Joaquín Fargas, artista e ingeniero interesado en fusionar lo artístico con la tecnología. (Foto: Joaquín Fargas)
Joaquín Fargas, artista e ingeniero interesado en fusionar lo artístico con la tecnología. (Foto: Joaquín Fargas)
Juan Luis  Del Campo

Inventor, ingeniero, artista y visionario son apelativos que han sido utilizados para describir a Joaquín Fargas, un reconocido difusor de la ciencia y tecnología que se presentará en el Open Day de la(UTEC) este próximo 9 de febrero.

Su creación más emblemática fue el Proyecto Biosfera, el cual consistió en crear ecosistemas naturales aislados en recipientes completamente sellados donde su única interacción con el exterior era el calor y la luz y que se expuso en lugares tan lejanos como Estados Unidos, Costa Rica, Sudáfrica, República Checa, Malasia, Uruguay, Arabia Saudita, Suecia, Portugal, España y Cuba, entre otros.

El Comercio pudo hablar con Joaquín Fargas para adelantarnos algunos de los temas que tocará en el evento, entre los que se incluyen lo que ha denominado la ‘generación cuántica’, así como temas tecnológicos como la inteligencia artificial, el cripto y los NFT, así como su especialidad de combinar el arte con la biología.

En su charla hablará de la generación cuántica ¿Qué características tiene esta que la diferencia de generaciones pasadas?

Bueno, en realidad es un término nuevo que yo estoy acuñando. Es absolutamente inédito para esta presentación del Open Day, de alguna forma inspirado por las expectativas de la UTEC. Me pareció interesante explorar las distintas alternativas que hay ahora que estamos inmersos en un constante flujo de información y frecuentes cambios relacionados con la tecnología, la inteligencia artificial, y ahora viene todo este tema de lo cuántico.

Esto último es interesante porque inicialmente en el mundo digital no había intermedios: se era o no se era por medio de ceros o unos. Pero justamente aparece una generación en donde no todo es, como se dice, blanco y negro, sino que todo empieza a ser cuántico y donde aparecen situaciones intermedias, que entre el cero y el uno tenemos distintas posibilidades y alternativas que son probabilísticas.

¿Y cómo las ‘generaciones cuánticas’ se ven reflejadas en el mundo real?

Este concepto en la vida real ya no es que uno elige en una posición u otra, sino que aparecen todas estas cuestiones intermedias, las cuales digamos son interesantes analizar. Lo podemos ver desde el punto de vista de género, en el que se empieza a definir una situación que se llama no binario, es decir no soy ni un sexo ni el otro, soy lo que siento en ese momento.

Nosotros copiamos siempre, consciente o inconscientemente, la naturaleza. En la charla voy a hablar del ‘blockchain’ también y me pregunto si será nuestro cuerpo uno de estos sistemas, que son, volviendo a lo cuántico, la descentralización de la información al posicionarla en distintos puntos y ordenadores de todo el mundo en bloques que tienen la información completa y que a su vez están relacionados entre sí como una “cadena de bloques”.

Con respecto al cuerpo, la pregunta sería la misma. Nosotros en cada una de nuestras células tenemos la información completa de quiénes somos y quiénes debemos ser. Entonces la pregunta es ¿seremos un ‘blockchain’ humano nosotros? ¿Nuestro cuerpo será un ‘cryptocuerpo’?

’Blockchain’ parece haberse convertido en la palabra del momento, pero ¿Qué ofrece esta tecnología que no puedan hacer otras que usemos en el presente? ¿Y qué se puede hablar de sus altos costos ambientales?

Justamente lo que hace el ‘blockchain’ con respecto a las tecnologías anteriores es que, por ejemplo, servicios como Facebook, Instagram y WhatsApp dependen de un solo sistema y si esta falla tenemos un problema a nivel mundial. En cambio, en un sistema de blockchain, donde está descentralizado, tendría que caerse cada una de esas computadoras, o por lo menos más del 51%, para que el sistema se venga abajo.

Otro tema que se está tratando es justamente el impacto ambiental que produce el hecho de que todos esos bloques están interconectados y necesitan validarse cada uno de esas operaciones en un proceso de ida y vuelta entre ellos, lo cual genera un costo ambiental que también se traduce en un costo económico al que se denomina “gas”, es decir el costo de realizar esas operaciones.

Y es un costo que, mientras más popular se vuelva el ‘blockchain’, aumenta también.

Absolutamente. Y la solución que yo me imagino es decir “bueno, ¿cuál es el grado de seguridad que yo quiero tener?” ¿Cuál es el costo beneficio que estoy dispuesto a pagar’

La última muestra de esta tecnología de los ‘blockchain’ son los NFT (token no fungibles), un método para supuestamente permitiría a los artistas vender copias únicas de sus trabajos que se ha visto algo desprestigiada por su popularización como bien especulativo y varios engaños cubiertos por la prensa.

