En julio se consolidó el descenso de la segunda ola por COVID-19 en el país. Los principales indicadores de la pandemia se redujeron más rápido y alcanzaron mínimos históricos por primera vez en el año. Según estadísticas del Grupo de Trabajo Técnico (GTT) del Minsa, a la fecha se reportan menos de 90 muertes diarias por el virus, cifra menor que en el punto más bajo de la primera ola.
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La reducción más notoria de la mortalidad se dio en adultos mayores y coincidió con el inicio de la vacunación en este grupo [ver gráfico]. Los fallecidos diarios bajaron de más de 600 en abril hasta 40 en julio. Este nivel es similar a lo reportado 16 meses atrás, cuando recién empezaba la pandemia.
Nuevos afectados
El impacto de la segunda ola –confirmada en enero por el Minsa– fue más breve y letal que el de la primera, ocurrida entre marzo y diciembre del 2020. Según el último reporte del CDC del Minsa, en este período –marcado por el ingreso de nuevas variantes– hubo 109.481 muertes por el virus, el 56% del total de decesos desde el inicio de la pandemia.
César Cárcamo, médico epidemiólogo y profesor principal de la Universidad Cayetano Heredia, señala que esto se debió a que el ascenso y los picos ocurrieron de forma simultánea en todo el país, a diferencia de la primera ola, que llegó primero por la selva, luego a Lima y al final al sur.
El especialista añade que en este período también se produjo un cambio en el perfil de las hospitalizados y casos graves, que ahora atacan en mayor proporción a la población adulta no vacunada.
“Al inicio de la segunda ola, el 70% de fallecidos y enfermos graves tenía más de 60 años, pero desde junio empezó una reducción rápida en este grupo a menos de 50%. El grupo más afectado ahora es el de 30 a 59 años, donde la cobertura de vacunación es del 10%. Son susceptibles todavía”, explica.
En esto coincide el ingeniero y analista de datos Rodrigo Parra, quien señala que, en teoría, el efecto de la vacunación haría que una eventual tercera ola sea similar a la que sucede en países europeos, donde hay aumento de contagios, pero menor mortalidad.
“El grupo de mayores que incluye a las personas de 50 y 40 años que vienen siendo vacunadas ha representado casi el 75% de muertes diarias. Habría un pico de casos, pero un aumento menor de hospitalizaciones y UCI”, dice.
Si bien este proceso ha reducido el impacto letal en adultos mayores, aún sigue siendo el más afectado por la pandemia. El caso extremo se registra en mayores de 80, donde casi el 9% de la población de ese grupo falleció por la enfermedad.
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Lo que se viene
Para Cárcamo, aún es incierto cuándo empezará una tercera ola. Pese a que el ingreso de la variante delta ha encendido las alarmas en países del hemisferio norte, el epidemiólogo anota que si se confirma que la variante lambda (responsable de la segunda ola) protege de aquella, el impacto sería más acotado.
“Hay una hipótesis que vienen circulando de que en los países donde ha sido muy común la variante lambda, la delta no está entrando con fuerza. Si fuera cierto, sería bueno para el Perú porque la tercera ola sería débil”, dice Cárcamo.
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