Luego de conducir por la avenida Francisco y Tudela, en Miraflores, y cruzar la avenida Angamos, esta se convierte, sin ningún aviso previo, en la calle Ignacio Merino, una vía con las mismas características que la anterior, pero con un cambio de jerarquización que podría conllevar a una infracción de tránsito si no se reduce la velocidad de 50 Km/h a 30 Km/h, según los nuevos límites de velocidad en Lima.
Esta situación, que se repite en muchas vías de Lima, ocasionaría que la implementación de la nueva norma para avenidas, jirones y calles, y las sanciones por su incumplimiento, sea una medida que finalmente no generé ningún cambio.
“Lamentablemente, estamos ante una buena norma que se puede perder por falta de planificación. Desde que se dio, hace un año, la Municipalidad de Lima debió señalizar adecuadamente las vías para que los conductores estén advertidos y poder hacer un control adecuado con sanciones, pero no lo hizo”, explicó el presidente de la Fundación Transitemos, Alfonso Flórez.
El Comercio recorrió cinco avenidas, en diferentes distritos de Lima que sin ninguna información previa se convierten en jirones o calles. En dichos puntos, ninguno de los conductores disminuyó la velocidad de su marcha. Algunos de ellos, no conocían de la variación de la jerarquización de la vía.
Para el experto en transportes Lino de la Barrera, si la comuna metropolitana va a generar un panorama de fiscalización y sanción, entonces también está obligada a colocar la señalización para advertir a los conductores.
“Lo que dice el manual de dispositivo de control de tránsito es que toda señalización debe estar una distancia suficiente para que el conductor tome las decisiones en función a que sea una señal prohibitiva, reglamentaria u otra. Esta es una medida que se está realizando sin tecnología ni señales. Se tienen que poner las reglas claras”, precisó.
Según el Ministerio de Transportes y Comunicación (MTC), la Policía Nacional solo podrá imponer las multas en aquellas vías que estén adecuadamente señalizadas, por lo que cualquier ciudadano podría impugnar si la avenida donde le impusieron la multa no está bien señalizada. Sin embargo, ayer este Diario recibió testimonios de personas a quienes sí se les ha impuesto esta sanción, que consideran injusta.
“Estamos recabando información del grado de implementación para que alerten a los funcionarios e informen por qué no se ha hecho efectiva la norma”, dijo el director de seguridad vial del MTC, Pedro Olivares.
Este Diario se comunicó con la comuna metropolitana para conocer por qué no realizó la colocación de señales informativas y preventivas en las vías, pero hasta el cierre de la edición no tuvo éxito.
En tanto, el regidor de la MML, Carlo Ángeles, aseguró que solicitará un reporte de las acciones de la comuna respecto a la señalización de las vías. “Aquí hay una responsabilidad directa, pues esto perjudica directamente al ciudadano, que está en su derecho a estar informado frente a estos cambios y las infracciones en las que se incurrirían, haciendo que las sanciones a los infractores sean potencialmente nulas”.
Desarrollo improvisado
Los nuevos límites de velocidad en Lima revelaron un problema que sufre la ciudad desde hace décadas: una falta de clasificación de las vías de la ciudad.
En el 2007, hace quince años, se publicó el Reglamento Nacional de Jerarquización Vial. En una de sus disposiciones complementarias finales se estableció que los gobiernos locales serían los encargados de realizar la clasificación en vías urbanas, estableciendo los parámetros de avenidas, jirones, calles, alamedas, pasajes, etc.
“La propia ciudad no sabe por qué una avenida lleva esa clasificación, por eso ocurren estas distorsiones extrañas como que un exjirón ahora es una avenida. Esto es producto de un desarrollo urbano improvisado que se extiende hasta ahora”, señala De la Barrera.
Uno de estos casos se encuentra en la vía Lima, a pocos metros de la plaza Butters, en Barranco, que cuenta con dos denominaciones. Según la señalética de la comuna metropolitana, sesta se clasifica como avenida; mientras que, para la distrital, es un jirón.
El exjefe de la División de Investigaciones de Accidentes de Tránsito, el coronel PNP, Franklin Barreto, explicó que esto se debe a que Lima, así como el resto de ciudades del país, no cuentan con un inventario vial actualizado.
“Con el nuevo escenario se deben colocar, de manera racional, algunas señales recordatorias de los límites de velocidad establecidos, pero también se debe resaltar que ningún conductor puede alegar desconocimiento de las normas”, señaló Barreto.