Buenos Aires. Dos veces fundada sobre la tierra, pero hija de infinitas revoluciones de las formas de la sensibilidad y la imaginación. Esta ciudad porteña fue la primera en el continente que recibió a las vanguardias estéticas que llegaron desde el Viejo Continente en las primeras décadas del siglo pasado. Ahora, casi un siglo después, vuelve a convertirse en el lugar donde se tratan de definir los trazos y los contornos del que podría ser un paso decisivo de las artes visuales de Sudamérica en su camino hacia el futuro.
Aníbal Jozami, rector de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref) lidera una iniciativa cuyo objetivo es crear la primera Bienal Internacional de Arte Unasur. En otras palabras, el primer evento artístico de esta clase que implicaría ya no a un país, sino a Sudamérica como unidad. En diciembre del año pasado se llevó a cabo en Buenos Aires la jornada “Sur global”, para la cual se convocó a un grupo de curadores y artistas provenientes de diferentes naciones en el continente, con el fin de debatir en torno a las necesidades y desafíos que implicaría un evento de esta magnitud.
—¿De dónde dirías que surge la necesidad de crear una bienal de arte que comprometa a los países sudamericanos en general?
Una de las funciones de una bienal es tender puentes, abrir espacios de diálogo entre artistas y curadores, y promover la circulación del arte, no solo de piezas sino también de teorías y corrientes. El problema es que, hoy en día, el arte latinoamericano contemporáneo no circula tanto como debería, y creo que la creación de la Bienal de Arte Unasur ayudaría mucho a resolver ese problema. Esta sería, además, la primera bienal que nace de un conjunto de países, y eso hace de este un proyecto pionero.
—¿Esto tiene algo que ver con el concepto de ‘sur global’ que ustedes promueven?
En efecto. Hablar del sur no solo es señalar hacia una dirección en el mapa. El sur es también un criterio económico, político y, claro está, cultural. Implica toda una forma de ver el mundo, y por eso hemos hecho del concepto ‘sur global’ el eje curatorial de esta bienal: es el globo visto desde el sur. Más aún en una época en la que ya se puede notar un cansancio frente a lo que ocurre en el norte, en el ámbito artístico: la repetición, la pérdida del sentido estético... el sur podría impulsar un nuevo frescor.
—¿De qué manera se plantea esa misión la bienal?
Ante todo, rompiendo algunas barreras. Lo que queremos, por ejemplo, es que la bienal abra sus puertas cuando las obras todavía están en desarrollo, de modo que el público pueda apreciar el arte no como una pieza terminada, sino como una suma de procesos. También estamos desarrollando una aplicación móvil que permita a las personas aproximarse a las obras y ver lo que está sucediendo en ‘streaming’. Básicamente, es poner la bienal en manos del público.
La idea de una bienal de arte que implique no a un país sino a un continente es sumamente ambiciosa. ¿De dónde provendría la financiación?
De momento, el que está financiando todo es el Gobierno Argentino, pero más adelante se recurrirá a fondos públicos y privados de toda Sudamérica.
—¿Cuáles son los objetivos que se buscan a largo plazo para esta bienal?
Básicamente, llegar a ser una bienal totalmente internacional, pero una donde los sudamericanos ocupen el lugar que merecen y que les corresponde. Eso, y aportar, como sur, a la renovación de las artes.