Su aparición en el capítulo “Under Leaf Pluck Lotus” de “Iron Fist” y “Rise of the Villains: Mommy´s Little Monster” de “Gotham” son solo algunas de las importantes producciones en las que le ha tocado participar. Luego de haberse formado en importantes escuelas de actuación y seguir involucrado en ambiciosas producciones, Bonilla también se dedica a la formación de jóvenes actores. Antes de iniciar sus clases, ha brindado unos minutos a El Comercio para contarnos sobre su proceso de formación actoral.
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¿En qué elemento pone especial atención cuando enseña actuación?
En aquello que podemos compartir. Yo soy profesor de actuación para televisión, pero tengo base en la técnica “Meisner” que busca que los actores se conecten a ellos mismos y sean honestos cuando están frente a la cámara. De esa forma su presentación será creíble y no se sentirá que está actuando. Hay diferentes herramientas que se pueden utilizar y cuando uno las aprende empieza a comprender cómo se puede ejecutar diversas emociones de una manera más ágil.
¿Hay una fuerte carga psicológica en este proceso?
Sí, pero en el sentido de conocerte mejor. Se debe usar la imaginación para reconocer aquello que te activa y que podría generar que vivas las experiencias del personaje que te ha tocado.
En su caso ¿qué lo activa?
Teniendo en cuenta lo que enseño, siempre uso mi imaginación para pensar en alguien de gran importancia para mí. Pongamos en el caso que tuviera que actuar en una escena donde soy un soldado en un hospital y veo a mi compañero que está muriendo. Yo no he ido ni he perdido a nadie en una guerra, pero sí conozco el sentimiento de la pérdida. Imagino a mi hermano o a un buen amigo y las sensaciones empiezan a aparecer de manera inmediata.
¿Recurrir constantemente a ello no resultaría traumático?
Lo sería si imaginara que estoy perdiendo a mi abuela una vez más, de hecho eso arrastraría otros sentimientos. Lo que yo hago es revivir las sensaciones que recuerdo de aquel momento. La vida es suficientemente dramática para vivir una vez más aquellos momentos difíciles.
¿Cuándo se dio cuenta que esto sería de gran ayuda en su trabajo?
Cuando me gradué de la universidad, no sabía qué era lo que hacía como actor. Tenía ideas pero no sabía mucho. Fui a varias audiciones para entrar a una escuela de posgrado y no ingresé a ninguna, tal solo una me llamó para una entrevista. Al llegar me senté y dije: “No sé lo que estoy haciendo”. Quien dirigía aquel encuentro me dijo que tenía razón. ¿Me puedes ayudar?, le dije y me pidió que regresará al día siguiente.
¿Le dijeron eso luego de haber estudiado actuación durante una buena cantidad de años?
Así es, de hecho estaba listo para mudarme a Los Ángeles, tenía un departamento listo pero no sabía actuar porque no había tenido a nadie quien me moldeara ni me guiara a través del uso de herramientas. Siempre hablo de la actuación como si fuera cocinar porque cuando sabes usar el cuchillo y entiendes la comida, puedes empezar a crear aunque siempre necesitarás un entendimiento básico de la cocina. No importa lo creativo que seas, si no conoces aquello terminarás quemando siempre la comida. Aquella vez me dejaron regresar, trabajaron conmigo y fue ahí cuando me enseñó aquella técnica que te comenté. Nunca había trabajado de esa manera y cuando lo hice mi trabaja cambió por completo.
¿Ha habido momentos en los que, a pesar de su dedicada preparación, las escenas no han salido como esperaba?
Ha habido muchos momentos en los que he estado en el escenario de un teatro pensando que no lo estaba haciendo nada bien y he visto escenas mías en televisión y he pensado que pude haberlo hecho mejor. Son cosas que pasan y la única salida es continuar.
¿Siente una marcada diferencia entre tu trabajo en el teatro y la televisión?
El sentido es el mismo, pero el teatro es un tren que no se detiene. Necesitas herramientas que te mantengan en el camino mientras que en la televisión tienes el lujo de poder detenerte, la diferencia está en el significado que se le otorga a cada interpretación.
Recientemente se inició una discusión sobre la calidad de nuestras cintas y uno de los detalles fue las actuaciones poco creíbles que llegaban a la pantalla. Ahora que Netflix iniciará la realización de dos producciones en nuestro país ¿qué recomendarías a aquellos actores que participarán en estos proyectos?
