llamada. (Foto: Juan Guillermo Lara)
Según datos de Osiptel, entre el 2007 y el 2020 se redujo el uso de los teléfonos públicos en más del 99.5%. Solo entre el 2019 y el 2021, durante los años de la pandemia del Covid-19, se reportó un ligero incremento de su uso. (Foto: Juan Guillermo Lara)
Desde el 2013, el tráfico de voz desde las cabinas en las calles pasaron de cerca de 1 billón de minutos a poco más de 186 millones en el 2018. Cifras poco representativas en comparación al tráfico móvil que en el 2021 ascendió a cerca de 103 mil millones de minutos. (Foto: Juan Guillermo Lara)
El artículo 10 del reglamento de la Ley N° 29022 (Ley para la Expansión de Infraestructura en Telecomunicaciones) detalla que las empresas se encuentran obligadas a brindar mantenimiento a las infraestructuras para su buen estado de conservación cuidando de no afectar el entorno paisajístico. (Foto: Lenin Tadeo/El Comercio)
Sin embargo, no todas las municipalidades están realizando acciones para que las empresas de telefonía retiren aquellos equipos que se encuentran en mal estado o no funcionan. (Foto: Lenin Tadeo/El Comercio)
Especialistas consultadas por El Comercio explicaron que se deberían revisar los contratos para poder cambiar los teléfonos públicos por otras opciones como puntos wi-fi, centros de acceso digital o, incluso, telefonía móvil. (Foto: Lenin Tadeo/El Comercio)
Virginia Nakagawa, exministra de Comunicaciones y socia senior de Nakagawa Consultores Regulatorios, explica que el servicio de telefonía pública ya no es tan necesaria en las áreas urbanas debido al incremento del uso de los celulares que permiten el uso de datos de Internet. “Es indispensable, que se negocie con las empresas cuyos contratos de concesión tienen obligaciones de teléfonos públicos, para poder cambiarlo por puntos wi-fi, centros de acceso digital o, incluso, telefonía móvil (usando el sistema de conversión de obligaciones por infraestructura)”, indicó.
Del mismo modo, Barrantes precisa que los puntos de acceso libre a wifi significa permitir que los ciudadanos realicen llamadas de emergencia y no únicamente a las líneas especializadas, sino también a sus familiares. “El siguiente paso debe ser la conexión pública”, apuntó.
Durante el recorrido, sorpresivamente un sujeto caminó hacia una de las cabinas de Movistar ubicadas en el cruce con la avenida Javier Prado. Tan pronto como mi emoción al pensar que alguien usaría el teléfono sacó de su bolsillo un celular y se colocó entre las fibras de vidrio de la cabina para evitar el ruido de la calle.