Para llegar a tiempo a su trabajo en La Victoria, Sergio Aching, quien vive en Carabayllo, debe levantarse, por lo menos, tres horas antes de su hora de entrada (9:00 a.m.) y tomar la misma cantidad de buses. Con esta rutina, cada día gasta unos S/14 y puede llegar a pasar cuatro horas, entre colas y viajes, solo para movilizarse.
En el 2010, la Municipalidad de Lima inauguró el Metropolitano. Un año después, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) puso en funcionamiento el primer tramo de la línea 1 del metro. En años posteriores se implementaron algunos corredores complementarios (rojo, azul, morado y amarillo).
Sin embargo, la falta de conexión entre estos servicios perjudica a los usuarios, quienes muchas veces optan por continuar usando las combis y coasters. Actualmente para cambiar de un sistema a otro (por ejemplo, del tren de la línea 1 a un bus de un corredor), los usuarios deben pagar un nuevo pasaje.
Miguel Sidia, presidente del Instituto de Tránsito y Transporte de Lima (ITL), asegura que es necesaria la implementación del sistema de recaudo integrado que lleve a usar un solo boleto para todos los servicios.
“Mientras no haya una tarifa única controlada y regulada, no habrá una verdadera integración de los sistemas masivos. No hay integración entre el bus que te saca del barrio y te lleva hasta el siguiente servicio”, dice Sidia.
Para el arquitecto y urbanista Aldo Facho, los sistemas de transporte no tienen un diseño que permita la interconexión con terminales físicos. “Lima debería generar la infraestructura necesaria para garantizar que los usuarios conecten sus viajes de una forma segura, ordenada y humana. Algo que no sucede ahora”, señala.
A diferencia de Lima, Bogotá, Ciudad de México y Santiago de Chile (capitales de los otros países de la Alianza del Pacífico) tienen planos de transporte masivo con puntos de conexión e intercambio (ver infografía).
Pro Transporte, entidad adscrita a la comuna de Lima, informó a El Comercio que la empresa ACS Solutions Perú S.A. ganó la licitación para el sistema de recaudo electrónico provisional, pero no señaló cuándo será implementado.
Según la última encuesta del observatorio ciudadano Lima Cómo Vamos, solo el 13% de los limeños usa el metro, Metropolitano y los corredores complementarios durante su recorrido hacia el trabajo o centro de estudios. El bus (42%) y la combi (38%) aún son los más utilizados.
“La actual gestión municipal [en el 2015] amplió por tres años las autorizaciones al sistema convencional de transporte público con la intención de presentar un informe para su reestructuración. Sin embargo, acaban de prorrogar por año y medio más las autorizaciones, dejándole el problema a la próxima gestión”, señala Alfonso Flórez, presidente de la asociación Transitemos.
—Falta de planificación—
Para Flórez, todo esto se debe a que se han implementado sistemas de transporte sin seguir un plan maestro. “El único plan que maneja la comuna de Lima tiene base en el estudio de la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional, del 2004, que ya está desactualizado. Hoy las personas se mueven de otra manera. Se necesita un nuevo estudio”, precisa.
Igual opinión tiene Adrián Revilla, presidente de la asociación Cruzada Vial, quien recalca que actualmente no hay una conexión real entre los sistemas. “No se ha planificado hacia el futuro. Cada línea debió ser proyectada a 20 o 30 años previendo las interconexiones con otros servicios”, manifiesta.
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