A mi me encantan estos procesos, sobre todo cuando arrancan, y entran a esta etapa de turbulencia. Todos se quieren subir a la ola. Hablando de lo que representan los NFT en el tema artístico, estos posibilitan justamente darle origen a las obras, porque son un ‘smart contract’ donde aparecen toda esa información. Además pueden hacer que esa obra sea única -aunque puede ser una de una serie - y mostrar también cosas como la propiedad - quién es dueño en ese momento- la historia que ha tenido, y todo lo extra que uno quiera poner en este contrato inteligente asociado al NFT.

El tema de los NFT aparece a partir de febrero del 2021, cuando el artista Beeple (Mike Winkelmann) plasma en uno de estos tokens una serie de grabados que había hecho a lo largo de muchos años y los vende por US$69 millones en Christie’s. A partir de ahí, todo el mundo quería ser Beeple, cada artista se quiere imaginar que su obra podía tener ese valor.

Entonces, ahora muchos artistas dicen bueno, yo soy fotógrafo, entonces voy a poner una gran cantidad de fotografías en NFT, las voy a poner a la venta, y todo el mundo me las va a querer comprar. Y yo me pregunto ¿es cierto que es así? Obviamente que hay una facilidad para artistas que ya venían trabajando y que tenían un nombre que ya interesaba al público. Otros artistas buscan utilizar ese NFT como algo conceptual, que es un poco lo que a mí me interesa específicamente en los proyectos que estoy desarrollando.

Bored Ape Yacht Club es otra de las colecciones más populares de criptoarte vendido como NFT en la actualidad. (Foto: Gargamel, Gordon Goner, Emperor Tomato Ketchup and No Sass)
Bored Ape Yacht Club es otra de las colecciones más populares de criptoarte vendido como NFT en la actualidad. (Foto: Gargamel, Gordon Goner, Emperor Tomato Ketchup and No Sass)

¿En qué sentido?

Uno de los proyectos que estoy armando ahora con NFT se llama “Inmortalidad 3.0″. Ya venía trabajando con otros proyectos de inmortalidad, justamente investigando esa expectativa que tiene la humanidad de perpetuarse, y hace un poco más de 10 años desarrollé una obra que se llamaba “La inmortalidad”, trabajando con unas células cancerígenas que no envejecen y generando una suerte de organismo semivivo que podía persistir para siempre mientras tuviera un soporte tecnológico.

Pero volviendo al NFT, me pregunto si puedo usarlos para de alguna forma plasmar parte de mi información para generar una suerte de retrato digital y poder perpetuarme en el futuro. Tal vez, posteriormente, alguien pueda encontrar ese NFT datos como mi ADN y poder replicar mi conciencia o al menos mi constitución, mi programación básica.

Otra consecuencia de los avances tecnológicos es la rápida diseminación de los ‘fake news’ en los últimos años. Antes ocultos en los peores rincones del internet, ahora los vemos en nuestro WhatsApp, Facebook, Twitter... ¿Hay soluciones tecnológicas para este problema? ¿Nos podemos inocular contra ellos?

No veo a priori una solución tecnológica a este problema. Obviamente, nosotros estamos a los albores de lo que es la inteligencia artificial, pero hemos visto grandes avances en los últimos años, y en el futuro podrían detectar los ‘fake news’. Se me ocurre que podría funcionar teniendo como base aquellos sitios donde uno ya tiene la información confiable y que el algoritmo tenga la posibilidad de compararla con la nueva noticia y poner al menos una alerta para decidir si la queremos leer o no.

Entonces por ahora es una cuestión más de la educación de las personas...

Hoy es la educación de las personas, pero yo creo que en el futuro esa inteligencia artificial podría existir perfectamente. E incluso podría terminar siendo manipulado y armar un Ministerio de la Verdad como en “1984″.

El reciente derrame de petróleo en La Pampilla ha dejado nuevamente en claro el impacto que tenemos como humanos en el ecosistema. Creo que esta es una pregunta que ha impulsado su carrera ¿Hay manera de llegar a un balance entre los humanos y la naturaleza?

Nosotros somos naturaleza. Por eso vamos a hacer un taller en el Open Day de la UTEC titulado “La Naturaleza de nuestra naturaleza”, donde vamos a reflexionar qué nos pasa en nuestra relación con la misma, por qué nos cuesta tener contacto con ella. Por qué aparece como algo hostil, algo agresivo, algo de lo que tenemos que defendernos y que terminamos destruyendo.

EL DATO

Fargas ofrecerá una charla gratuita online denominada “Diálogos con la generación cuántica” entre las 9:10 a.m. y las 10 a.m. Además, ofrecerá un taller titulado “La Naturaleza de nuestra naturaleza” con cupos limitados a partir de las 11 a.m. Se puede encontrar más información en el sitio web .

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