Caso Nerea Jodor: ¿cuál debe ser el tamaño de los ‘rompemuelles’ de las avenidas?

La historia de Nerea Jodor no solo ha generado consternación por el grave daño de salud con el que ha terminado sino, además, por lo que causó su accidente. Según ha contado la joven argentina de 32 años, el pasado 7 de diciembre, sufrió el rompimiento de una vértebra luego que el taxi en el que viajaba golpeara contra un ‘rompemuelle’ o reductor de velocidad.

La profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba, quien llegó a Lima para exponer un trabajo de investigación en un Congreso de Sociología, contó que el conductor de la empresa Uber habría perdido el control tras cruzar el ‘rompemuelle’ ya que conducía a alta velocidad. Ella ahora está internada en la Clínica Internacional ya que tiene una fractura en la vértebra L1.

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Su papá Jorge Jodor, aseguró a El Comercio desde Argentina, que Nerea está de mejor ánimo y que espera regresar pronto a Córdoba. Aseguró que la Cancillería Argentina está realizando todas las coordinaciones para poder trasladarla en un vuelo que cuente con las condiciones necesarias.

En tanto, la empresa Uber informó a este Diario que están “realizando la investigación correspondiente para conocer si efectivamente dicho incidente y lesión ocurrió en un viaje solicitado a través de la aplicación de Uber”.

Indicaron que el equipo de soporte ha estado en comunicación tanto con la usuaria como con el socio conductor y que, una vez tengan conocimiento sobre lo que indique la investigación, se determinará si se afecta el seguro contra accidentes con que cuentan todos los viajes realizados a través de la aplicación.

Por su parte, Latam Airlines emitió un comunicado informando que la empresa no cuenta aviones con un sistema de sujeción específico para el traslado de pacientes inmovilizados y en camilla.

“Al ser una aerolínea comercial Latam no cuenta con un sistema de sujeción específico como tienen las ambulancias o aviones sanitarios”, señalaron.

–Los ‘rompemuelles’–

¿A cuánto peligro puede exponerse un pasajero por un ‘rompemuelle’ mal diseñado? Según el experto en seguridad vial Luis Quispe Candia, la exposición a que sucedan casos como el de Nerea es inminente siempre que existan reductores de velocidad que no cumplan con las características técnicas que dicta la norma. Refiere que el problema se genera cuando tanto los municipios locales o los propios vecinos instalan ‘rompemuelles’ en las vías sin tener autorización de la Municipalidad Metropolitana de Lima, como lo establece la norma.

“Los bomberos critican que las gibas se instalen si mayor fiscalización y entorpece los traslados de emergencia que tiene que hacer. A veces los distritos instalan reductores de velocidad sin autorización de nadie y ponen los 'rompemuelles’ a su libre albedrío. Las municipalidades distritales deben generar la necesidad para instalar una giba y para eso debe haber un estudio previo que debe ser aprobado por la Municipalidad de Lima”, afirma el experto.

Según Quispe Candia, por ejemplo, las gibas no deberían instalarse en las vías principales, ni colectoras, ni en las troncales ya que en estas hay mayor velocidad y podrían ocurrir más accidentes.

En el 2014, la Municipalidad Metropolitana de Lima aprobó la Resolución de Gerencia N° 202-2014-MML/GTU en donde se actualizan los criterios técnicos para la instalación de los reductores de velocidad en las vías de Lima Metropolitana. Según la norma, las personas naturales o jurídicas podrán solicitar la instalación de reductores de velocidad ante los municipios distritales, argumentando la necesidad de la colocación de los mismos. Luego, las comunas enviarán las solicitudes a la Gerencia de Transporte Urbano de la Municipalidad Metropolitana de Lima para que sean evaluadas.

Estas deben ser las características que deben tener las gibas en las vías de la ciudad. Las gibas no deben superar los 8 centímetros de largo y deben contar con una resistencia de concreto de más de 280 kg/cm2. Los ‘rompemuelles’ que sean más elevados deberían ser retirados por la municipalidad por ser peligrosos para los usuarios.

La norma señala que la colocación de estas gibas debe ser informada tanto a la Policía Nacional del Perú, el Ministerio de Salud y a los Bomberos en un radio de 500 metros de los locales de estos.

Además de las gibas, también pueden instalarse resaltos trapezoidales, que son de dimensión más grande e incluye un paso peatonal; y los virtuales. Estos últimos son unas marcas que se realizan en el pavimento que generan en el conductor la percepción visual de un ‘rompemuelle’ que lo induce a disminuir la velocidad.

“Este tipo de ‘rompemuelle’ virtual es el más recomendado en las vías ya que genera el mismo efecto (reducir la velocidad) y el vehículo no salta”, agrega Quispe Candia.

–Surco es el distrito con más ‘rompemuelles’–

Según la Gerencia de Transporte Urbano (GTU) del municipio de Lima, en la capital existen 6.261 gibas autorizadas, hasta junio de este año. Las instalaciones se dieron en distintos distritos “de acuerdo a la necesidad de infraestructura vial, transitabilidad y la seguridad vial de la zona”, indicaron desde la comuna.

Las jurisdicciones que cuentan con mayor número de reductores de velocidad son: Santiago de Surco (926), Ate (673), San Juan de Lurigancho (504), Santa Anita (317), Comas (300), San Martín de Porres (295), Miraflores (211), Los Olivos (203), entre otros.