Hace dos semanas, Edwin Matos Galeas, vecino de la urbanización Chama, casi es golpeado por proteger un árbol en la cuadra 38 de la avenida Benavides, en Surco. “Lo habían rodeado con mallas y estaban cavando para sacarlo de raíz. Intenté evitarlo pero un obrero me quiso agredir. Felizmente, vinieron otros vecinos a ayudarme”, cuenta este hombre de 67 años.
Desde ese día un sereno vigila este árbol para evitar que intenten nuevamente arrancarlo. Este episodio es una de las tantas pugnas que en los últimos meses se han generado en la zona debido al proyecto de ampliación de la Benavides.
En julio pasado, la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) comenzó a construir un tercer carril en ambos sentidos de esta vía, en el tramo que va desde el óvalo Los Cabitos hasta la Av. Velasco Astete (doce cuadras). Estos trabajos, que buscan reducir la congestión vehicular en la zona, han generado el rechazo de un sector de los vecinos debido a que se han sacado árboles de las bermas laterales y centrales para construir las vías adicionales.
Para frenar estos trabajos los vecinos han creado el colectivo #SalvemosBenavides. En las calles se han colocado carteles en contra del proyecto. En algunas viviendas hay gigantografías que exigen la defensa de las áreas verdes. Además, se han organizado hasta cuatro marchas de protesta para que se paralicen los trabajos. Incluso, han comenzado a patrullar junto con agentes municipales de Surco para que no se arranquen más especies.
—Otros riesgos—
La comuna de Surco también se opone al proyecto. Por ello, en noviembre pasado presentó una acción de amparo en el Poder Judicial para que las obras se frenen. Claudia Otoya, gerenta de participación vecinal del distrito, indica que además de la afectación al medio ambiental, se reducirían las áreas de tránsito para peatones y los parqueos de los comercios.
“Se corre el riesgo de saturar con vehículos las vías aledañas en donde están las urbanizaciones”, explica.
Otra consecuencia de la extracción de árboles, dice Celler Carbajal, ingeniero forestal y presidente de la Asociación Peruana de Arboricultura y Forestería Urbana (APA), es el incremento de hasta 10 °C en la temperatura de la superficie de las calles por la reducción del área de sombra [ver infografía].
Según la Empresa Municipal Administradora de Peaje (Emape), entidad de la MML, de los 39 árboles que serán retirados para ampliar la avenida, 23 fueron reubicados en la misma berma central de la vía, unas cuadras más adelante.
—Protección del peatón—
El Comercio comprobó, en un recorrido, que debido a la ampliación de la vía hay secciones en donde la vereda mide solo dos metros. Arturo Yep, decano nacional del Colegio de Arquitectos del Perú, explica que en avenidas metropolitanas, en donde transitan buses, el ancho recomendable de las veredas debería ser 2,40 metros para que no haya fricción con los vehículos. “La comuna debería replantear las dimensiones para que los peatones no corran riesgos”, añade.
Yep considera que la ampliación puede ser positiva siempre y cuando sea integral (el proyecto debe ir desde Miraflores hasta la Panamericana Sur) y no solo focalizada en unas cuadras.
El ancho de las veredas, según Emape, cumple con lo señalado en el reglamento nacional de construcciones. La obra debía entregarse este mes, sin embargo, la entidad indica que debido a “factores externos” se ha dilatado la ejecución. Promete poner en servicio la vía “a la brevedad posible”, pero en su comunicado no precisó una fecha exacta.