Hay dos respuestas para tu pregunta. Primero diría, y esto puede deberse a mi mentalidad neoyorquina, que cada vez que una producción viene a una ciudad debería ser celebrada, apoyada sin importar la calidad porque provee empleos, oportunidades y exposición. Estamos en una época en el que la diversidad en la pantalla ha variado. Te hablo como un latino en Estados Unidos, donde un panorama como el de ahora no se habría imaginado antes. Nos limitaban a papeles meramente secundarios. Ahora, por ejemplo, tenemos “Narcos” que a pesar de que muchos señalan que promueven el uso de drogas ha servido para exponer una gran cantidad de talento latino. Lo mismo sucede con “Star Wars” que se diferencia mucho, en cuestiones de elenco, al que veíamos el siglo pasado. Segundo, les diría a los actores que sean muy honestos. Si no sienten que sus interpretaciones mejoran que se graben y miren una y otra vez los videos para motivar y notar ciertos progresos. Siempre les digo a mis estudiantes que la mitad de su trabajo es mirar sus ensayos. Solo necesitas un teléfono y preguntarte, una y otra vez, si eres tan honestos con tu trabajo como para lograr que tus actuaciones sean creíbles.
¿Ser honesto implica rechazar un papel cuando sientes que no estás preparado?
Sí, pero creo que hay una diferencia entre rechazar por sentir que no estás preparado o porque no conoces al personaje. Algunas veces sentir que no estás preparado puede asustar muchísimo. Yo sería pésimo como Hamlet, lo sé porque su personalidad y su esencia no es para mí. Sería genial como Yago, el confidente de Otelo. Sé que si alguien me ofrece ser Hamlet lo rechazaría, pero algunas veces te topas con papeles a los cuales temes y terminan siendo muy cercanos. Ha habido personajes sin ningún tipo de vínculo conmigo y en el camino he descubierto que estaba equivocado. La diferencia está entre negarte de inmediato o aventurarte de lleno a conocer la historia.
¿En algún momento tenía miedo de estar condenado a los papeles que usualmente se les había atribuido a los latinos?
Siempre creo que como latino en los Estados Unidos, la única razón por la que puedo realizar trabajos tan diversos es porque alguien antes de mí empujó los límites. Debo mi carrera a mis maestros y a todos los actores que no lograron llegar más allá pero que en un casting sorprendieron al punto de cambiar la idea de que estamos destinados a ser conductores de bus o un mesero. Yo también tengo que marcar el camino para que los futuros actores y actrices latinas tengan la oportunidad de interpretar muchos otros roles.
¿Quiénes son lo que prepararon el camino para usted?
Ricardo Montalbán, un magnífico actor mexicano, Antonio Banderas, Edward James Olmos que hizo un magnífico trabajo en Miami Vice. Él nos mostró que podíamos ser más profundos en nuestros trabajos sin llegar a los límites de la telenovela.
¿Disfrutaba ver telenovelas?
Mi madre sobre todo. Ella se metía en las historias.
¿Recuerda alguna?
Uno en el que había una villana con un parque. ¡Cuna de lobos! Era tan bueno como loco y ridículo. También veía los programas de Chespirito. Ahora que los vuelvo a ver siento que tenían un contenido muy político al igual que Cantinflas que fue otra figura maravillosa.
Cuando su familia supo de tu sueño de ser actor ¿no se alarmó?
Bastante. No les agrava la idea sobre todo porque mi papá había llegado a Estados Unidos con solo siete dólares en el bolsillo llevando a su familia. Ellos hicieron muchos sacrificios por mí así que tenían mucho miedo de no poder sobrevivir del arte.
En un país donde el actual presidente ha ido en contra de aquella narrativa migrante ¿sutrabajo ha adquirido una mayor importancia?
El arte ha estado amenazado durante miles de años por tiranos y dictadores. Los que más han sido perseguidos han sido los poetas, la que gente que cuestionaba la autoridad y armaba una obra para ilustrar a la comunidad. El arte es mucho más grande que cualquier dictador o figura política. Existirá otro tipo de arte depende de quién esté gobernando. Ahora existe un espíritu más rebelde que resulta genial.
Es decir, sutrabajo no se ha politizado sino que el arte siempre ha sido político.
Creo que es importante que el arte se base en la empatía y en lo humano. Lo que sucede ahora es que ante el escenario político que vivimos, estas características se han fortalecido. Intentarán disminuirnos, pero no podrán lograrlo.
¿Y qué hay de aquellos artistas que temen politizar su trabajo por miedo a afectar su imagen?
El mayor problema es que la mayoría de personas que discrepan solo se dedican a gritar. Necesitamos escuchar voces provenientes de todos lados para que cada vez aumente nuestra visión de lo que enfrentamos. Cuando digo que mi trabajo se vuelve más político, en realidad digo que está tratando de volverse más empático frente a todos. Tenemos que ser conscientes que aquellos que piensan distintos también tienen sus propias motivaciones, pero es importante que todos nos volquemos a escuchar.