Varias avenidas principales de Lima amanecieron ayer bloqueadas por los gremios de taxis colectivos de Lima y Callao. Ellos exigen que el Gobierno los autorice para circular legalmente por la capital. Debido a los desmanes y actos de violencia que han protagonizado en su medida de protesta (paro de 24 horas), la policía ha detenido al menos a cien personas la mañana del lunes.
El servicio de los taxis colectivos está prohibido en el Perú. Sin embargo, hay más de 30 mil autos colectivos que circulan diariamente solo en las avenidas de los Corredores Complementarios. Los buses del corredor rojo(Javier Prado-La Marina-Faucett) y azul (Arequipa - Garcilaso de la Vega - Tacna) son los más perjudicados por esta situación. ¿Cómo es que afecta este servicio ilegal al transporte urbano?
La reforma inconclusa
Para poder hablar de la presencia del servicio ilegal de los taxis colectivos, es necesario recordar la reforma de transporte iniciada en la gestión de la ex alcaldesa de Lima, Susana Villarán. En el 2012, el municipio de Lima inició el proceso para implementar cinco ejes viales: Tacna-Garcilaso-Arequipa, Panamericana Sur y Norte, Javier Prado, Próceres-Brasil y la Carretera Central. El objetivo principal era erradicar las combis 'piratas’ y ordenar el sistema de transporte formalizándolo. El nuevo sistema de transporte contaría con buses a gas natural, patios de maniobra y choferes en planilla. De esta forma, se evitaría la conocida ‘guerra del centavo’, cuando los choferes de transporte público competían entre sí para ganar pasajeros. El resultado de esta guerra informal eran los accidentes de tránsito y, con ellos, las muertes de peatones y pasajeros.
Además de los cinco corredores complementarios, la municipalidad también planteó la implementación de 12 corredores de integración en avenidas principales como Benavides y Angamos, para conectar a los pasajeros con los medios de transporte masivos de la ciudad (metro y Metropolitano).
Dos años después del anuncio y antes de dejar la alcaldía de Lima, Villarán dio a conocer a los ganadores de la licitación para operar en esos cinco ejes viales de Lima, y se firmaron contratos de concesión por 10 años. El municipio otorgó la buena pro a los consorcios que participaron en la licitación pública para 38 de 49 paquetes disponibles en los corredores viales.
Con la implementación de los corredores, los buses, combis y cústeres de transporte público de estas vías fueron retirados de manera progresiva. Sin embargo, esa tarea aún no se concluye. Por ejemplo, en el corredor La Marina-Javier Prado, la gestión de Villarán dejó en operación 110 buses. El objetivo era retirar 118 rutas de este eje vial, de las cuales 70 eran del Callao. Esto iba reducir la flota de 6 mil unidades, entre buses, coasters y combis, a solo 329.
Sin embargo, en el 2015, el ex alcalde de Lima, Luis Castañeda, anuló 31 de las adjudicaciones. Esta medida, afirma Ángel Mendoza, gerente general de la Asociación de Concesionarios de Transporte Urbano (ACTU), ha sido una de las causas del aumento de los taxis colectivos ya que los usuarios no cuentan con el número necesario de unidades para transportarse por los corredores complementarios.
“La gran reforma que se inició en el 2014 no se consolidó porque hubo una contrareforma en donde prácticamente se dejaron sin efecto los corredores de integración y las rutas de aproximación. De los 49 contratos de concesión de los corredores solo hay 18. Esta desidia de las autoridades ha permitido que la informalidad avance. Entonces, si los usuarios optan por la necesidad del servicio informal es porque es más rápido. La informalidad ha invadido la ciudad”, comenta Mendoza.
Gustavo Guerra García, especialista en transporte y ex funcionario de la gestión de Villarán, explica que, si bien es cierto, la presencia de taxis colectivos no es nuevo, sí lo es que hayan aparecido en las vías troncales de los corredores a partir de la paralización de la reforma. “Por ejemplo, lo que se está viendo en la Javier Prado es que hay un número que está creciendo de colectiveros en donde la mitad son taxis formales que compiten en ruta y la otra mitad son autos piratas que están brindando servicio ilegal”, precisa.
