Una imagen habitual de la avenida Javier Prado: cientos de taxis y colectivos informales trasladando a un promedio de 2 pasajeros cada uno, perjudicando la circulación de corredores que trasladan a más de 50 personas. Una muestra de que el espacio público no prioriza a la mayoría.
Una imagen habitual de la avenida Javier Prado: cientos de taxis y colectivos informales trasladando a un promedio de 2 pasajeros cada uno, perjudicando la circulación de corredores que trasladan a más de 50 personas. Una muestra de que el espacio público no prioriza a la mayoría.
/ MARIO ZAPATA
Juan Pablo León Almenara

La Autoridad del Transporte Urbano (ATU) finalmente obtuvo las competencias para administrar el Metropolitano y sus alimentadores, los corredores complementarios, el metro de Lima y el servicio de todos los buses urbanos (combis, coasters, ómnibus: más de 24 mil unidades). Por primera vez en la historia, el transporte de Lima y Callao está bajo una sola entidad para poder planificar, regular, gestionar y fiscalizar el sistema integrado de transporte. Durante décadas, la capital y la ciudad portuaria se dividieron la regulación del transporte entre 43 municipalidades, lo que hacía imposible controlarlo.

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