La tos insoportable y esa sensación de quedarse sin aire es lo que más recuerda Josué Velásquez Moreno de los días previos a saber que tenía COVID-19. A sus 70 años, y con la necesidad de trabajar para subsistir, no tenía más opción que seguir atendiendo en su renovadora de calzados del mercado del Grupo 9 de Villa El Salvador pese ser población de riesgo. Hasta que no pudo más. “Si vieras cómo vine”, dice. Y se ríe. Diez días después de que una campaña de detección lograra identificar su caso y aislarlo en la Villa Panamericana, fue dado de alta y ya puede estar contento.
MIRA: ¿Cuál es el impacto de las nuevas medidas dictadas por el Gobierno?
Él es uno de los 145 pacientes que el último viernes fueron dados de alta del Centro de Atención y Aislamiento Temporal que administra Essalud. Así como Josué, todos están felices. Y con ellos, las enfermeras y psicólogas que cantan, bailan y los acompañan hasta la movilidad que los llevará de regreso a sus casas, esta vez sin riesgo.
Pero han sido días duros. Dajhana Gómez, una de las psicólogas del centro, explica que aunque el ambiente hoy es de fiesta los pacientes han pasado por difíciles etapas de duelo, ansiedad y miedo. “Muchos han perdido a sus seres queridos en otros establecimientos y no han podido despedirse”, indica a El Comercio. La contención emocional ha sido clave durante el aislamiento. Por eso, los carteles en los que los felicitan y les piden seguir adelante no sobran.
Son adultos mayores como Freddy Fausto Rodríguez (65), que durante 14 días vivió con el miedo de perder a su esposa. “Era la que estaba más grave, casi se nos va”, cuenta. También hay familias enteras como la de Luz Solano, que se contagió trabajando el mercado Mujer Peruana de Villa María del Triunfo y se aisló junto a otros cinco miembros de su familia, o la de Estefanía Flores que les prometió a sus hijos no dejarlos solos y los tres se aislaron en una habitación que hace poco más de un año era utilizada por deportistas de los Juegos Lima 2019.
En sillas de ruedas y en fila, todos agradecen al equipo de la Villa Panamericana y se van. Desde las ventanas de torres, otros pacientes los aplauden a la espera ser los siguientes en superar la enfermedad. La idea es que, una vez afuera, ni ellos ni sus familias tengan que volver.
AISLARSE PARA SANAR
En la Villa Panamericana se encuentran aislados 1.402 pacientes leves y moderados en cuatro torres habilitadas (cada una de 20 pisos) con capacidad para otras 200 personas más. Además, hay 152 personas internadas en dos áreas de observación exclusiva para quienes requieren soporte de oxígeno.
Desde que entró en funcionamiento como centro de aislamiento COVID-19, el 29 de marzo, se han atendido a 14.800 personas, de las cuales aproximadamente 12.000 han sido dadas de alta. Carlos Olivera, director de la Villa Panamericana, indica que actualmente tienen flujos de entre 80 y 100 altas diarias. Sin embargo, con la misma rapidez ingresan nuevos pacientes que necesitan aislamiento. Por ejemplo, el viernes salieron 145 pacientes e ingresaron otros 140.
La estrategia del aislamiento permite no solo monitorear a los pacientes desde sus primeros síntomas, sino también cortar el círculo de contagio, explica Pedro Ripalda, gerente de Oferta Flexible de Essalud. Según proyecciones de esta entidad, el aislamiento de las más de 14 mil personas ha logrado evitar entre 184 mil y 235 mil contagios y entre 7 mil y 11 mil muertes evitadas en 170 días.
Ripalda explica que se han habilitado tres mecanismos para admitir nuevos casos. El primero se realiza a través de las campañas itinerantes de despistaje “Essalud te cuida”. Con los casos positivos que resultan de la campaña, se identifica a las personas que no tienen condiciones para realizar un aislamiento adecuado o viven con otras a las que pueden ponerlas en riesgo y se las traslada al centro.
Otra forma de admisión son las referencias de establecimientos de salud público, privado o de las sanidades de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. Finalmente, se ha habilitado tres líneas de WhatsApp para que las personas con síntomas leves o moderados puedan solicitar su internamiento. Los número son 976 065 074; 959 893 013 y 956 593 022.
Olivera agrega que los pacientes son monitoreados permanentemente por médicos y enfermeras para evaluar si en algún momento necesitan ser trasladados a un centro de salud de mayor poder resolutivo. En la Villa reciben de forma gratuita alimentación, servicio de lavandería y protocolos de bioseguridad.
VIDEO RECOMENDADO
Sanamente: ¿Qué secuelas permanentes o crónicas puede dejarte la COVID-19?
TE PUEDE INTERESAR
- Pfizer y BioNTech suministrarán más de 9 millones de dosis de su vacuna candidata contra el COVID-19 al Perú
- Coronavirus en Perú: 594.513 pacientes se recuperaron y fueron dados de alta
- Minsa reporta menos de 100 muertes en un día por COVID-19 en el Perú
- Destituyen a más de mil docentes de colegios públicos y privados sentenciados por violencia sexual
- Sereno de Miraflores sufre agresión por parte de sujeto que se negó a usar mascarilla | VIDEO