En el caso de la avenida Arequipa, explica Guerra García, los taxis colectivos aparecen luego de la construcción del By-pass de 28 de Julio. “La obra generó que por muchos meses el bus azul tuviera que dar una vuelta para poder cruzar, entonces empezaron a aparecer colectivos que iban por toda la Arequipa, aprovechando que el bus azul había perdido velocidad. Eso le costó al Corredor Azul perder como 30 mil pasajeros diarios y pasaron a los colectiveros”, indicó.
Guerra García agregó que no es preciso que se afirme que el uso de taxis colectivos se justifica por la falta de oferta de buses de transporte público. “Eso se entiende en las zonas periféricas de la ciudad en donde el sistema de transporte publico no llega y se usan colectivos, pero no es el caso de las avenidas principales porque no necesitan colectiveros ahí hay taxis y buses. Ahí solo está causando congestión como nunca la hemos tenido en Lima”, dijo.
Precisó que los buses del corredor de la Avenida Arequipa llegaron a tener una velocidad de 13 kilómetros por hora cuando se inició la reforma. Sin embargo, luego, por la presencia de los colectivos bajó a 9 kilómetros por hora, lo que ha generado molestia en los usuarios.
Con la informalidad, los taxis colectivos también crean un sistema de inseguridad para los pasajeros e impunidad para los choferes que realizan esta actividad ilegal. Fernando Perera, presidente de ProTransporte, dijo a este Diario a mediados de año que la presencia de estos taxis colectivos en los corredores complementarios “ha hecho que la demanda del sistema decaiga en un 30% a 35%".
"Estos colectivos tienen puntos de concentración y además poseen un sistema de información por WhatsApp, por el cual alertan a sus afiliados sobre las zonas donde hay operativos. Así estos pueden modificar su recorrido. Es por eso que ahora nuestros operativos son itinerantes, estamos media hora en un sitio y luego nos pasamos a otro, y así sucesivamente”, alertó Perera entonces.
La mayoría de colectivos opera durante las noches cuando hay menos presencia policial. Suelen colocarse en las avenidas en espera de pasajeros, lo que genera congestión vehicular. En zonas como El Callao, muchos de los choferes de estos taxis colectivos incumplen las normas de tránsito y compiten entre ellos.
Un retroceso
El pedido de los gremios de los taxis colectivos es que el Gobierno emita un decreto de urgencia para que autorice su circulación por las vías de la ciudad. ¿Sería viable esta medida?
Para el experto en transporte Juan Tapia Grillo legalizar a los taxis colectivos en Lima y Callao sería un retroceso para el transporte. Tapia refiere que la tendencia en las grandes metrópolis de Latinoamérica es priorizar un sistema de macrotransportación, es decir, con unidades de transporte público con mayor capacidad de personas sobre uno de microtransportación donde una o dos personas viajen.
“Por ejemplo, un bus de 12 metros como el de los corredores puede transportar fácilmente a 100 personas, pero para transportar al mismo número en colectivos necesitaríamos como mínimo 25 autos. Esto genera mayor costo para el pasajero y mayor congestión vehicular en las vías”, precisa.
Según Ángel Mendoza, desde el 2016 hasta la fecha, los concesionarios de los corredores complementarios han acumulado una pérdida de S/ 105 millones. El pasaje para viajar en estos buses cuesta S/ 1.50, mientras que en los autos colectivos oscila entre los S/3 y S/5 dependiendo de la distancia. Mendoza asegura que estas pérdidas no solo son por la presencia de los taxis colectivos, también los han perjudicado la falta de retiro de rutas de las vías de Lima y Callao. Diariamente, los más de 850 buses de los cinco corredores trasladan a 600 mil pasajeros.
Tanto los expertos como Mendoza, confían en que la Autoridad de Transporte Urbano (ATU) presidida por María Jara, retome la ruta de la reforma de transporte iniciada hace años y que, bajo sus nuevas competencias, pueda incluir al Callao dentro de la misma. En tanto, el alcalde de Lima, Jorge Muñoz, ha asegurado que su gestión priorizará la mejora del transporte público y no aceptará la informalidad.